16 · ¿fallo de memoria?

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Soojin.

—Oye, pues al final casi que te sabes ya todo el temario —le animé al verle totalmente agotado sobre la mesa en la que nos habíamos pegado toda la tarde estudiando. Acaricié su pelo—. ¿Cómo te sientes?

—Como si me hubiera muerto —respondió obligándome a soltar una carcajada— y no me importaría la verdad.

—¡Calla, tonto! A mí sí que me importaría —hice un pequeño puchero. Él me miró desde aquella posición sonriendo de lado.

Me encantaría poder guardar esa imagen para toda la vida: sus ojos cansados, su pequeña sonrisa tímida, su pelo castaño alborotado de tanto revolverlo mientras estudiaba —manía que nunca creía que se le fuera a quitar— y su tontería al más no poder. Adoraba esos pequeños momentos de su naturalidad, cuando era él, cuando era ese Hoseok que no muchos tenían la suerte de ver.

Y desde luego, me sentía afortunada de ser una de esas personas que podía hacerlo.

—Te lo tomas todo muy a pecho, Soojin —dijo, levantándose para plantar un pequeño beso sobre mis labios. Sonriendo sobre ellos sentí mi corazón desvanecerse ante su gesto.

Quizás yo si que me había muerto pero, de amor.

—Solo bromeaba —aseguró de nuevo. Volvió a besarme antes de apartarse.

—Eres un idiota, no bromees con esas cosas... —le pedí volviendo a hacer un mohín. Fui presente de su tierna sonrisa una vez más.

Dios, no sabía que le había pasado pero quería que siguiera así, sonriente, demostrándome lo feliz estaba, que me hiciera sentir dueña de esa felicidad. A veces sentía que, estando uno al lado del otro, las cosas siempre iban a mejor.

—Vale —alargó las letras dándose por vencido—, no lo volveré a hacer —solté una pequeña carcajada ante la manera de articular esas palabras, como si de un niño pequeño se tratara.

—¿En qué momento me enamoré yo de un chico tan idiota? —Se encogió de hombros ante mi pregunta.

—¿No te arrepientes? Digo, soy insoportable —no pude evitar reír, acercándome de nuevo a sus labios. Me observó también sonriente.

—Nunca lo haría —admití antes de que nos fundiéramos en un pequeño beso— y menos cuando estás tan bonito como ahora —se separó de mí, estirando sus brazos. Aún persistían aquellos hoyuelos que acompañaban a su sonrisa.

—Nah, deben de ser las endorfinas las que te tienen confundida.

—¿Las endorfinas? —Alzó la ceja ante mi pregunta.

—Venga, Soojin, pregunta de examen, ¿qué son las endorfinas? —Me quedé observándole, pensativa, mientras recogía sus libretas sin dejar de mirarme. Rebuscando entre mis conocimientos finalmente lo hallé.

—¿No era la hormona de la felicidad?

—Punto para Soojin —bromeó sin dejar de sonreír.

—¿Y dices que eso me confunde?

—Claro, seguro que si no fuera porque estás feliz, no estarías conmigo —le golpeé en el pecho, juguetona. Al final ambos estábamos bromeando y nada iba en serio.

—Eres tú el que me hace feliz, tonto.

—Lo sé.

—¿Ves que eres idiota? —Rodé los ojos, al verle levantarse del suelo. Estiró su cuerpo bajo mi atenta mirada.

—Lo sé —negué con la cabeza, reuniéndome con él. Cogí antes mi libreta de apuntes.

—Quédatelos novio idiota —bromeé ante su sonrisa—, te servirán.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now