Ambición.

By nickrespin

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La dependencia es un estado físico y mental al que Alessia se niega ser una adicta. Ella es un mujer que ha... More

♣ADVERTENCIA♣
Epígrafe.
Sinopsis
♣PRÓLOGO♣
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Extra Matías
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 12/2
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 15/2
Capítulo 16
Extra Javier
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Extra Vilma
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 32/2
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
EXTRA VYSHE
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Final
Epílogo

Capítulo 60

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By nickrespin

Me ayudan con una reseña o crítica, también pueden etiquetarme en cuentas que lo realicen. Gracias♥

No dejo de conducir viendo las dos camionetas de los agentes, cuidándome ahora sin ninguna orden, ya que ellos me siguen como uno de los líderes. Ya me hacía falta verlos, pero jamás se los diré.

Estoy en camino a ver a Melany porque seguir en la casa con Ágata y Oleg moribundo me estaba matando, no sé como soporté pasar dos días en la misma casa.

Me encargué de cuidar a Oleg y evitaba a su madre, aunque ella sabe como hacerse ver. Sabía que ella no podía cambiar de la noche a la mañana y que no sea la misma persona que salve en Rusia es la respuesta.

En la primera noche que pase en su casa y salí a comer algo, me la encontré y me detuvo para contarme lo sucedido hace más de veinte años y solo así entendí el shock de Oleg al verla.

También me comentó la historia con Dmitry y no pude evitar odiarlo. Lo que hizo fue una canallada y espero que no se vuelva a cruzar en mi camino, porque seré yo quien lo asesine, terminando el trabajo de Oleg.

—¿Estás en el lugar acordado? —inquiero cuando Melany atiende el móvil.

—Sí, ya todo el perímetro está revisado.

Cuelgo sin decir nada más.

No me gusta haber dejado a Oleg, pero supongo que debe hablar con Ágata y yo no debo parar, no ahora que estoy tan cerca de conseguir mi propósito.

Nuestro propósito.

***

—Así que Dmitry solo era un maldito que se acercó para destruirte. —me encojo de hombros. Ya le comenté los nuevos planes—. ¿Qué hay con las personas que él reclutó?

Es algo que ya hablé con Ágata por lo que no dudo en responder.

—Seguiremos trabajando con ellos sin darles más información de la necesaria, ya que hasta el momento me han dado buenos resultados.

Le sigo comentando hasta que me quedo muda al ver entrar a la mujer con la apariencia elegante que siempre le gusto mostrar, aunque por dentro es una vil arpía.

Marta Avendaño.

Por algunas horas más, Melany sigue hablando y le presto la máxima atención, aunque no pierdo de vista a Marta.

—Mantenla en la mira, puede que sirva de algo. —ordeno.

Melany asiente antes de levantarse.

—Estamos en contacto. —se despide con una sonrisa.

Cuando ambas se van me quedo sola tomándome la última copa de vino, en mi sistema es demasiado, pero no me importa. Hay tantas cosas que hacer que me frustra querer hacerlo todo.

Tranquila Alessia, puedes con ello.

Me retiro del lugar y me contacto con Iryna que no tarda en venir a recogerme para luego ir al lugar en donde se está quedando, me dice que es cerca de la base, pero no me da la muestra porque lo hará Oleg.

Da igual.

Necesito desahogarme y ella es la mujer perfecta.

—Él dice que fue un accidente y que no me odia, pero no le creo. —me sirve más—. No quiero que por esto se aleje y todos nuestros planes se vayan a la basura.

Instintivamente, veo el anillo que adorna mi dedo.

—Zhestokiy, parece que no conoces a Oleg, él no podría odiarte, te quiere y necesita tanto como tú a él. —no respondo conteniendo la respiración—. Deja de torturarte y mejor veamos lo del descuartizadero.

Trata de bromear, peo no me río.

Me inyecto un suero intravenoso para poder continuar, mientras empezamos a trabajar. Llama a varios del equipo y les doy mis ideas, me dan las suyas y en cuestión de una semana ya tenemos la mayor parte listo.

Mónica ha estado en contacto conmigo y tienen vigilada a Marta, pero al parecer no ha hecho ningún movimiento sospechoso.

—Ya es hora de que traigas a Charly, ve por él. —le ordené a Melany y es por ello que no está en el país.

Salió con ayuda de Vyshe y espero que lo que dijo el chico sea verdad. Necesito lo que él dice saber y la va a traer.

Lo necesito con urgencia.

Oleg se ha intentado comunicar, pero siempre le doy evasivas.

—Necesito que firmes estos documentos. —me los entrega Ryan.

Los leo viendo que son los papeles de compra y venta de un centro comercial que se va a demoler para hacer la fundación que será la fachada para el tráfico de órganos.

Hay otros cuatro contratos que son para adquirir lugares para ampliar mi línea de clínicas.

Esto es lo que siempre quise.

Me gustan las ubicaciones por lo que no dudo en firmar.

—¿Necesitas los datos de mi tarjeta o quieres que te haga un cheque?

—Un cheque está bien.

Me da la suma y es una cantidad exorbitante con muchos ceros, le hago dos cheques de dos cuentas y se los entrego.

Puedo permitírmelo.

Ryan al parecer tiene un hermano abogado, también miembro de nuestra organización, por lo que lo convierto en mi nuevo aliado.

—Necesito que todo respecto a mis clínicas, mi hospital y mis demás negocios sean cien porciento legal, no quiero ninguna mancha en mi nombre.

—Será un placer... —se queda a la espera de qué título decirme.

Soy su Superiora, pero el título siempre fue de Oleg y aunque compartimos el puesto de líder, yo sigo estando orgullosa del primero que tuve.

—Doctora está bien. —el licenciado asiente y se retira.

Se remueve mi estómago al recordar a Axel, por lo que lo alejo de mis pensamientos concentrándome en lo que me entrego Saúl, quien se acaba de retirar.

Por el momento lo de los candidatos y la constructora no se vinculará con mi nombre, pero sigo en el juego, porque de una u otra manera tendremos el poder de todo y ahora que mi patrimonio y él de Oleg se unirán junto a la organización, serán ellos los que se encarguen de todo junto a Mónica.

***

—Doctora, pase. ¿El señor tampoco viene hoy? —Saluda cuando entro a la cocina dejando las llaves en el sitio correspondiente.

—No, Margarita, esta... en un viaje de negocios. —miento.

Me sirve la cena antes de pedirle que se vaya a descansar.

—¿En dónde están mis amores? —los llamo cuando he terminado.

Sus ladridos no tardan en sonar.

Los veo en el patio trasero, salgo encontrándome el desastre que han hecho con algunos zapatos de Oleg.

—A papi no va a gustarles esto, eso no se hace. —los reprendo—. ¿Qué no han comido?

Ellos muy alegres se pasean a mi alrededor y cuando Bolas se para en dos patas es capaz de botarme

—¡No es justo! Son dos contra uno.

Mientras el sol se esconde juego con ellos queriendo agotar sus energías porque estos días no lo he hecho y o estoy segura si Ryan lo hace lo suficiente, ya que fue una orden encargarse de ellos.

Margarita solo les da la comida cumpliendo el plan alimenticio que les hizo Oleg.

Para cuando me voy a dormir estoy tan cansada que no tardo en dormir, pero a las tres de la madrugada despierto sintiendo el sudor en mi frente.

—No es real, no son tuyos y nunca lo serán. —me repito.

Otra vez esos hermosos ojos.

Acaricio mi anillo y me lo quito leyendo la inscripción. Estos días que no hemos estado juntos tocarlo es como si lo tuviera conmigo.

Eres ridícula, Alessia. 

***

¡Estoy viendo a Pedro! —hago puños sobre mi regazo—. Está hablando con Marta, pero tengo a dos francotiradores en posición. Espero tu confirmación.

Julio y Carlos adelante no dejan de conducir, ellos también esperan mi orden al haber escuchado a Mónica.

—No los dejes ir, síguelos porque la asociación se va a dar y puede que sea nuestra última oportunidad, pero sin tocar un cabello.—ordeno—. Los quiero vivos.

No le digo nada a los agentes por lo que siguen su marcha rumbo a la casa de Ágata.

Es hora de ir por mi hombre.

Al llegar detienen a los agentes para revisarlos mientas a mí me invitan a continuar.

Conozco el lugar por lo que me dirijo directamente a la habitación de Oleg, sin embargo, siento que el aire se atora en mi tórax cuando la habitación está completamente vacía.

—Señorita...

—¡¿Dónde está?! ¿A dónde lo llevaron? —rujo sin dejar de abrir cada maldita habitación.

De mi bolso saco la tablet que tiempo atrás me entregó para ver en donde está, aunque la cámara aparece borrosa por lo que maldigo por lo bajo.

—Señorita, se encuentra ocupado.

—¡Eh dicho que en donde está, no que si está ocupado...!

Me callo cuando veo a Oleg desnudo de la parte superior.

—No serias tú si entraras como una persona normal. —dejo salir el aire y pongo el bolso en una silla.

Lo repaso queriendo encontrar algún daño, pero aparentemente está bien. Fuerte y con un buen aspecto.

—¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? —empiezo a caminar— ¿Si te han dado comida? ¿Podemos irnos ya? Bolas y Pelos han estado un poco inquietos al no verte, ¿Pasamos por ellos...?

—Sumasshedshiy, esas son demasiadas preguntas, mejor ven aquí. —Toma mi mano y me jala.

Mi rostro queda en su pecho tibio y doy una gran calada de aire queriendo memorizar su olor corporal.

—Te extrañé. —confieso sin abrir los ojos.

—Pues déjame decirte que tienes una manera retorcida de demostrar las cosas. —gruñe empezando a acariciar mi espalda.

—Tenía cosas que hacer.

—¿Y no las podías hacer de aquí?

—Siento que no le caigo bien a Ágata. —beso su pecho—. No deja de verme y supuse que necesitaban tiempo a solar.

Detiene las caricias y entiendo que es por mi gran lengua.

Vaya Mierda.

Continúa con las caricias y yo con los besos.

—¿Desde cuándo eso te importa?

Desde que sé que mi suegra es una bioquímica y un montón de cosas más, sin contar que es capaz de crear un tratamiento especialmente para mí.

La verdad no me sorprenden los talentos de Oleg.

—Da igual, estás bien y es lo que importa. —separo mi rostro para llevar mis manos al suyo.

Lo repaso observando como arruga las cejas.

—Sí, y deja de estar de empalagosa que me irrita. —me quedo con la boca abierta.

—Grosero.

Trato de separarme, pero me detiene dejando un casto beso en mis labios.

—Alguien está ansiosa. —se burla cuando me quedo a la espera de más.

Hijo de put...

Detengo mis pensamientos. La disculpa está en mis labios, pero no logra salir tan fácil y debo admitir que creo que con Oleg es el único que me he disculpado.

¿Oh no lo he hecho?

—Te estoy hablando. —parpadeo consiente que me he quedado rígida—. ¿En qué estabas pensando que te has ido? Se supone que si volviste es para estar conmigo. —se queja y no puedo evitar sonreír.

—Te ves tan guapo cuando estás molesto.

Ahora es él quien trata de separarse, pero lo retengo.

Mío.

—No seas ridícula, mejor dime, ¿Qué has hecho estos días sin mí? —ruedo los ojos.

Acaricio sus mejillas y cuando su pecho está frente a mi vista no puedo evitar tensarme. La marca de la bala está frente a mí, recordándome lo que hice.

—No te mortifiques, fue un accidente.

—Accidente que casi te mata.

—No importa.

A mí sí me importa.

Cierra la puerta con llave y nos lleva a la cama en la que nos acostamos mientras le informo lo que ha estado pasando.

Supuse que los agentes lo tenían al día, pero al parecer pidió no saberlo porque quería que yo se lo dijera.

Así pasan algunas horas en las que me encargo de ponerlo al corriente.

Los besos y caricias no faltan y las ganas de ir más allá no se hacen esperar

Lo deseo.

Abre para mí, Sumasshedshiy. —ordena cuando se posa sobre mí.

Una sonrisa adorna mi rostro cuando veo su mirada ardiente recorriendo mi cuerpo.

—Toda tuya, Bestia.

Abro mis piernas libre de cualquier prenda y él no duda en tomar mis piernas para ponerlas sobre sus hombros y atiborrarse de mi néctar.

—Malditamente deliciosa. —gruñe y por mi parte empiezo a retorcerme llevando mis manos a su cabello para presionarlo más contra mí.

El sonido insistente de mi móvil no tarda en hacerse presente y aunque trato de ignorarlo no puedo, así como están las cosas, cualquier llamada es de suma importancia.

Con todo el dolor de mi clítoris decido separarme.

—Dame un minuto.

—Qué oportunos. —gruñe.

Me incorporo y al ver sus labios hinchados y llenos de mí, lo tomo de cuello y me saboreo en sus labios. Sus manos van a mi cintura apretujándome contra él.

Delicioso.

Aun con sus protestas me levanto y al ver el nombre de Mónica carraspeo y sin ver a mi Bestia me encierro en el baño para atender su llamada.

—¿Estamos teniendo secretos Sumasshedshiy? —inquiere desde afuera, pero no respondo.

No podría porque la noticia que me dan me tiene con una maldita sonrisa en mis labios.

Voy por ti.

Narrador Omnisciente.

Marta Avendaño, que ha estado en contacto con su hijo desde siempre, se reúne una vez más con él, tratando de hacerlo con precaución y sin que nadie los vea porque sabe que la bastarda de su hija lo está buscando.

Maldice el momento en que la tuvo, pero no se compara al odio que siente por sí misma al recordar que la aceptó nuevamente por estar con la persona que siempre amo, Samuel Carvajal.

—Ya tenemos todo listo, madre. —acaricia su mano.

Pedro es su hijo y de un joven que conoció hace muchos años, pero tarde descubrió el origen de ese joven y su suegro, siendo ella una adolescente la obligó a parirlo y se lo arrebato.

No es algo que le afecto porque poco después conoció a los Carvajal, aunque Pedro la localizo desde que supo de su existencia.

—¿La coreana si acepto tus términos? —pregunta, porque sabe que en un inicio la tal Young Min no se quería asociar con él.

Los detalles no los conoce, pero que ahora haya aceptado tiene que ver con su hija menor, ya que Min es la ex prometida del hombre que siempre la acompaña y según las palabras de su hijo Pedro, ellos son pareja.

—Tenemos objetivos en común y sé cosas de Oleg y su familia que ella no, por lo que le conviene.

Aunque el verdadero motivo no se lo dice. Cuando Min era una infiltrada de OFR, en Colombia, se acostaron muchas veces, pero se dio cuenta de que jamás la conoció, aunque creyó hacerlo.

Ahora descubrió su secreto y es hora de que pagué por él, no importa que se lo haya ocultado, le da igual, pero es un buen golpe que si él quiere puede destruir y es eso lo que no le conviene a Min.

—¿Cuándo será?

—Ahora mismo, ¿Tienes lo que te pedí?

—Por su puesto, está en el auto, acompáñame.

Pagan y salen del establecimiento, Pedro sube la capota de su sudadera y Marta se vuelve a colocar los lentes oscuros.

Empieza a conducir, pero pronto se da cuenta de que algo va mal, aunque no logra averiguar de que se trata debido a la insistencia de Min.

Las horas pasan hasta que por fin llegan al lugar donde se encuentra la coreana, Marta ve todo con recelo, pero no cuestiona nada, se limita a seguir a su hijo.

Pedro se percata de todos los hombres que hay camuflados y eso le confirma que ella sabe como cuidarse.

—Bienvenidos. —saluda Min.

Les abre paso para que entre, Pedro observa el lugar, no es lo que se imaginó, aunque también puede contar a 15 hombres muy bien armados que no se mueven ante su presencia.

—Esto es una porquería, no pudiste conseguir algo mejor.

—Agradece que te dejo entrar y cierra la boca, querido.

Marta arruga las cejas a punto de hablar, pero Min la calla cuando abre un compartimiento que da paso a unas gradas que los lleva a un sitio completamente diferente.

Es limpio con muchas computadoras y armas, también hay hombres que no dejan de mover los dedos sobre unos teclados extraños a su parecer.

—Buen búnker.

—A lo que vamos. —lo ignora—. Necesito la información sobre la maldita perra, sin ofender señora.

—Tranquila, Alessia es eso y más.

La alerta en una de las cámaras la hace girar el rostro.

—Tenemos problemas, la cámara dos dejo de funcionar. —comunica uno de los sujetos.

Min se acerca a las pantallas observando como cada una se vuelve negra.

—Pero que. —se endereza—. ¡Haz algo ya!

Los sujetos siguen con lo suyo mientras las cámaras siguen apagándose y el ruido de ella es ensordecedor.

Uno se levanta y toma uno de los teléfonos cuando los intercomunicadores dejan de funcionar.

—Lo siento, pero ninguno de nuestros hombres responde. —el cuerpo de Young Min entra en tensión.

No es cierto, debe ser una falla.

Trata de convencerse, pero lo que capa una de las cámaras la hace explotar.

—Señora, tenemos compañía.

Al menos diez vehículos vienen en camino mientras otros se encargan de asesinar a sus hombres.

—¡Te siguieron! —ruge girándose a quien nunca debió traer.

—¿Qué? No, fui muy cuidadoso...

—No dirás una sola palabra, de eso me encargo yo. —lo esposa.

Pedro teniendo entrenamiento se defiende, pero nada se compara con la desesperación de Young Min.

No pueden arruinar sus planes, Oleg es y será suyo y nadie lo va a impedir, ni siquiera el doctor con antecedentes rodeados de organizaciones.

—¡Qué te pasa! Deja de hacer esto y suéltame, debemos enfrentarlos.

Pedro se retuerce aunque la mujer no le presta atención en lo que busca una navaja.

Marta grita queriendo que suelten a su hijo, pero está siendo retenida.

—Ya cállese, señora que me estresa. —uno de sus hombres, la esposa de la mano frente a Pedro.

—¡Young Min, para ya! Debemos escapar. —ve las pantallas y sabe que no tienen mucho tiempo.

La coreana está a nada de conseguir lo que tanto quiere, poco a poco ha estado moviendo sus fichas, en silencio para que nadie se percate hasta que el daño es irreversible.

—Han pasado por los primeros dos campos, les falta el más grande, pero nos duplican en agentes, por lo que no tardan en llegar.

—Evacuen, usen el plan de escape dos.

—Como ordene.

Los hombres de la sala empiezan a moverse, eliminando evidencia y llevándose su tesoro.

—Nos vemos en el punto de encuentro, por nada se detenga y lo cuidan con su propia vida.

Se llevan el congelador portátil que le dio Carsten y es la que mantendrá en la temperatura adecuada el semen de Oleg, es algo que ha guardado durante años y a estas alturas no lo va a perder.

Lo ha cuidado demasiado.

—Ya están aquí y es por tu culpa, te van a atrapar, pero no dirás una palabra.

—¿¡Qué haces...!?

Lo inmoviliza poniendo un separador en su boca.

—Esto es mío. —corta su lengua tirándosela a la madre que sueltan de inmediato.

Sale por la puerta de emergencias, perdiéndose entre los árboles en dirección contraria a sus hombres, sin saber que Caleb y Ryan la están viendo.

—Vamos a por ella.

—No, déjala que piense que es libre.

—Va a escapar.

—No de mí, esa mujer tiene mucho que pagarme.

El rencor en las palabras de Caleb ponen la piel eriza de su compañero que solo asiente mientras la siguen desde la sombra, observando su plan de escape que en nada será más que basura.

Al otro lado del campo hay una completa masacre que incluye a muchos cadáveres que ya no se distinguen porque hay miembros por doquier.

Idea de Iryna que ya deseaba jugar de nuevo y aunque está en una de las misiones más importantes, sabe que está con los mejores por lo que la masacre no los retrasa para su cometido.

—¡Hola! —grita la misma entrando a la casa.

Está llena de sangre mientras los agentes se encargan de llevar los restos a un mismo sitio, tienen todo el perímetro rodeado porque de esta no se salva nadie.

No se les van a escapar.

—Querida, baja la voz. —se mete Iván.

—Tranquilo, esperan por mí. —besa sus labios para después alejarse y empezar a dar órdenes que todos las acatan

—¡Tráiganme a esas ratas! —demanda Rustam.

Está manchado de sangre luego de arrancarle la cabeza al último sujeto.

Vyshe y los demás agentes se mueven dentro de la propiedad encontrando a los hombres de Min en la parte superior, los matan a todos, porque de ellos no se dieron instrucciones, por lo que vivos solo serán un estorbo.

—¡Ahh!

Los gritos, alaridos y súplicas son la canción que los alimenta porque todos tienen un objetivo y van a cumplirlo.

—Atrápenlos y llévenlos a una bodega, a los tres, hay algunas cuentas que deben saldar —fueron las palabras de la doctora.

Todos acataron porque la siguen a si como al Superior, pero también porque a ellos les deben ya sea por algo que les hicieron a ellos o a sus Superiores.

