Capítulo 50

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Dynasty - MIIA. One hour.

Espero que lo disfruten y en sus comentarios dejen sus pensamientos y emociones.

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—¿Está confirmado? —pregunto.

Puedo escuchar el suspiro al otro lado de la línea

—Sí, tiene todos los síntomas, se le hicieron las pruebas correspondientes y al no obtener nada claro... te puedo asegurar que estamos frente a un caso confirmado de EBÓSIL.

Hago puños ante magnitud del problema.

>>El primero en México. Ya ordene las medidas correspondientes en el hospital y mande una alerta a los demás hospitales, pero imagino que será la organización quien de aviso a las autoridades para esta prevenidos.

—Lo haré. —observo el informe de lo que hace Montserrat— Y Damián, no olvides que cuando tu padre vuelva de la misión en siria tenemos una plática pendiente.

—No lo olvido, pero volviendo con el tema de EBÓSIL, ¿Sabes si Alessia ya tiene el antídoto del que hablo?

No lo sé, ultimadamente no me dice nada, estoy cansado de seguir sus pasos.

—Ella no se volverá a involucrar, no va a regalar nada, la forma de distribución dependerá de ella.

Unas cuantas palabras más y terminamos la conversación

Veo la llamada entrante de Belial, pero por primera vez no la tomo. No estoy de humor para sus reproches. Que agradezca que Alessia no ha tocado el tema de ellos.

Porque cuando lo haga no dudaré en decirle que cuando ella estaba siendo atacada por RS, él lo pudo evitar, además Sofía y él no fueron parte de los integrantes de PODER que ayudaron antes de que nosotros llegáramos.

—Oleg, ya trajeron lo que pediste, en estos momentos lo están llevando a tu calabozo personal. —informa Caleb sonriente.

Y como no, si él junto a Vyshe me ayudaron en el arte que hicimos.

—Bien, iré unos momentos antes, necesito hablar con ella. —hace una mueca.

Me sigue mientras introduzco el código que abre el compartimiento, mostrando las gradas.

—Te diría que te acompaño, pero no se me apetece verla. —no le hago caso mientras empiezo a bajar.

EBÓSIL.

Cada paso sobre el suelo en cementado retumba por todo el pasadizo.

El chillido de las ratas me pone tenso, pero lo ignoro y continúo mi camino hasta llegar a mi destino que es, la celda más grande.

Hago mala cara ante el horrible hedor del sitio.

—Por lo visto te ha sentado bien el cambio de aires. —llamo su atención.

Ambición.Where stories live. Discover now