Capítulo 63

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No es por nada, pero estoy orgullosa del capítulo me encanto el resultado, trabaje mucho y gradecería que dejaran comentarios ♥

No es por nada, pero estoy orgullosa del capítulo me encanto el resultado, trabaje mucho y gradecería que dejaran comentarios ♥

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Minutos antes.

Mantengo la cabeza en alto sin importar el dolor que siento en cada músculo de mi cuerpo.

No sé donde me encuentro, no sé cuantos días han pasado, lo único que tengo claro es que tengo que sobrevivir, porque no voy a morir, no hoy ni mañana, Carsten Bogdánov no tendrá el privilegio de decir que me doblego hasta el puto de matarme.

Porque hacerme como él quiere sería matarme y con un enfermo como él jamás estaría por cuenta propia, lo sabe y es lo que más le gusta de todo esto.

Tomo un suspiro siendo consiente de cada parte adolorida de mi cuerpo.

Mis manos se encuentran esposadas a mi espalda y ya no siento las piernas de tantos golpes. Llego un momento en el que no pude sostenerme de pie y quede sujeta de mis muñecas con la cadena que cuelga del techo

Me pareció extraño que Carsten no fuera uno de los que me golpea, pero uno menos es mejor para mí, aunque no sé si dejarme en manos de Nikolay y otros que no han tenido piedad ante cada atrocidad haya sido mejor.

Hace unos minutos se fueron luego de que la cera quemara mi cuerpo, sé que sería peor si tuviera heridas, pero ningún azote fue con esa intención.

Ya perdí la cuenta de cuantos objetos han tocado mi piel, pero cuando estaban a punto de romperme se dirigían a otras partes de mi cuerpo, y aunque no hay heridas abiertas, si sé que tengo algunas costillas quebradas y el que no pueda respirar bien lo confirma.

El color de mis piernas desnudas es horrible y solo de pensar en cuanto tiempo necesitaré para sanar me llena de rabia y de unas ganas insanas de quemar todo a mi paso.

—¡Ya no, por favor! —los gritos de mi hermana me sacan de mis pensamientos.

Hasta había olvidado que me dejaron en una silla para poder ver como Carla es torturada.

Lo siento, pero primero soy yo.

—Sigues sin querer cooperar. —Carsten toma mi mandíbula adolorida con fuerza para que lo vea—. No es mucho lo que pido, solo dámelo y ella será libre.

Observo a Carla que ha sido traslada a una habitación con paredes de cristal en las que no deja de verme con dolor.

—Por mí, puedes matarla, su vida no me interesa. —repito.

La garganta me duele de tanto gritar y puedo sentir como un hilo de sangre recorre mi frente.

Eso es nuevo... y malo.

—Creo que necesitas otro incentivo. —lo observo sacar una jeringa con un contenido que reconozco a la perfección.

Evito delatarme con miedo al recordar que fue lo mismo que vi en Colombia.

Ambición.Where stories live. Discover now