60 · hawai

115 12 4
                                    

Hoseok

Caminé por las calles de Hawai, solo, alejándome un poco del hotel pero, no lo suficiente como para perderme. Namjoon se había quedado dormido después de darse una ducha y, había aprovechado ese momento para salir sin que él se enterara.

La noche era cálida y a pesar de ser jueves, mucha gente caminaba por las calles disfrutando de ella. Cerca del hotel, había una especie de mercadillo casi a ras de la zona costera, donde muchos vendedores ambulantes, exponían artilugios desconocidos que se hacían a mano. Sonreí pensando en que me daría una vuelta por allí en un rato para ver si podía comprarle algo a Hope como regalo por lo bien que se estaba portando y por lo mucho que había mejorado.

Anduve hasta llegar a un pequeño mirador vacío que daba completamente al mar. Apoyé mis antebrazos en la barandilla de hierro azul y desvié mi mirada hacia la luna, contemplando lo llena que se hallaba y lo brillantes que se mantenían las estrellas dado a la poca contaminación lumínica. Poco después, centré mi mirada en un grupo de amigos que gritaban cosas inentendibles para mí en inglés mientras reían en la playa.

Por un momento, me sentí tranquilo, conmigo mismo.

Apenas quedaban cuatro días en Hawai, que se decían poco y, habíamos hecho tantas cosas en poco tiempo que, sinceramente, no sabía cómo no había muerto en el proceso. Habíamos visitado cientos de parques nacionales, playas,... Todo lo que Jimin había encontrado por internet y aún así, quedaban lugares a los que ir. Pero, no podía quejarme.

Lo habíamos pasado tan bien solo en tres días que, no podía evitar pensar las ganas que tenía de seguir allí, empapándome de aquel lugar tan exótico y distinto al que me había criado.

Cerré los ojos. "Siempre he estado enredada y con espinas clavadas"... Suspiré. Quizás, sin querer, había encontrado la respuesta a todos mis problemas, en ella, como siempre. Miré de nuevo al cielo.

Desde que tenía apenas seis años, el mundo se había caído para mí por culpa de unas personas que me hicieron daño sin piedad solo por mi situación económica y social. En realidad, si me hubiera pasado de adolescente, quizás no hubiera sido tan importante pero, en ese momento, lo había sido, claramente. Me llené de inseguridades, de dolor, de ansiedad, de miedo... Y aunque había intentado cambiarlo, ahí seguían, marcando cada paso.

Yo también estaba enredado y me di cuenta en ese momento, cuando vi el alma de Soojin tan rota cuando hablaba sobre ello. Quizás ambos, no habíamos recibido cortes iguales por las espinas, pero de alguna manera, entendía ese sentimiento de sentir que todo te asfixia, de que todo te supera, de que las heridas se clavan en ti y, a veces, parecen que nunca van a cicatrizar.

Pero eso no significaba que iban a quedarse latentes para siempre, que no iban a curarse.

Quizás eso era lo que me mantenía en el pasado, lo que me hacía dudar, lo que me hacía seguir queriendo a los demás en vez de a mí, el hecho de que, tenía miedo a curar esas heridas, a mirar hacia el pasado y decir "hasta aquí" pero de verdad. Porque no podía seguir así, mirando a otro lado para no mirar al pasado, para no enfrentarme de cara a los problemas, a quién era.

Porque yo no era ese chico fuerte e impulsivo que puede con todo, que se acuesta sabiendo que nada podrá hacerle caer. Yo era frágil, con miles de heridas que aún sangraban, con miedos e inseguridades, con demonios que aparecían por la noche y me hacían llorar, tener ansiedad... No podía seguir aparentando que nada de lo que pasaba, no me hacía daño, que yo pasaba por él sin que pasara por mí.

No era así, Jung Hoseok no era así.

Con lágrimas en los ojos me encontré en todas partes en una Hawai en la que no me había criado, en un lugar donde jamás creía que me vería tanto. Donde por fin, aceptaría quién era para poder seguir avanzando.

HOPE ━ j. hoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora