65 · vida

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Hoseok

—Buenos días... —Murmuró dormilona llevando sus labios a los míos para plantar un casto beso sobre ellos.

Nunca pensé que echaría tanto en falta sus besos de buena mañana hasta ese momento en el que me percaté que no había manera de verse tan perfectamente imperfecta como a esa hora del día, siendo tan ella.

—¿Qué tal has dormido?

—A tu lado siempre se duerme bien —aseguró, con los ojos aún entrecerrados. Yo ya estaba despierto desde hacía un rato, disfrutando de verla dormir—. ¿Y tú?

—Igual gracias a ti.

Acarició mi mejilla antes de bostezar y tomar su móvil, mirando la hora.

—Oh, mamá dice que si queremos ir a almorzar a su casa, va a invitar a tus padres también, ¿te apetece?

No pude evitar soltar una sonrisa ante su "mamá" pensando en lo feliz que me hacía que me incluyera en ello. Pero, al darme cuenta de la proposición que contenían sus palabras, mi corazón se aceleró.

—¿Va a estar tu hermano desconocido y tu nuevo padre? —Soltó una carcajada antes de asentir—. Tengo miedo... —Y no mentía, de pronto, me había puesto realmente nervioso.

—Estoy segura de que te llevarás fenomenal con ellos —aseguró—. ¿Le digo que sí?

—Piensa que es nuestra presentación formal como pareja y solo llevamos veinticuatro horas, ¿no es demasiado?

—¿Drama? Sí —bromeó y ambos reímos. Me rodeó el cuello con los brazos—. Yo también estoy nerviosa pero, quiero hacerlo y es momento de que le demos una alegría a Hope.

—De acuerdo —accedí alargando las letras después de pensarlo por unos instantes—. Te salvas de que yo también quiero. —Me besó de nuevo, intensificándose más de lo que estaba previsto y luego, me abrazó.

Tenía miedo de que nos precipitáramos demasiado pronto pero, ¿no habíamos dicho que viviríamos sin más? Ya nos preocuparíamos más tarde si todo se torcía pero, en ese momento, disfrutaríamos de ser felices.

—Entonces deberíamos de levantarnos para desayunar para poder irme a su casa a ayudarla a preparar todo.

—No quiero que te vayas... —Ella sonrió ante mi puchero.

—Ni yo pero, podremos vernos luego, ¿no? Eso es lo bueno. —Asentí, de acuerdo a sus palabras.

No pudimos pensar demasiado porque, cuando menos lo esperábamos, teníamos ya a una Hope subiéndose a la cama, cayendo encima de nosotros hasta hacerse hueco en el medio, como en los viejos tiempos. Tenía el pelo alborotado y una sonrisa de oreja a oreja de la que salían esos bonitos hoyuelos que había sacado de mí.

No dudé en sentirme completamente feliz ante esa calidez repentina que tenía en mi pecho, como si todo fuera increíblemente correcto.

—Buenos días, princesa. —Acaricié su mejilla.

—Buenos días. —Soojin acarició su pelo, ambos dándole cariño.

—Buenos días, princesita —dijo mi novia, sacándole una carcajada a la pequeña de los tres.

Ella la abrazó y yo no tardé en abrazarlas a las dos, los tres riendo.

Siendo de nuevo una pequeña pero bonita familia, un hogar.

Y nada se sintió más correcto que ese momento. Después de todo lo que habíamos pasado, de los dos haber tenido una vida oscura y difícil desde el principio, de habernos topado, de haber vivido una adolescencia cargada de problemas de adultos, de preocupaciones, de inseguridad, de miedo... Parecía que finalmente podía decir orgulloso, que todo había valido la pena.

HOPE ━ j. hoseokМесто, где живут истории. Откройте их для себя