—Eso quiere decir que me quieres como distracción, lo siento, pero no pasará—pregunta. Si ella fuera otra no estuviera haciendo preguntas, en este momento estuviéramos en alguna habitación, pero es Brenna.

—Yo sólo quería besarte, deja de creer todo lo que otros dicen, ¿crees que soy tan mujeriego? —me hago el indignado, no vine aquí para enojarme, vine para divertirme.

—Si lo eres —responde ella con los brazos cruzados.

—Sí, quizás lo sea, pero no tanto como te han dicho —le sonrío para suavizar el ambiente. Después de ese beso no quiero tener que arrepentirme de haberlo hecho.

—Eres un idiota —ella también se ríe.

—Uno que te ha hecho reír —esta vez reímos los dos, no estoy acostumbrado a este nuevo ambiente y lo más raro me gusta.

—Deberías sonreír más a menudo —me sorprende diciendo, se supone que soy yo quien tiene que decir esas cosas, ya perdí la costumbre de alagar a las chicas, hace aproximadamente dos años que no le digo a alguien lo hermosa que se ve o algo parecido a un alago. La miro por unos segundos y respondo:

—A mí me gusta cuándo tu sonríes, se forma un pequeño hoyuelo justo aquí —presiono mi dedo en su mejilla, y ella solo baja la cabeza con una sonrisa sin mostrar sus dientes.

—¿Por qué no bailamos? —me levanto de mi lugar y le tiendo mi mano. Ella debería de aceptar la invitación, el simple hecho de que quiera bailar con ella debería hacerla sentir muy afortunada, porque yo no bailo para nada.

Soy malo bailando, que malo, pésimo, pero en la vida hay que tomar riesgos, así que aquí estoy yo, intentando no parecer un completo tonto frente a la ya no tan nueva; aunque debo admitir que la música está a mi favor, no es mucho lo que hay que hacer, solo moverse de un lado a otro y asentir con la cabeza, al menos es lo que yo hago, como ya he dicho antes, la música es estrafalaria, y se baila de manera ridícula también.

Me divierte ver a Brenna mover su cabello al son de la música y reírse, ella tomaba mi mano para unirme a su baile de locos, que me encanta, yo solo me río de los pasos de baile que ella elige, en ocasiones nuestros cuerpos estaban más cerca de lo normal, disfrutaba bailar con ella, aunque yo no supiera hacerlo.

—¿Qué pasó? —pregunta Brenna cuando la música se detiene. Me encojo de hombros, luego de la pausa musical se escucha una canción más lenta, hasta aquí llegó mi baile.

—Hasta aquí llegué yo —le digo alcanzando su mano para irnos a por algo de beber, pero ella tira de mí.

—No es tan difícil, solo mueve tus pies de un lado a otro. —Brenna me acerca más a ella, lleva mis manos hasta su cintura y yo coloco las de ella alrededor de mi cuello, me sonríe.

—Lo haces bien —no aparta su mirada de la mía, sus ojos llaman mi atención se ven tan claros cuando estoy así de cerca de ella.

—Bailo muy poco —realmente estoy tratando de no pisarla.

—Para todo hay una primera vez Majid—me sorprende cuando deja caer su cabeza en mi pecho, por un momento me sentí un poco incómodo, pero se me pasa, lo extraño de todo es que no está tan mal cómo pensaba.

Brenna me mira a los ojos, la siento mucho más cerca de mí, miro sus labios y llevo mi mano hasta su mejilla acariciándola con mi dedo pulgar, mientras que ella solo mantenía su mirada fija en mí, se veía justamente como un ángel luciría.

Esta chica no merece siquiera ser mi amiga, es demasiado buena, soy una manzana podrida delante de ella, y a pesar de que se el riesgo que conlleva que ella esté conmigo de esta manera conmigo, eso no me impide hacer lo que quiero hacer.

—Eres hermosa —y acto seguido sus labios y los míos hacen contacto, lento, sin prisa, solo podía pensar en lo suave que eran sus labios, es como si todo lo que estaba a nuestro alrededor desapareciera, solo éramos ella y yo, y se siente bien, demonios se siente muy bien.

—Yo no me voy a disculpar por besarte —susurro aun estando muy cerca de su rostro, lo suficiente como para que nuestras narices rozaran, sin que me lo espere ella es quien toma la iniciativa y me besa con ganas, nuestras lenguas se encuentran, era exquisito poder besarla de esta manera, no tuve ninguna intención aparte de solo un beso, es tan pura que besarla se siente mucho más íntimo que tener sexo.

Ese vacío que he tenido dentro de lo por dos largos años, se ha esfumado y Brenna solo me ha besado, he tenido sexo con otras chicas, y ese vacío seguía ahí, solo era placer y nada más.

Por alguna razón estoy feliz, ya no estaba ese rencor que se arraigaba en mi pecho con furor y si está, en este momento no lo notaba. En este instante solo siento felicidad, algo que no he tenido hace dos años, ella me hace sentir de esta manera y es raro para mí, es raro porque no se supone que sienta corriente recorrer todo mi cuerpo cuando me toca.

Es Brenna, la chica que me gusta molestar de vez en cuando y que ahora se encarga de hacerme sentir vivo de nuevo, tan solo con un beso.

Escape: Zack ©Where stories live. Discover now