30 · bandera blanca

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Soojin.

Aún estaba realmente sorprendida por la actitud de mi madre. Había llegado corriendo del piso de abajo y no había tardado nada en sentarse en la cama para darme un fuerte abrazo que me dejó sin respiración. No por la fuerza que había ejercido, sino porque, hacía años que no sentía los brazos de mi madre rodeándome con tanta preocupación acumulada. Y, desde ese instante había estado cuidando de mí, incluso, cuando en mitad de la noche tuve que levantarme porque me dieron ganas de vomitar una vez más.

Había sido la que le había dicho a mi padre lo que había pasado y lo cierto es que, aunque no se lo había tomado demasiado bien, parecía más preocupado en hacer un luto excesivo acerca de perder al señor Choi como su amigo por culpa de que su hijo era adoptado que en sí que estuviera enferma así que, era algo bueno.

Mi madre me había obligado a quedarme el día siguiente en casa y solo me dejaría ir el viernes a consultar las notas con el señor Kim, incluso, había hablado con la empresa para distribuir el trabajo para poder quedarse conmigo esos días.

Aún no sabía cómo sentirme. Y aunque me hubiera acostumbrado un poco a su cambio desde la cena del sábado con la familia Choi, era raro tener su atención y su preocupación pero a la vez era aquello que siempre había deseado tener y una parte de mí me decía que me aprovechara a pesar de todo el daño que me había estado haciendo desde que tenía conciencia. Pero, no era tan fácil hacer eso. No era tan fácil ignorar el dolor por una buena acción.

Y no era bueno quedarse solo con lo malo pero, ¿podía compararse esa pequeña atención con todo lo que me había ignorado desde siempre? No lo tenía tan claro.

—¿Cómo te encuentras? —Preguntó al verme llegar a la cocina justo después de levantarme. Estaba mareada y tenía unas náuseas increíbles.

Había vomitado una vez más.

—No lo sé —y no era mentira, había llegado un punto en el que ya no sabía ni cómo me sentía.

—¿Quieres desayunar? —Miré el plato repleto de dulces y estuvo a punto de darme una arcada. Negué con la cabeza—. Luego tienes que intentar comer un poco, ¿vale? He hablado con la asistenta y hará un almuerzo ligero para que puedas comerlo pero no quiero arriesgarme a que te dé una deshidratación.

Asentí antes de coger una botella de agua de la nevera.

—Esta tarde no puedo faltar al trabajo pero estaré toda la mañana por aquí por si me necesitas, puedes si quieres avisar a Yeonji para que te haga compañía, he hablado con su madre y me dijo que incluso si hacía falta ella la traería.

—Yo... eh... —no sabía si decirle que vendría Hoseok así que, preferí cerrar la boca.

—Dime —alzó la mirada de su agenda en la que parecía estar organizándose en base al imprevisto—, ¿ya habías pensado en avisarla?

Quise asentir pero en parte, estaba un poco cansada de mentir.

—Puedes hablar, Soojin, no voy a comerte —indicó, quitándose las gafas de vista—. ¿Es que va a venir Hoseok? —Agaché la cabeza sin poder mentir. Me estaba cavando mi propia tumba—. Deduzco que eso es un sí.

—Si quieres puedo decirle que no...

—No, no, que venga, no tengo ningún problema en que lo haga —zanjó interrumpiéndome. No pude ocultar mi expresión de asombro.

—¿De verdad? —Levantó la mirada para asentir.

—De verdad, ya te lo dije la última vez, en realidad, yo nunca he tenido ningún problema con él, ni con que sea tu novio pero sé que a tu padre no le hace mucha ilusión que sea así y prefiero evitarte problemas a ti y a él.

HOPE ━ j. hoseokHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin