Capítulo 52

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¡Feliz año nuevo!

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Yo siempre he amado los hospitales, en verdad lo hago, de otra forma no sería una de las mejores doctoras en mi área

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Yo siempre he amado los hospitales, en verdad lo hago, de otra forma no sería una de las mejores doctoras en mi área.

Pero lo que estoy odiando es despertar en una maldita camilla, ser doctor está bien, pero ser el paciente es un asco.

Que quisieran envenenarme es de lo más patético que imaginé que harían en mi contra. Si van a matarme que sea una muerte digna.

Es lo menos que merezco.

Puedo estar en un enfrentamiento con armas blancas y mi arma letal, pero eso de detectar sustancias no es lo mío.

Puedo reconocer cualquier fármaco, pero una disuelta en mi bebida no. Después de ese lavado tendría que haber tomado un leve reposo, pero no es lo que hice.

Me he mantenido en movimiento en todo momento, incluso después del extraño desmayo luego de ver a Carsten Bogdánov.

—Puedes creer que has ganado al tener a mi hermano idiotizado, pero tú y yo sabemos que no haces nada que no sea a tu conveniencia.

Salgo de mi asombro y me acerco solo para darle una bofetada que me deja la mano roja y picando.

—¡No sabes una mierda!

No pude contenerme y lo enfrenté, pero lo que me hizo perder la cordura fue su confesión

—Sé tus secretos, sé tus deseos y sé tu pasado. Puedes mentirle a quien quieras, no a mí Carvajal y si tus acciones no te llevan a la tumba lo hará tu enfermedad.

***

Desde esta mañana que me pelee con Yuri por intentar invadir el sistema de seguridad de Oleg no lo he visto.

Me dejo con Rebeca y aunque la agente no me es desagradable tampoco la quiero de amiga y por eso desistí de sus servicios. No he parado de buscar a la Bestia desde que desperté en la camilla luego del lavado, sin embargo, no he podido dar con él.

Al menos sé que él si está descansando, nunca lo había pensado, pero sé que también necesita un descanso.

Odio ser parte de sus problemas.

¿Quieren ir a dar un paseo? le pregunto a mis perros.

Ellos se alegran y por eso los saco. Ya dije que necesitan más comida y espero obtenerla pronto.

En nuestro paseo por la base muchos se nos quedan viendo y amo esa atención. Encontramos nuevamente a Yuri quien me reprende por enfrentar a su padre y me dice un montón de cosas que no le presto atención.

—Me siento cansada Sensei, además ellos no deben verme estresada. —los señalo—. Mis emociones los afectan y deseo ser la mejor para ellos.

No protesta porque sabe que lo primero siempre serán mis perros.

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