Jueves 6 de Octubre
Tracy
Cuando abro los ojos, me cuesta distinguir que estoy en la habitación, con Theo.
Otra vez me espero encontrar las mismas cuatro paredes aburridas que comparto con Phoebe, sin embargo es mucho mejor cuando despierto acá.
Puedo ver a un lado de la cama, en el suelo, la cubeta de helado con el recipiente aguado. Ya no sirve pero fue bueno mientras duró.
Estiro mi mano en busca de mi acompañante nocturno y encuentro el motivo que me despertó.
Se está removiendo tanto que parece incómodo.
Abro los ojos como platos y me asusta distinguir sus sacudidas en sueños. Está teniendo alguna pesadilla.
-Hey-murmuro dándole unas palmaditas en su hombro.
Pero no responde.
Sigue metido en sus sueños profundos.
-Theo-insisto-. Des... Despierta.
Mi voz se quiebra cuando distingo algo brillante y cristalino como un diamante deslizándose por la comisura de sus ojos.
Son lágrimas.
¿Está llorando mientras duerme?
-Despierta, santo Cielo. Despierta-le insisto.
Mis señales de alarma internas se encienden y empiezo a sacudirlo esta vez con mayor entusiasmo que antes.
¿Qué ocurre? ¿Qué está pasando por esa enigmática cabeza?
A veces él no es más que un montón de jeroglíficos que me cuesta descifrar.
-Theo, estás llorando. Despierta. Es sólo una pesadilla-le insisto y sus sacudidas me empiezan a asustar. ¿Acaso está...convulsionando?-. ¡Que alguien me ayude por fav...!
Empiezo pero me detengo de inmediato.
Él abre la boca y emite sonidos guturales.
-Theo, ¡habla!-le pido.
O le ordeno.
O le ordena mi desesperación.
-¡Mírame!-le insisto tomando sus mejillas en manos-. Estoy aquí. Contigo.
-Tracy...-distingo entre el montón de quejidos que salen de su boca. Sus párpados empiezan a temblar. Está despertando, sí. Lo está haciendo-. Trac... Cy...
Entonces el dolor arranca palabras desde mi pecho que no debería decir pero verlo en esa situación me ha dejado tan expuesta que no puedo hacerme una idea de cuánto sufrimiento está azotando su interior.
-Sí, amor mío-murmuro y me muerdo el labio para contener las lágrimas que ya amenazan con aparecer.
Mis mejillas arden.
Mis ojos arden.
Mis manos.
Las suyas.
-No estás solo-le aseguro.
-Tracy...
Y abre los ojos mientras sus labios logran articular palabras.
Que me atraviesan como cuchillas afiladas:
-Yo maté a tu padre.
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#BADBITCH #MARATON Día 4
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