Alessia y Oleg Bogdánov.

Los gritos de Marta viendo a su hijo desangrándose alertan a Mónica que con otros dos agentes a su espalda baja las escaleras encontrando la escena que la pone inmediatamente feliz.

—¡Pero qué bonito! Al parecer te dieron la espalda antes de tiempo. —se burla tomando su mandíbula sangrienta.

—¡Déjalo, no lo toques! —grita Marta volviendo a ser retenida.

—¿No quiere que lo ayude?, Pero si no lo muevo va a ahogarse no quiere eso verdad, señora. —sigue burlándose.

—Mónica. —advierte Sebastián, quien noquea a Marta—. Los necesitan vivos.

—Pero si no he hecho nada, qué aguafiestas.

Mientras lo pone de lado, Sasha e Iryna se encargan de rodear el lugar con gasolina.

Quieren ver todo arder.

La ex convicta busca entre las cosas que hay en el sitio algunos químicos y los mezcla sin cuidado para después llenar una jeringa e inyectarlo.

—No lo voy a matar tranquilo, solo es para estancar la sangre. —se defiende al ver que el fortachón de Sebastián no ha dejado de verla mal.

Él se encarga de cargar a Marta hasta una de las furgonetas mientras le dice a Rustam que le ayude a la ex convicta.

—Yo me encargo. —dice el agente al ver que ya quito todas las cuerdas que lo inmovilizaban, excepto sus muñecas.

—No te preocupes, puedo sola. —toma los pies de Pedro y lo jala hasta que cae al suelo, gime de dolor, pero a nadie le interesa.

El susodicho sigue esposado, por lo que estresa a Rustam y camina hasta tomarlo de sus axilas para llevarlo entre los dos.

—Pero que... —Sebastián se queda mudo al ver la escena.

Qué loco.

Siguen caminando mientras Iryna los ignora volviendo a lo suyo.

—Te concedo esto, esposo mío. —dice dándole un chispero a Iván.

—Ya se revisó el lugar y no hay nada que pueda servirnos, solo unos documentos que Sasha saco.

—Bien.

Una chispa es suficiente para que el sitio empiece a arder y en segundos la fachada de la casa está en completamente en llamas.

—Vyshe, nos vamos, el resto se queda para verificar que las llamas no se extiendan. —ordena Rustam cuando ya han metido a las dos personas.

—¡Momentito! En donde demonios se metió la víbora.

—De ella se encargan los otros.

Y en efecto Caleb se está dando gusto tomando a Young Min, que como la buena agente que es les da pelea, pero el final es evidente y aunque se necesitó a dos hombres para poder doblegarla, lo hicieron

Desesperación.

Eso es lo que sintió Min al ver que todas sus oportunidades estaban arruinadas, lo único bueno es que sus hombres escaparon, saben que hacer si esto pasaba.

Min tiene muchos planes y si fue capturaba sabe que nadie irá por ella, solo hay una persona, pero no sabe como comunicarse con él.

Ella siendo golpeada y maltratada a cada paso no deja de analizar la situación, porque aunque ya dio el golpe mayor, no se quedara así porque la reina debe caer.

Alessia Carvajal a pesar de todo sigue en la cima, pero no por mucho, porque hay un cazador que sigue libre y es el que se encargara de destruirla.

***

Los días siguen pasando y Alessia, ya con la Bestia en su casa, se despierta desnuda entre sus brazos.

Está demasiado feliz y aunque los agentes saben guardar el secreto, ya no va a retrasar las cosas, cree que es un día perfecto para entregarle a quienes tanto daño les han hecho.

Los ha visitado algunas veces y las cosas salieron perfectas, solo de recordarlo se le forma una sonrisa en los labios.

Después de que recibió la noticia de que ya los tenían con ellos, hizo la primera visita.

—Alguien muy especial quiere verlos. —se burló Mónica dejando pasar a la doctora.

La rabia de Min al verla la cegó, y empezó a retorcerse al estar sujeta en la silla. La doctora la rodeó viendo en que han fallaron los agentes, pero no dijo nada.

—¿Feliz de verme?

—Como no tienes idea y que bueno porque voy a matarte.

—Quiero verte intentándolo. —le dio la espalda viendo a Marta quien solo la miró con odio.

Pedro se encontraba en otro lugar porque debido a lo que hizo Min pescó una infección y por el momento no lo quiso muerto.

—No estés tan feliz, porque vas a caer Alessia, y voy a disfrutar verte en el suelo.

La doctora no se inmutó ante el veneno que soltó su madre, sus palabras ya no le provocaron nada.

—Marta, si supieras que hay otro motivo por el que desearías estar viva.—comentó al pensar en Alexander.

Recordó lo mal que se sintió tiempo atrás por sus palabras cuando confeso que Alexander había muerto en su quirófano, pero ya nada de lo que diga podrá causar algún tipo de reacción que le afecte.

—Eres lo peor que me paso. —gruñó Marta queriendo dañarla

Sin embargo, la doctora no dijo nada, pero si le creyó porque de otra forma no hubiera permitido que tantas personas tocaran su cuerpo siendo una niña.

Eso lo sabe por los diarios, aunque nada de eso puede recordarlo siendo el mejor método de defensa que utilizo siendo una niña.

—Lo sé Marta, pero te ahorraré el sufrimiento de seguir revolcándote en tu miseria.

Sacó un arma y la puso en su frente, pero se detuvo dándose cuenta de que ella merece sufrir más, por ella, pero sobre todo, por todo el dolor y sufrimiento que infligió en su hermana.

—Zhestokiy...

Los agentes estuvieron tan pendientes disfrutando de la escena que pasaron por alto a Min.

Ella logró soltarse y cuando los agentes estuvieron a punto de intervenir la doctora los detuvo.

—Lindas muñecas. —comentó viendo la sangre en las mismas.

En una es sobre una cicatriz que Oleg permitió al no quitar el seguro.

—¡Voy a matarte! ¡Juro que voy a matarte Carvajal! —se le fue encima.

Alessia no se inmutó ante la amenaza porque todo el dolor por el que los ha hecho pasar se vio reflejado en cada golpe.

Que tocaras a mi hombre fue tu peor error.

Pensó cuando devolvió cada golpe.

Young Min es una buena agente, con mucha más experiencia, pero no se compara con la rabia de la doctora al haberla jodido.

—¡Lo lamentarás! Lamentarás el haberme tocado porque yo no te hice nada. —gritó Alessia después de ordenar que todos abandonaran el sitio insonorizado.

Los agentes se fueron al cuarto de control en donde pudieron ver todo lo que pasaba.

—¡Me quitase a Oleg! ¡¿Te parece poco?!

El golpe de Min impactó con el rostro de la doctora, y el de ella en sus costillas. Chilló y en un acto desesperado cuando estuvo por tomarla del cabello, Alessia la golpeó detrás de sus rodillas y esa cayó frente a ella.

—Yo no hice nada, cuando me di cuenta de que tú volverías yo lo deje, pero fue él quien decidió no seguir contigo, así que no me culpes de las decisiones de Oleg.

Soltó limpiando su labio lleno de sangre.

—Eres una maldita víbora. —se levantó.

Una idea cruzó por la mente de la doctora.

—Te equivocas la víbora fue tu hermana y mira lo mal que la paso. —la coreana se detuvo—. Yo la maté y no sabes cuanto disfrute hacerlo. Cada grito de agonía, súplica y piedad fue mi impulso para destruirla.

—¡Voy a matarte! —amenazó viniéndosele encima

—Fue torturada por días por Oleg, pero eso tú ya lo sabes y si no, pues sabias que estaba bajo su tutela y nada bueno se esperaba.

—¡Mientes!

—Electrocutada por intentar matarme con otra víbora como ella. —continuó sabiendo que sus palabras le afectan—. Se desangró a más no poder, pero ni toda la tortura que implemento Oleg fue suficiente para matarla, porque me estaba esperando, yo le quite la vida.

Los golpes no pararon y la sonrisa de la doctora tampoco...

Alessia sacude la cabeza ahuyentando el recuerdo y se levanta sin despertar a su Bestia, toma una ducha y baja percatándose de que Margarita ya tiene lo que solicito.

Solo se encarga de poner la dedicatoria y se muestra satisfecha con el resultado.

Sube las escaleras con la sorpresa en manos, lo que no sabe es que su cazador ya sabe como va a doblegarla y que mientras entra a la habitación él no aparta la vista de la carnada.

Carla Carvajal.

***

Tres capítulos máximo y el epílogo ♥

¿Teorías?


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