58 · mi lugar

107 9 8
                                    

Soojin

—No podemos seguir así, Soojin. No puedo permitir que sigamos haciéndonos tanto daño. Te quiero, te quiero muchísimo, más que a mi vida. Y te quiero a ti y a Hope, las quiero muchísimo a las dos. Adoro la pequeña familia que tenemos, los tres. Pero esto no puede seguir así. No podemos —dijo, con una expresión de pena en su mirada. El brillo de sus ojos se había oscurecido—. Creo que, lo mejor, aunque no quiera hacerlo, es separarnos. Soojin, tenemos que cortar esta relación antes de que nos destruyamos por completo.

El labio inferior me tembló y las lágrimas recorrieron mis mejillas.

¿Romper? Para mí nunca había existido esa posibilidad con Hoseok.

—¿Estás dejándome? —Pregunté sin creerlo, con la voz entrecortada. Apenas podía respirar y sentía que en cualquier momento me daría un ataque de ansiedad.

Si no le tenía a él, ¿qué haría?

—Sí, Soojin, te estoy dejando. —Sus ojos estaban rojos y, parecía que estaba aguantando las ganas de llorar.

Tuve que sentarme sobre la cama porque los pies me temblaban y, había empezado a marearme. Hoseok me observó antes de apartar la mirada. Ambos nos quedamos en silencio. Intenté controlar mi entrecortada respiración, llevándome una mano al pecho, sintiendo que jamás nada iba a doler más que escuchar incluso, cómo mi corazón se rompía en mil pedazos.

—Voy a buscar a Hope a la guardería, ¿vale?

Y ni siquiera se acercó a mí.

Me quedé sola allí, llorando, rompiéndome sola, sintiendo que el mundo se derrumbaba a mi alrededor.

Y no sabría cómo saldría de allí viva.

Porque si no tenía a Hoseok, ¿qué iba a hacer?

Desperté sobresaltada, quedándome sentada de un golpe. Observé a mi alrededor sintiéndome totalmente perdida en aquel desconocido lugar. Solo recordé dónde me encontraba, cuando vi ese portaretrato con la foto en la que Hoseok y Hope salían sonriendo, años atrás, una que yo les había hecho. Mi corazón latía desbocado y apenas podía respirar con tranquilidad.

Hacía meses que no tenía ese sueño que albergaba el recuerdo de nuestra separación pero, creía que más que nunca, ese día, había sido casi igual que vivirlo.

Limpiando las lágrimas que recorrían mis mejillas me di cuenta de que había sido un completo error llamarle. ¿Qué hacía allí revuelta en recuerdos que me impedían seguir? Y lo peor era, ¿por qué se sentía tan bien estar allí, entre ellos? Me revolví la cabeza juntando las piernas flexionadas.

¿Por qué había sido tan egoísta, Hoseok?

Tenía ganas de ir al baño, así que me levanté y fui para ver si así podía mojarme la cara y tomar un vaso de agua buscando sentirme un poco mejor. Intenté hacer el menor ruido posible puesto que no estaba acostumbrada a andar en ese piso y menos a oscuras, así que temía hacer un estruendo chocándome con algo —cosa que no dudaba que pasara pronto—. Después de ir al baño, me cercioré de que Hope estaba tranquila y lo cierto es que, dormía plácidamente junto a Pepita en su pequeña cama rosa. Sonreí de lado y me encaminé al salón para tomar un vaso de agua, aunque eso implicaba ver a Hoseok.

Sin apartar mis ojos de él, intenté de nuevo no hacer mucho ruido y bebí con tranquilidad, observándole respirar tranquilamente, como si estuviera cómodo y relajado. Sin poder controlar mis acciones, me acerqué hasta él para verle desde cerca. Respiré hondo al sentir un pequeño vuelco en mi corazón. Echaba de menos esa imagen tan suya en la que sus pestañas descansaban sobre sus mejillas y su pelo se encontraba alborotado.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now