Capítulo 34

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Unstoppable - Sia. One hour.

Horas antes

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Horas antes.

Hace un frío de muerte, no cabe duda de que Oleg es un idiota, le dije que quería respirar aire fresco porque no quiero que nadie me esté molestando, él lo entendió, pero este lugar no me agrada, quizá lo que no me agrada es lo que pensé.

Debo admitir que mi arranque de... no sé cómo demonios llamar a todo el drama que hice. Recordarlo me da pena, porque no es algo común, molestarme porque las personas se vayan de mi lado.

Suponer que lo del video cambiaría algo en él, me molesto, pero luego recordé que estoy hablando de Oleg y aparte de que a él le vale mierda todo, no es algo que la Bestia haría.

Me agrada y aterroriza en la misma cantidad, lo poco o mucho que estoy conociéndolo.

No importa.

Al encontrar una habitación me meto en la cama y me cubro con las mantas térmicas. Faltan algunas horas para que amanezca y hoy se me apetece dormir hasta tarde. Mentalmente, no me siento mal y eso está bien.

Dejo que el sueño se apodere de mi cuerpo, no sé cuánto tiempo duermo, solo sé que unos gruñidos molestos me despiertan. Abro los ojos y lo que veo me deja atónica.

—¡Virgen santa! —frente a mí hay dos pitbulls, cachorros.

Uno es color gris quemado y el otro café.

¿¡Mierda, que demonios es esto!?

Con una graciosa agresividad muerden la sabana que cubre la cama, son muy bonitos, con cautela, quito la manta térmica de mi cuerpo y bajo los pies, ellos al percatarse del movimiento se hacen para atrás.

No me vuelvo a mover, únicamente veo como la mirada de ellos están en mis pies desnudos. Se sientan y así como yo estoy sin moverme ellos también.

¡Diablos, que intenso!

Necesito saber más de ellos, así que tomo la decisión de levantarme, lo hago despacio bajo su atenta mirada, voy en busca de mis cosas sin perderlos de vista.

Cuando encuentro el móvil no dudo en hablarle a Oleg. Le hago un sin fin de llamadas sin éxito alguno.

¡Idiota, me está ignorando!

Necesito aclarar mis pensamientos, por ello no dudo en tomar un baño.

Antes de seguir matándome con los insanos pensamientos sobre como asesinar a la Bestia, ingreso al baño y ver mis cremas, champú y todo lo que utilizo para el cuidado de mi piel, me da la idea del motivo por el que están aquí.

No son las mías, son de las que yo uso, pero todas se encuentran selladas.

—Porque mierdas tienes tantas cremas. —lo veo mal mientras cierro el gran compartimiento que está frente a nuestras narices y abro otro dándole un cepillo nuevo.

Ambición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora