17 · cotilleo

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Soojin.

—Eo, ¡Soojin! —Exclamó Yeonji, moviendo su mano delante de mi rostro. Había vuelto a quedarme pensativa como por décima vez en esa mañana—. Tía, dios, sal del ensoñamiento, ¿me quieres decir qué coño te pasa? Ayer no volviste a responderme y hoy más de lo mismo.

Me miraba preocupada a través del reflejo del espejo de aquel baño del colegio al que no solía ir mucha gente, cerca del pabellón donde hacíamos educación física. Estábamos solas, Yeonji haciéndose el maquillaje, llenando aquella encimera de los productos que estaba utilizando, yo, a su lado, observando a la nada, de pie sin saber qué hacer. Esa mañana, no tenía clase a primera hora y a ella no le había apetecido entrar a la suya. Hacíamos tiempo antes de bajar a la cafetería para tomar algo como desayuno.

—Nada... —comenté algo insegura. Estaba totalmente en pánico y algo nerviosa.

—Tïa no me mientas —tiró aquel lápiz de ojos en su neceser, acercándose a mí. Por su actitud parecía estar molesta—. ¿Qué es lo que te preocupa exactamente?

Cabizbaja, me quedé en silencio sin saber qué decir. Estaba muy nerviosa como para actuar de manera coherente.

—No te ha bajado la regla, ¿verdad?

Ojalá hubiera sido así.

—No, aún no —respondí abiertamente. Acunó mi cara con ambas manos, obligándome a mirarla mostrándome una sonrisa tranquilizadora.

—Tranquila —me pidió, acariciando mis mejillas con sus pulgares—, mira, sé que no es la primera vez que entramos en pánico, y me englobo porque otras veces, yo también he estado preocupada porque no me ha bajado. Pero, no deberías de preocuparte en exceso, tú y yo somos una para estas cosas y sabes que tenemos una regla súper irregular.

—Pero... —me mandó a callar, apoyando su frente sobre la mía. Cerré los ojos en el proceso, disfrutando de las caricias que ejercía sobre mis mejillas.

Por esa razón Yeonji era mi mejor amiga, porque, pasara lo que pasase, ella siempre mantenía la calma y sabía exactamente qué hacer para tranquilizarme.

—A mí me vino ayer —me informó— y tú, por la mala carita que llevas, tiene pinta de que te vendrá pronto. Confía en mí, ¿vale? Sé que te preocupa pero no puedes entrar en pánico de repente por tener un pequeño atraso.

—Es casi de dos semanas... —inquirí, abriendo los ojos, encontrándome con los suyos, grisáceos y brillantes, brindándome toda su atención.

—Soojin, cariño, bebita, cosita, amorcito —sonreí de lado ante sus apodos. Ella también sonreía—, tu mejor amiga Yeonji te pide que dejes de buscar más cosas por las cuales desbloquear un nuevo trauma. Estaremos atentas de tu preciosa y cálida regla, ya verás que esto no es más que un susto desagradable, ¿sí? —Besó mi mejilla antes de separarse para recoger el desastre que había hecho sobre el lavabo. Guardó todo en la mochila bajo mi atenta mirada—. De todas formas, tú tomas pastillas anticonceptivas, es casi imposible que pase algo.

Volví a tragar duro.

Parecía que Yeonji también estaba teniendo fallos de memoria.

—Venga, vayamos a tomar un croissant de chocolate, seguro que eso te anima —tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos en el proceso antes de salir de aquel baño para dirigirnos a la cafetería.

Vale, quizás Yeonji tenía razón y simplemente estaba exagerando como otras veces anteriores en las que me había pasado. Al final, era una adolescente de casi diecisiete, con una vida por delante que disfrutar, con una pareja estable con la que mantenía relaciones sexuales. Cualquiera podría descuidarse, cualquier cosa podría pasar. Y la verdad, es que a cualquiera con tan corta edad no le gustaría que eso pasara. Dudaba que fuera la única paranoica que se lo plantera.

HOPE ━ j. hoseokWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu