39 · nada y todo

99 9 4
                                    

Soojin.

—¿Q-qué haces aquí? —Pregunté atónita, tartamudeando sin saber qué hacer o decir. Me había puesto repentinamente nerviosa.

Mi padre rió y sentí un sabor amargo en mi boca.

—Esta no ha dejado de ser mi casa, ¿recuerdas? —Pues no lo parecía—. ¿Dónde has estado querida hija? No te veo desde hace semanas y lo primero que me encuentro es a estas ratas aquí.

Jaehyuk dio un respingo y tuve que atrapar la muñeca de Hoseok para que no hiciera nada.

—No la tomes con ellos —le pedí o más bien le supliqué—. Jaehyuk y Hoseok ya se iban, déjales —indiqué.

Ya no era una niña, tenía que intentar no quedarme callada.

No dijo nada sino que resopló antes de sacar la cajetilla de tabaco de su bolsillo. Rozó hombro con hombro con Hoseok antes de entrar en casa, empezando a fumar en el proceso. Cogí la llave de la casa, y me puse los zapatos para salir con ellos de allí a la terraza de la entrada. Debía de refugiarme del humo de los cigarros.

Hoseok tenía los brazos cruzados y Jaehyuk parecía preocupado pero a la vez perdido, como si no supiera qué hacer. Y yo debía de admitir que hacía un rato que sentía náuseas. Joder, solo habían pasado unos días desde que había venido de Busan y mi padre había vuelto de nuevo a destrozar mi tranquilidad en pocos minutos.

—Chicos, deberían de irse —les indiqué después de un rato de silencio—. Yo solucionaré esto no se preocup...

Hoseok me tomó por los hombros negando con la cabeza.

—No, Soojin, no pienso permitir que te quedas a solas con ese hombre que te ha destrozado la vida, no —zanjó mirándome con total seriedad—. ¿Quién sabe lo que te puede hacer?

—Nunca me ha hecho nada grave no creo que...

—Soojin, siento tener que hacerlo pero necesito recordarte que estás embarazada y que no voy a quedarme tranquilo dejándote con un maltratador psicológico a solas y menos con la adicción que tiene al tabaco que puede ser perjudicial para el bebé. No —Jaehyuk tomó mi mano con preocupación.

Los miré a ambos antes de agachar la cabeza.

—Estoy de acuerdo con él, no podemos dejarte sin protección.

—Ese es el problema —admití elevando la cabeza—, que siempre tengo que ser protegida y por una vez quería ser yo la protectora... —Hoseok me miró con tristeza antes de abrazarme—... Quiero ser fuerte.

—Y lo eres, de verdad que sí —aseguró acariciando mi cabeza—. Pero tienes que pensar que tenemos razón Soojin, un mal golpe puede hacerte muchísimo daño, estás en un estado delicado y lo menos que quiero es que te pase algo.

Me tomó por los hombros en cuanto dejó de abrazarme.

—Me quedaré contigo hasta que venga tu madre, ¿vale? Llámala y avísale de esto.

—¿Y Jaehyuk?

—Él debería de irse —le miró—. Lo siento, pero creo que tú también estás en peligro estando aquí y ya que puedes librarte, deberías de hacerlo.

—Pero estoy preocupado por ella...

—Confía en mí, la cuidaré con mi vida si hace falta —le aseguró y aunque Jaehyuk pareció dudar, asintió. Se acercó hasta mí y me dio un enorme abrazo que casi me deja sin respiración.

—Acabaremos con esto, Soojin, no sufrirás más.

Y de verdad esperaba que sus palabras se cumplieran.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now