Ambición.

By nickrespin

179K 15.9K 6K

La dependencia es un estado físico y mental al que Alessia se niega ser una adicta. Ella es un mujer que ha... More

♣ADVERTENCIA♣
Epígrafe.
Sinopsis
♣PRÓLOGO♣
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Extra Matías
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 12/2
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 15/2
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Extra Vilma
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 32/2
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
EXTRA VYSHE
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Final
Epílogo

Extra Javier

1.8K 187 55
By nickrespin


Chicago - Hard to say i'm sorry. One hour.

Javier Borja.

Observo como mi hijo esta en un debate por los zapatos que usara, le dije que los negros le quedan perfectos, pero recibí un rotundo No.

Ahora esta frente a unos amarillos con el dibujo de Bob esponja y unos azules con rojo con el hombre araña aun costado.

—Decídete sino llegaremos tarde. —Me mira haciendo un puchero. —Hijo no me hagas esto, tenemos una cita con tu pediatra.

—No quelo. —suspiro cansado. 

Es lo mismo en cada cita.

—Santi. —Veo como una lagrima se aproxima.

—Si no te das prisa no te llevare con Scott. —La mención del perro de Aless lo hace dudar. 

Observo la emoción en su rostro, sé que lo ama y me siento mal por engañarlo de esta forma porque es claro que no cumpliré, ya que son pocas las horas libres que tengo.

—Bueno. —susurra. 

Al final decide los amarrillos chillones con su short azul y una camisa anaranjada con el dibujo de unos perros que reconozco como la patrulla canina.

Tomo las llaves del auto junto al bolsón con cosas que se que necesitare para él. De igual forma él toma su mochila verde con algunos juguetes dentro y una botella con jugo, a muy corta edad le quite el biberón.

Al salir encuentro a algunos vecinos que saludan a mi hijo, pero nos quedamos más tiempo cuando encontramos a Berenice una joven universitaria que vive con sus abuelos a dos casas de la nuestra.

—Pero que grande estas. —Se agacha a su altura.

—Shi. —dice con orgullo mi hijo. —Mi tía ales dice que soy su homblesito. —Berenice sonríe.

—¿A dónde vas tan...? —Lo evalúa. —¿Por qué estas vestido así? —Frunzo las cejas y veo a mi hijo ¿Qué tiene?

—Yo lo vestí —Se para rápido. —¿Algún problema? —Observo como sus mejillas se tornan de un tono carmesí en su piel morena.

—No, ninguno. —Tartamudea. —Es solo que. —Lo vuelve a ver negando a la vez que pasa sus dedos por el cabello de mí hijo. —Es muy original. —Concluye.

—Lo es. —afirmo. —Si nos disculpas tenemos una cita con su pediatra. —asiente volviendo a tener su rostro carmesí, se hace aun lado dando una disculpa. 

Con un gesto me despido siguiendo mi camino en busca de la zona de parqueo de la residencial.

—Bele. —mi hijo se da media vuelta y estira su brazo a la joven.

—Santiago es hora de irnos. —recalco, pero él se niega a dar un paso más.

—Quielo a Bele. —Me agacho a su altura.

—Veras a Berenice cuando volvamos y ella te cuide como lo hace siempre. 

Estoy frente a él, pero tiene su rostro en dirección a la joven niñera.

—No tengo nada que hacer ahora. —La veo serio. —Digo, puedo acompañarlos. —Mantiene su vista en cualquier parte que no sea mi rostro.

—No es necesario. —aclaro.

—Bele. —Vuelve hablar mi hijo. —Papito quelo ha Bele. —suspiro sabiendo que si no nos damos prisa perderemos la cita.

—Sumare esto a tu pago. —Alza el rostro con un brillo en sus ojos, pero negando cuando se acerca.

—No es necesario señor Javier. —No me gusta que me diga señor, pero no me atrevo a pedirle que me diga doctor y no dejo que me tutee porque es demasiada confianza que no pienso darle. Irónico al ser la que cuida a una parte valiosa de mí. —Me gusta pasar tiempo con Santi.

Asiento sin darle mucha importancia, al llegar al auto es ella quien lo acomoda en su silla en la parte de atrás del auto. 

Cierra la puerta y veo por la ventana al no sentir más movimientos de su parte. Bajo el vidrio del asiento de copiloto.

—Si vas a ir te recomiendo que te des prisa. —Nuevamente se sonroja y con un poco de inseguridad se sube a mi lado. Jala el cinturón para ponérselo, pero se le hace difícil.

—Diablos. —susurra. 

Ruedo los ojos y me quito el mío para acercarme a su lado y ayudarla, se pone tensa cuando paso mi brazo frente a su rostro para jalar el cinturón unas tres veces con un poco de fuerza, siento su respiración agitada sobre mi cuello por unos segundos.

—Listo. —Salgo de la residencial en silencio hasta que Santi empieza a contar cosas sobre Matías que le regala muchos juguetes y Aless que le presta su cachorro y que los días que no lo ve le habla cada noche para darle las buenas noches.

***

Llegamos al área de pediatría unos minutos antes por lo que nos sentamos a esperar en unas sillas de colores. 

Hay algunos niños con los que Santi no duda en hacer amistad y jugar un rato. A los minutos regresa y se sienta en medio de Berenice y yo, sigo su vista en donde están los niños con sus madres.

—¿Qué tienes mi amor? —cuestiona Berenice que también se dio cuenta de su estado apagado.

—Mami. —dice en medio de un puchero.

Sus palabras hacen que algo en mi pecho se quiebre, Santiago estaba muy pequeño cuando su madre se fue por trabajo, por eso no tiene recuerdos de ella.

Nunca me ha preguntado sobre ella, sin embargo, siempre le muestro unas fotos cuando nos conocimos en uno de los viajes que hice Colombia, algunas en donde ya está embarazada y otras de los tres cuando él aún era muy bebé. Santi no le tomo importancia por lo que creí que sería otro momento en el que hablaríamos de su madre.

—Papito quelo a una mami como esos ninos. —Los señala y sinceramente no me siento preparado para hablar.

—Oye, pero me tienes a mí. —Interrumpe Berenice. —Soy una niñera muy cool, ¿No lo crees? —sonríe.

La veo entendiendo que quiere hacerlo olvidar el tema, pero eso es imposible y se que después de esta cita tendremos una charla de hombre a hombrecito.

—¿Tú eles mami, Bele? —cuestiona con inocencia.

Creí que el rostro de Berenice no podía ser más carmesí, pero eso cambia al escuchar las palabras fuera de lugar de mi hijo.

—Hablaremos de eso luego. —aclaro.

Como si el universo coincidiera conmigo en esos momentos nos llaman por lo que es perfecto para acabar el tema de momento.

—Hola Santi, ¿Cómo estás? —Lo saluda Jessica Morales, ex colega de la facultad. Mi hijo solo se encoge de hombros y se sienta en la silla frente a su escritorio. —¿Pasa algo? —Se dirige a mí.

—No. —niego.

—Bueno, empezaremos ya para que luego vayas con tu papi a comerse ese helado que te da como premio al ser un niño obediente. —asiente caminando al lugar donde le indica.

—¿Me va dolel? —cuestiona alarmado.

—No mi cielo, solo vamos medir a tu peso, estatura y el perímetro cefálico. —Empieza con lo mencionado.

—¿Ques pelimetlo cefalico doctola? —A pesar de que hay palabras que no pronuncian bien es muy preguntón.

—Es el perímetro de tu cabeza, cielo. —Responde. —Solo para ver que está creciendo de manera adecuada con tu edad, peso y estatura. —Sigue con todo el chequeo y preguntas que me hace respecto a si duerme once horas, su dieta y hace una broma con respecto a su aprendizaje que es más avanzado.

—A esta edad me tocaría administrar una prueba de detección de ADOS. —Me mira queriendo una respuesta.

—No es necesario. —Me paro. —Santiago no es autista.

—Es todo. —Culmina. 

Mi hijo se levanta del suelo en donde se encontraba jugando con los juguetes que había traído, los recoge y luego de despedirse salimos del consultorio.

Me sorprendo al ver a Berenice, había olvidado que vino con nosotros.

—¿Cómo te fue? —cuestiona cuando vamos en busca de la salida.

Santiago le cuenta todo, orgulloso de que la doctora le dijo que era un niño sano.

Flashback.

—Soy Melany. —Se presenta la mujer que he estado viendo desde lo lejos hace aproximadamente una hora, sin embargo, fue ella quien se acerco a mí. 

Soy un cobarde, lo admito.

Estoy seguro que es la mujer más hermosa que han visto mis ojos, tiene el cabello castaño oscuro, pero aun no logro descifrar si es liso o con ondas, es una combinación de ambos. Sus ojos son oscuros, pero en estos momentos brillan.

—Javier. —Correspondo el saludo.

—¿De donde eres? —Cuestiona. —Porque desde lejos huelo que no eres de aquí. —Sonrío.

—Soy de México

—Interesante, ¿Qué te trae por estos lados?

—Trabajo.

La conversación sigue en donde me doy cuenta que estudio una rama de medicina, no me dijo cual, pero cuando le dije la mía dijo que a ella le iba más la investigación por lo que no me fue difícil deducir a que se dedica.

Científica.

1 año y medio después.

—Bienvenido al mundo Santiago Borja Hernández. —Beso su cabecita que esta aun mojada del líquido amniótico, su llanto es lo único que escucho en las paredes de un hospital en Bolivia.

Camino con él en brazos para llevarlo junto a  Melany. Esta cansada luego de dar a luz al ser que tengo entre mis brazos. Se lo doy y veo como derramas algunas lágrimas.

—Es hermoso. —dice. 

Nació de ocho meses, el parto se adelanto por lo que no nació en México como lo teníamos planeado.

—Te amo. —Beso la cabeza de la madre de mi hijo. —Padre mexicano, madre colombiana y él, un boliviano. —Me río de la mezcla cultural

—Su doble nacionalidad será mexicana. —Comenta Melany.

—Puede ser colombiana, por mi no hay problema. —Siento como se tensa.

Desde hace unos días esta estresada después de recibir una llamada sospechosa, según lo que me comento fue una propuesta de trabajo la cual rechazo.

—No quiero que mi bebé tenga vínculos con Colombia. —Estoy por replicar, pero en esos momentos una enfermera viene a llevarse a Santi y a sacarme para que Melany descanse.

***

Los meses han ido pasando veloces, el crecimiento de Santi es adecuado, amo que tenga tanto de Melany como de mí. Hoy cumple un año y le partiremos un pequeño pastel, solo seremos los tres ya que ella solo tiene una tía la que no puede salir del país.

Por mi parte me he distanciado de mis dos hermanos mayores, mi padre no quiere verme desde que decidí estudiar medicina en lugar de administración de empresa como él quería, con mi madre si hablo, pero era imposible que viniera desde la ciudad de México hasta Durango que es donde vivimos.

—¡Amor, ven a ver esto! —Me llama mi ahora futura esposa, desde la cocina.

Al llegar lo que veo es el desastre que ha hecho mi hijo con una bolsa de harina.

—Esto tengo que grabarlo. —comento recibiendo una risa por Melany. 

Busco la cámara en donde tenemos todos nuestros recuerdos desde que estábamos solos hasta la llegada del nuevo miembro. Su móvil empieza a sonar por lo que se retira dejándome con Santi.

Cuando regresa veo su rostro completamente pálido, corre a cerrar todas las cortinas de nuestra casa.

—¿Melany? —Pone doble llave en las puertas y ventanas. —Linda que sucede. — No deja de cerrar todo y cuando termina corre a cargar a Santi poniéndose a llorar, todas mis alarmas se encienden al no entender lo que pasa.

—Te amo, te amo, te amo. —dice entre lagrimas a nuestro hijo. —Jamás permitiré que te pase algo malo, nunca me lo perdonaría.

—Amor, ¿Qué tienes? —Levanta su rostro que ahora esta completamente rojo y lleno de lágrimas.

—Cuídalo con tu vida mi amor. —Me lo da y corre a nuestra habitación, la sigo con Santi en mis brazos, al llegar la veo con una maleta sobre la cama arrojando sus cosas.

—¿Qué es lo que sucede? Melany me estas asustando. —No deja de llorar, se va a la mesa de noche y toma la foto en la que estamos los tres, es de hace un mes.

—Tienes que irte de aquí ya. —Sale de la habitación. —No puedes volver aquí y por ningún motivo puedes dejar a Santi solo.

—Me puedes explicar que es lo que pasa. —niega y al llegar a la puerta se detiene y nos abraza.

—Los amo con mi vida y es por eso que me voy.

—Amor...

—Debajo de la mesa de noche hay una tabla que no esta bien puesta. —Habla rápido. —Quítala, ahí hay una serie de cartas que me han estado enviando desde hace dos años, léelas y entenderás.

—¿A dónde iras?

—Te amo. —Se separa. —Los amo.

—No te vayas. —Trato de detenerla.

—Amor no hagas esto más difícil y doloroso. —Se comprime mi pecho al ver partir a la mujer que amo.

Me quedo unos segundos tratando de procesar toda la información, en estos momentos agradezco que mi hijo duerma y me de tiempo de buscar las cartas de las que habló, cuando las encuentro me tenso al leerlas.

Melany no debió guardarse esto.

Fin del flashback.

Vamos por ese helado. —le digo a mi hijo tomándolo de la mano, su otra mano la lleva Berenice.

Papito Bele puede comel helado. Veo a la mencionada.

Si tiene tiempo, por mi no hay problema. le resto importancia.

Si puedo. susurra.

Ok.

Llegamos al lugar de siempre en donde Santi come de su helado y luego juega con unos niños.

Señor Javier. Veo a Berenice que esta frente a mi comiendo su helado. Puedo hacerle una pregunta.

Si. acepto viendo como pasa su lengua por la bola de su helado. Trago grueso, pero niego cerciorándome que Santi este bien.

—¿Qué edad tiene? La veo serio.

26 respondo y creo imaginarme que suspira.

Yo tengo 19. aclara como si le hubiera preguntado.

Interesante. Es lo único que digo.

***

Amo a Santi

Amo a Javier.

¿Qué les pareció Berenice?

¿Algo que comentar sobre Melany?

Por cierto, en está semana recibí mi primer crítica destructiva.

***

¡Spoiler!

—Nadie les pide que nos entiendan. Nos revolcamos, follamos, fornicamos, cogemos, distintas palabras que describen una relación de amantes, sin dramas ni complicaciones.

—Los amantes se esconden. —se altera.

—Somos amantes contemporáneos y si me disculpas tengo que irme. —Me doy la vuelta, pero soy detenida por su mano en mi brazo.


¡Otro Spoiler!

—Mátalos. —Mi voz suena rara después de haber gritado y en el transcurso lastimarla.

—¿Qué? —abro los ojos y su rostro muestra incredulidad.

—Mátalos. —reitero.


Continue Reading

You'll Also Like

865 195 52
Samantha Frazzetto, Una mujer hermosa que todo hombre anhelaría; Ella ve mas alla de la superficie, muy inteligente con otras cualidades que te haría...
1.4K 257 31
él sin duda era un muy terrible omega, tan diferente al resto, tan odioso contra los Alfas, fuerte y desconfiado como nadie más. mas bien dicho; como...
76.2K 7.4K 58
Portada hecha por @BYRSbooks ❤️✨ Trenton Sawyer ha luchado con sudor y sangre para salir de una vida de violencia y autodestrucción. Años y años de e...