Extra Javier

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Chicago - Hard to say i'm sorry. One hour.

Javier Borja.

Observo como mi hijo esta en un debate por los zapatos que usara, le dije que los negros le quedan perfectos, pero recibí un rotundo No.

Ahora esta frente a unos amarillos con el dibujo de Bob esponja y unos azules con rojo con el hombre araña aun costado.

—Decídete sino llegaremos tarde. —Me mira haciendo un puchero. —Hijo no me hagas esto, tenemos una cita con tu pediatra.

—No quelo. —suspiro cansado. 

Es lo mismo en cada cita.

—Santi. —Veo como una lagrima se aproxima.

—Si no te das prisa no te llevare con Scott. —La mención del perro de Aless lo hace dudar. 

Observo la emoción en su rostro, sé que lo ama y me siento mal por engañarlo de esta forma porque es claro que no cumpliré, ya que son pocas las horas libres que tengo.

—Bueno. —susurra. 

Al final decide los amarrillos chillones con su short azul y una camisa anaranjada con el dibujo de unos perros que reconozco como la patrulla canina.

Tomo las llaves del auto junto al bolsón con cosas que se que necesitare para él. De igual forma él toma su mochila verde con algunos juguetes dentro y una botella con jugo, a muy corta edad le quite el biberón.

Al salir encuentro a algunos vecinos que saludan a mi hijo, pero nos quedamos más tiempo cuando encontramos a Berenice una joven universitaria que vive con sus abuelos a dos casas de la nuestra.

—Pero que grande estas. —Se agacha a su altura.

—Shi. —dice con orgullo mi hijo. —Mi tía ales dice que soy su homblesito. —Berenice sonríe.

—¿A dónde vas tan...? —Lo evalúa. —¿Por qué estas vestido así? —Frunzo las cejas y veo a mi hijo ¿Qué tiene?

—Yo lo vestí —Se para rápido. —¿Algún problema? —Observo como sus mejillas se tornan de un tono carmesí en su piel morena.

—No, ninguno. —Tartamudea. —Es solo que. —Lo vuelve a ver negando a la vez que pasa sus dedos por el cabello de mí hijo. —Es muy original. —Concluye.

—Lo es. —afirmo. —Si nos disculpas tenemos una cita con su pediatra. —asiente volviendo a tener su rostro carmesí, se hace aun lado dando una disculpa. 

Con un gesto me despido siguiendo mi camino en busca de la zona de parqueo de la residencial.

—Bele. —mi hijo se da media vuelta y estira su brazo a la joven.

—Santiago es hora de irnos. —recalco, pero él se niega a dar un paso más.

—Quielo a Bele. —Me agacho a su altura.

—Veras a Berenice cuando volvamos y ella te cuide como lo hace siempre. 

Estoy frente a él, pero tiene su rostro en dirección a la joven niñera.

—No tengo nada que hacer ahora. —La veo serio. —Digo, puedo acompañarlos. —Mantiene su vista en cualquier parte que no sea mi rostro.

—No es necesario. —aclaro.

—Bele. —Vuelve hablar mi hijo. —Papito quelo ha Bele. —suspiro sabiendo que si no nos damos prisa perderemos la cita.

—Sumare esto a tu pago. —Alza el rostro con un brillo en sus ojos, pero negando cuando se acerca.

Ambición.Where stories live. Discover now