Ambición.

Da nickrespin

180K 16K 6K

La dependencia es un estado físico y mental al que Alessia se niega ser una adicta. Ella es un mujer que ha... Altro

♣ADVERTENCIA♣
Epígrafe.
Sinopsis
♣PRÓLOGO♣
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Extra Matías
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 12/2
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15/2
Capítulo 16
Extra Javier
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Extra Vilma
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 32/2
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
EXTRA VYSHE
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Final
Epílogo

Capítulo 15

2.5K 238 77
Da nickrespin

Only Love Can Hurt Like This - Paloma Faith. One hour.

Me gusta el reflejo que muestra el espejo de mí.

La tela del vestido es como una segunda piel hasta mi cintura, luego cae por mi cuerpo dejando ver la trayectoria de mi pierna, es elegante, pero a la vez sexy. Me cubre hasta las muñecas de un chiflón Zafiro con destellos. La pedrería fina termina perfeccionar el vestido.

Llevo unos tacones negros, mi cabello cae en ondas sobre mi espalda. Mis labios están de un rojo profundo.

Me enamore de una Diosa.

—Te vez hermosa, pero si no te apresuras otros se llevarán tú premio. —observo al hombre trajeado que se encuentra en la puerta de mi habitación.

—Nadie se irá. —digo segura. —Porque todos irán por mí.

—Deja de ser egocéntrica que no eres la única que será reconocida con un objeto simbólico. —Lo ignoro. Me despido de Zule y Scott.

Nos dirigimos al ascensor para salir del edificio. Javi conduce por unos minutos hasta detenerse frente al hotel en el que se llevara a cabo el evento.

—Mi hombría no permitirá que tu belleza entre sola al lugar. —Mi corazón da un vuelco y me voy contra el hombre que me muestra su típica sonrisa.

—No estoy pintado por lo tanto, no entrara sola. —Se queja Javi situándose a mi espalda.

—No sean infantiles, podemos entrar los tres. —Me enderezo. —Problema solucionado. —Ambos amigos me dan sus brazos y yo encantada voy con las mejores personas que he conocido.

Llegamos al salón correspondiente y me siento como si estuviera en una pasarela roja, con tantas atenciones.

Esto es lo que merezco, luché mucho para cumplir mis metas y poco a poco se van cumpliendo. Si algo se me mete entre ceja y ceja no hay poder humano que me haga cambiar de parecer.

—Buenas noches. —Saludo cuando llego a la tarima. Empiezo con mi discurso de bienvenida y aunque no lo estudié todo sale con naturalidad.

Al terminar escucho los aplausos que me dedican.

—Si me disculpan hay una dama que merece de mi presencia. —dice Matías después de felicitarme para acompañar a Sara.

—Nunca había visto que Matías se interesara tanto en un polvo. —comento.

Un mesero se acerca con copas de champán que gustosamente aceptamos.

—Es porque para él, Sara ya no es un polvo. —arrugo las cejas. — Es evidente que Matías siente algo por ella, de otra forma no estaría como idiota viéndola así.

Los observo confirmando lo que me acaba de explicar. Una sensación indescifrable se posa en mi interior.

Me remuevo incómoda. El recuerdo del aborto es algo que siempre tengo presente.

—Bruja roja peluda a tu derecha, no voltees. —ruedo los ojos ante la descripción.

—Buenas noches. —Quisiera ignorarla, pero ante todo soy educada.

Eso no pensabas cuando la agrediste en pleno centro comercial.

—Buenas, hasta que apareciste. —Volteo con una sonrisa falsa la cual borro al ver del brazo de quien está.

¡Porque demonios Oleg viene con la víbora de Mariana!, se supone que nos íbamos a ver aquí para hablar de nuestras diferencias.

Que este con ella arruina todo, empezando por que la trajo al lugar que sabía que yo estaría.

No me toques los ovarios Bogdánov.

—Buenas noches, Dr. Borja. —Saluda a mi amigo. —Doctora.

¡Maldito acento Ruso!

Las ganas de saltar y estrangularlo son intensas, mantener la cordura siempre será difícil con su presencia.

Mi mirada no abandona a la bestia, que estoy segura que puede leer mi inconformismo en mis facciones.

Quita tu cara cabreada, porque la única que lo está soy yo.

— Alessia me gustaría hablar contigo. —pide Mariana.

No aparto mi mirada del hombre cabreado.

—Lástima. —comento sorprendiéndola. —A mí lo que me gustaría es no respirar tú mismo aire. No podemos tener todo lo que queremos, víbora.

Sin más me volteo dispuesta a irme junto a mi amigo.

¡Te jodes ruso!

Mariana me toma del brazo deteniéndome. Todo mi cuerpo se tensa ante el agarre.

—Te doy tres segundos para que quites tus manos de mí. —farfullo molesta.

Oleg solo me analiza en silencio sin protestar, viendo mal a Mariana.

Ni te atrevas a abrir la boca, bestia desgraciada.

—Ya olvida el pasado Alessia. —se queja.

Nos alejamos unos cuantos pasos de ellos sin que ninguno me pierda de vista.

—Olvidar es perdonar. —indico. —Y yo no perdono, Mariana.

—Tanto rencor no es bueno. —Reconoce.

—Al grano. —No tengo tiempo y menos para desperdiciarlo con ella

—No quiero que te acerques a Oleg. —sonrío. —Hablo en serio Alessia.

—Ahora quieres cuidar los intereses de tu hermana. —Me burlo. —Pierdes tu tiempo.

—Sé que te acuestas con él. —No lo dice a modo de reproche. —Y el hecho que sepas de mi hermana ya dice mucho. Mis padres la adoptaron y...

—No te estoy pidiendo una explicación. —aclaro.

—En realidad no tendría que dártela. —Se defiende. —Pero si ya sabes de ella significa que su relación no está bien, ella está...

—Ok. —La corto. —Ya entendí y desde ya te digo que son palabras perdidas porque no las tomare en cuenta.

Me acostare con quien me venga en gana. Ni ella ni nadie podrá evitarlo.

—Alessia no es bueno que te metas con él. —Frunzo las cejas. —Hazme caso y aléjate del prometido de mi hermana si no quieres que...

—No sigas. —La interrumpo. —Oleg no es una pertenencia a la que debes cuidar mientras tu hermana no está. Si estoy con él, no es solo porque yo lo deseo. El deseo es mutuo, y voy a continuar acostándome con él hasta que me haya saciado. ¡Entiéndelo! —se tensa. —además, no me quieras hablar de moral.

Quiere replicar, pero sabe que solo perderá su tiempo.

>>Puedo soportar o fingir soportar a cualquier persona, pero tú ayudaste a que me dañaran de una forma que nunca nadie podrá entender, y por lo mismo no soporto la idea de cruzar palabra contigo. —hago puños. —Por mucho que me odiaras no lo merecía, y así como esa noche no te importé, a mi tampoco me importaras cuando tenga la oportunidad de salvarte.

Me doy la vuelta yendo donde se encuentra los hombres.

Soy una hija de puta, y no me importa serlo, pero por muy cabrona que sea, sé que no merecía lo que paso hace seis años.

No merecía lo que Mariana permitió.

—Llévame a casa. —Me estremezco al escuchar su voz a mi espalda que va dirigida al Ruso.

—Te alcanzo. —responde.

Mariana se va del lugar dejando un silencio incómodo.

Javi carraspea y se despide de Oleg como si leyera mis pensamientos.

Esto no es lo que yo planee para esta noche.

Estoy cansada de muchas cosas y si Oleg sigue con sus mierdas estoy segura que no podremos llegar a un acuerdo que favorezca a ambas partes.

—Volveré. —aclara al quedarnos solos.

De un momento a otro las personas desaparecen volviéndose borrosas mientras que me concentro solo en el Ruso. Suelto un suspiro.

—Haz lo que a quieras. —Me sincero encogiéndome de hombros.

Siempre he sido consiente de que no puedo forzar a las personas a quedarse a mí lado, incluso si esa persona, es mi pareja sexual.

—Si te digo que volveré es porque no quiero que empieces a imaginar cosas que no son. —Su voz toma un tono más serio.

Me jala tras unas columnas alejada de la multitud.

—No. —niego cuando quiere besarme.

—Alessia...

—No puedes hacer este tipo de cosas y esperar que siempre te espere con los brazos abiertos. —me enojo. —peor, con las piernas abiertas.

—No es lo que quiero de ti.

—Es lo único que puedes esperar de mi. —frunzo las cejas. —Y me molesta que solo me veas como una cara bonita, porque no lo soy.

—Soy consiente de que eres mucho más de lo que aparentas.

—Odio las mentiras, las aborrezco, Oleg. Si me mientes no esperes mucho de mi parte.

—Estoy siendo lo más transparente que puedo.

—¡Mientes! siempre me haz mentido y si la farsa que haz creado no se termina no podremos continuar.

—Alessia...

—No te exijo que me cuentes lo que no deseo saber. —suspiro. —No creo que puedas entender la magnitud de lo que significa la comunicación.

—Volveré. —repite. —Y prometo solventar todas tus dudas.

Me pega a su cuerpo y se apodera de mis labios, está vez no me niego porque es algo que deseo y jamás voy a reprimir las exigencias de mi cuerpo.

El beso se torna violento y por mi salud mental me separo porque una vez que empezamos ninguno se controla.

—Si vas a volver porque quieres follar, ¡Dímelo! —Exijo mordiendo su labio. —Si vas a volver porque quieres disfrutar la fiesta, ¡Dímelo! —Su respiración al igual que la mía se agita. —Si vas a volver porque necesitas de mi cercanía como yo de la tuya para subsistir, ¡Dímelo!

No me responde, solo vuelve a besarme respondiendo con sus acciones en el trayecto.

—Volveré. —Es lo único que dice antes de plasmar un último beso en mis labios.

***

—Por sus logros alcanzados a tan corta edad queremos entregar el presente, a una Doctora admirada por todos. —los murmullos y halagos inician. —Una mujer luchadora que es el ejemplo de muchos de los jóvenes que apenas empiezan su carrera. —Continúa y aunque no ha dicho mi nombre todos lo deducen. —Un fuerte aplauso para la Dra. Alessia Carvajal.

Todos se paran y aplauden haciendo mi caminata a la tarima más imponente.

Tomo el premio en forma de bisturí junto a estetoscopio de oro que me entregan.

—¿Cuál es el secreto de su éxito? —Pregunta a modo de broma el director de un hospital del Estado de Chiapas.

La presión de ser la mejor.

La presión de hacer las cosas bien.

Ser el trofeo de mi madre.

Escuchar que hago lo que me corresponde.

Eso quizá fue mi impulso, pero todo lo demás es por orgullo, y el sin fin de metas que me impuse desde niña.

—Persistencia. —respondo. —Nunca dejar de luchar por mis objetivos. Por el camino muchos intentaron desanimarme y llegó el momento que estuve a punto de creerlo, me dijeron que no era capaz, pero todo comentario negativo lo sustituí con un Yo sí puedo, lo lograré, si no me salió a la primera lo intento una y otra vez hasta lograrlo.

>> me anime yo más que nadie, porque al final, el resultado de mi esfuerzo lo demuestro en el quirófano y otros escenarios.

Todos me escuchan atentamente y observo a lo lejos como el Dr. Alex, traga grueso consciente de lo que esconden mis palabras.

Él si sabe el infierno que viví en mi casa y lo permitió.

Decía ser un gran amigo de mi padre, pero le ocultaba todo el daño que nos hacía mi madre. Lo que él hizo fue acostarse con ella.

—Interesante. —comenta el presentador.

—Quiero invitarlos a que sean persistentes, aférrense a lo que quieren y arriésguense a darlo todo por eso que tanto anhelan sea suyo. —expreso. —Suyo y de nadie más, porque no se merecen menos.

Tómalo en cuenta Alessia.

—¿Qué la motivo? —Cuestiona el mismo hombre.

Sonrío recordando todo.

—Hubo muchos factores que fueron mi impulso. —observo a mis amigos, Javier si conoce la historia. —Pero sin duda yo soy mi más gran motivo. —Se miran unos a otros. —Una vez entre a la carrera me di cuenta que era buena en lo que hacía. —Llegan fragmentos. —Muy buena, sin embargo, por el camino hubieron muchos que no creyeron en mí, personas muy allegadas, pero no por eso me detuve porque yo sabía de lo que era capaz y cada acción, cada paso, durante años me demostró que soy capaz de lograr todo lo que me propongo, con el simple hecho de creer y confiar en mí.

>>Jamás deje que ningún comentario negativo me desanimara, porque se que hay personas que no quieren que los demás triunfen y cuando lo empiezan hacer, hacen hasta lo imposible para arruinarlo. —Rubén viene a mi mente. —Nunca nadie me derrotó y ese es un motivo por el que hoy estoy aquí frente a ustedes.

Estoy orgullosa de mí.

No solo triunfaré en el área laboral, triunfaré en todo lo que me proponga.

Bajo del estrado con una ráfaga de aplausos. Mis palabras no pudieron estar mejor. La noche continúa con más reconocimientos y la donación que no se podía obviar.

Inauguran el salón de baile y mis amigos no lo desperdician.

—Estaría faltando a mis principios si dejo que una bella dama se quede sentada toda la noche, en una velada en su honor. —Reparo al hombre que invadió mi tranquilidad.

¿Ya no puedo estar sola?

—¿Estaría faltando a los míos si ignoro su presencia? —Sonríe, mostrando su dentadura blanca asiática.

—Yoshio Hayashi. —Me tiende la mano.

—Alessia Carvajal. —Se la extiendo sorprendiéndome al momento que besa mis nudillos.

—He oído mucho de usted Doctora. —Alabó.

—Siempre se habla de mí, lo raro seria que no me conociera.

No sé porque me siento incomoda con su presencia.

—¿Me concede esta pieza? —Lo dudo, pero al final acepto caminando junto a él a la pista.

No sé ni porque acepte bailar, no voy a mentir diciendo que fue para no ser descortés, porque estaría mintiendo.

Quizá estoy molesta de que un Ruso se fue hace ya dos horas y hasta el momento brilla por su ausencia.

¡JODETE OLEG!

Cada vez que quiero creer en él, lo arruina.

—¿Sabe, Doctora? hay una oferta muy alta por su cabeza en el mercado.

—Siempre he tenido varias ofertas. —Lleva su mano a mi cintura pegándome de forma suave a él.

—Mis jefes la han querido desde hace mucho con ellos. —Empezamos a bailar la dulce melodía.

—Discúlpeme con sus jefes, pero por el momento no estoy interesada en ninguna oferta. —me sincero.

Nos movemos, pero lo único que puedo hacer es ver a mis costados en busca de una distracción.

—Me dijeron que era dura. —Hace presión en mi cintura con más fuerza de la debida.

—Explíquese —Comento con intriga.

—Nos ha estado ignorando Doctora. —Lo veo incrédula. —Se intentó comunicar con usted por las buenas, pero viendo las circunstancias. —Me intento soltar, pero me lo impide. —Tendrá que ser a las malas.

—Le pido de la manera más amable que se aleje. —No me da buena espina y si antes me sentía incomoda ahora no sé cómo describir el disgusto de tenerlo cerca.

—La llegada de Rusia. —Me ignora. —La visita cuando estaba ebria con sus colegas en Rusia, la llegada a México, el accidente de su amigo, el atentado en el centro comercial, la bala con sangre, el pequeño accidente de su hermano. —Todos mis sentidos se ponen alerta al saber el rumbo de esto.

>>Las fallas de su equipo en el cuarto del placer como usted lo llama. —Continúa. —Los hombres del callejón y hasta nuestra primera presencia en las bartolinas del Estado, ¿Es suficiente o quiere que continúe Doctora? —Lo último lo susurra en mi oído cuando de forma brusca me gira quedando mi espalda pegada a su pecho. —Hubo muchos mensajes que ignoro doctora.

—Váyase. —ordeno.

Me niego a mostrar miedo aunque el corazón esté que se sale de mi pecho.

—Respuesta incorrecta Doctora. —Muerde el lóbulo de mi oreja. —La próxima vez que nos veamos será cuando usted haya aceptado. —Sin más se retira dejándome en medio de la pista de baile con personas que ignoran la situación.

***

Después de la inquietante conversación salí a respirar un poco de aire.

El recuerdo de mi hermano hace que se comprima mi pecho, cierro mis ojos y veo su cuerpo inerte.

Sabía que era la culpable de su muerte al no poder salvarlo, pero el saber que su accidente fue por mi culpa al ignorar las alertas que se me presentaron hacen mi existencia aún más miserable.

Tomo grandes bocanadas de aire para calmar el nuevo ataque que quiere surgir.

No ahora.

Ya los había superado, pero tanto estrés está haciendo perder el control de mi cuerpo. Necesito visitar a mi psicólogo, eso lo sé desde lo que pasó en el ascensor, pero con tanto trabajo no he hecho tiempo.

Esto se esta saliendo de control.

Insisto en rechazar todo tipo de acciones que me obliguen hacer lo que los demás quieren y fue eso lo que me llevo a ignorar los llamados de H.B.

¿Para qué me quiere?

¿De dónde me conoce?

¿Por qué yo?

Tengo tantas cosas en que pensar que solo el recordarlo me cansa.

Por un lado esta lo que he descubierto de Oleg, y ahora H.B. me quiere para quien sabe que cosas.

Esto me está sobrepasando, obligándome a hacer cosas que quizá luego me arrepienta.

Siento unas manos en mi cintura y me volteo rápido para decir unas cuantas verdades, pero me muerdo la lengua al ver al causante.

A ti te estaba esperando, ¡Desgraciado!

—Estás pálida. —comenta. —¿Esperabas a alguien más?

No respondo solo me voy contra él dándole una bofetada que sé perfectamente que pudo evitar.

—¡Hijo de la chingada! pinche pendejo, Mal agradecido, bastardo inservible, cabrón mal parido,  pedazo de imbécil,  —deja que me desahogue mientras no dejo de insultarlo y golpear su pecho.

—Cálmate.

—¡Mira que eres el que menos derecho tiene en pedir que me calme!, estoy estresada y tu en lugar de estar follándome en alguna esquina, te fuiste con la inservible de Mariana, me enoja a tal grado que no puedes imaginar.

—¿Celos?

—¡No! estoy furiosa porque en lugar de orgasmos me das dolores de cabeza. —me quejo.

Mi respiración se agita al pensar en distintos escenarios. Cierro los ojos. De cierta forma me aterran los alcances de H.B. lo de mi hermano es un claro mensaje que no está jugando.

Después de muchos meses reprimiendo me permito respirar y tragar grueso para calmar un poco el nudo que se forma en mi garganta.

La impotencia es notoria, el no poder decidir de mi es algo que siempre he odiado.

—Alessia. —Oleg me toma de los hombros separándome de él. —Cuéntame lo que te preocupa. Es evidente que no estas bien.

No me había percatado en que mis manos eran puños en su traje, la poca distancia que interpone me enoja.

—Estoy bien. —contesto de forma brusca.

—No, no lo estas. — contradice. —¿Qué te pasa?

—No finjas que te importo.

—Si no me importaras no estaría aquí.

—El por qué estoy mal no es importante. —Sus cejas se fruncen y me toma del brazo ejerciendo presión para que no me vaya, su otra mano se posa en mi barbilla para que lo mire.

Me pierdo en sus zafiros que penetran hasta el alma. La elección de mi vestido fue para fastidiarlo.

Eso creo.

—No lo volveré a repetir Alessia. —Su voz autoritaria es evidente.

Sinceramente no se si seré capaz de cargar con más mierda.

—No es fácil de explicar. —Me justifico. —Llevo meses con una incertidumbre, temor hasta de salir de mi casa. Con miedo de un día ya no regresar.

Continúo hablando contándole todo lo que siento respecto al tema. Su mirada fría no cambia en ningún momento solo se endurece cuando relato las amenazas, no me permito quebrar.

Aun así, es inevitable que dos lágrimas de rabia se deslicen por mi rostro, me las quito con amargura mientras continúo hablando con él, lo observo hacer puño sus manos. No comenta nada, solo escucha atento hasta que culmino.

—Sea quien sea, quiero que estés segura que jamás permitiría que alguien te haga daño. —sonrío con amargura.

—No estamos hablando de cualquier persona. —ratifico. —Quizá sean mercenarios o alguien peor.

Me alarmo al pensar en el peligro que he estado corriendo todo este tiempo por imprudente.

Al contemplar mi rostro nos aleja aún más provocando que el aire fresco choque en mi rostro, permitiendo calmar el fuego interno.

—No hay nadie peor que yo Alessia. —Nos detenemos. —De eso que no te quede duda.

Me besa como si fuera un cierre a sus palabras. El beso es un tornado que acaba con la poca cordura que creía mantener.

***

¿Dudas?

***

¡Spoiler!

—Hincarse frente a una persona es muestra de respeto, pero yo lo haré para una satisfacción mutua. —confieso.

Me arrodillo y entro entre sus piernas.

—Alessia. —advierte. Su voz a cambiado, levanto mi rostro y la imagen que veo de él es suficiente para volver a bajarla y encargarme de su virilidad.

***

¿Cuál seria el nombre del shipp de Oleg y Alessia?

Continua a leggere

Ti piacerà anche

255K 26.5K 40
A Melissa el nuevo año no le sonrió. Descubrió a su novio siendo infiel así que lo dejó. La echaron de su trabajo por reducción de personal y, por en...
23.7K 1.7K 25
A sus veintitrés años, lo último que Bianca Messina tiene en mente es casarse. Siempre imaginó el día de su boda como el más feliz de su vida, un su...
244K 12.3K 65
"𝙀𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙣𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙢𝙪𝙚𝙧𝙚 𝙮 𝙡𝙖 𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙧𝙖𝙯ó𝙣 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙚𝙟𝙖𝙣 𝙪𝙣𝙖 𝙝𝙪𝙚𝙡𝙡𝙖" "-𝙔 𝙖𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 𝙚�...
121K 7.2K 33
SEGUNDO LIBRO DE LA BILOGÍA "INEVITABLE". ¿Olvidarlo? Difícil. ¿Dejarlo de querer? Imposible. ¿No desearlo? Complicado. Ha pasado muchas semanas desd...