Capítulo 68

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Paris

En medio de una balacera se encontraba, Zack y Brenna, rodeados de peligro; por primera vez Brenna sostiene un arma sin pensar en nada más que salvar a sus hijos del ser más repugnante y malvado que haya conocido, Adrián Fernández.

Con el enojo recorriendo las venas de Zack Majid, hombres con rifles en el campo de batalla, francotiradores en las afueras de la casa y una Bonie viendo como todo frente a ella arde, esperando su momento de mover la ficha del tablero y finamente cantar jaque mate. Disparos van y disparos vienen, mujeres y hombres vestidos de negro, chalecos antibalas y armas automáticas forman parte de la masacre en la que se encuentran los Majid.

—¡No pueden matarme, yo soy el maldito rey de Highgate! —grita Fernández y seguido de eso una risa carente de humor. Esta arrodillado en medio de un grupo de mujeres y dos hombres, con huesos rotos y sangre en el rostro.

—No lo creo —comenta Isacar casi entre dientes.

***

Que se hayan llevado a Zayed y Brooke de una manera casi imposible significó para Brenna y Zack un enojo y decepción hacia ellos como padres por no haber hecho lo suficiente para evitar que Fernández llegara a los niños, es difícil enfrentar a un hombre que no tiene cola que le pisen, una debilidad o algo con que poder hacerlo sufrir, como lo están haciendo con Brenna y Zack.

El no poder hacer nada más que esperar es lo que mantenía el ambiente en Paris un poco frío y silencioso. Bonie debía seguir moviendo las fichas en el tablero y esta vez con mucho cuidado si quiere evitar que los niños salgan heridos tan sólo por un mal paso. Mientras que Zack debía mantenerse sereno a pesar de querer con vehemencia salir a buscar a sus hijos donde sea que tenga que ir, sabe cuál es su papel en el plan y que sin rey no se canta jaque mate.

—¿Qué es lo que te traes con mi abuela? —pregunta Brenna con el miedo y la confusión invadiendo en su interior.

—Tu sabes que ella tiene un plan, yo soy parte de ello, es lo único que puedo decirte Bren, te diré todo lo demás cuando sea el momento, por ahora, solo tenemos que esperar —le explica Zack con un tono de voz agradable para evitar que Brenna vuelva a tener un ataque de pánico.

—Yo no puedo solo quedarme de brazos cruzados cuando en este momento le puede estar pasando algo malo a mis hijos, Bonie que se vaya a la mierda con su plan —responde Brenna mientras se levanta de su lugar con la intención de cambiarse de ropa y salir a buscar a sus hijos en la calle, aunque no tenga ni la más remota idea a dónde ir.

Bren, yo tampoco quiero quedarme de brazos cruzados, solo debemos esperar nuestro momento de actuar —Zack camina hacia ella y la toma de los brazos para evitar que haga algo que ponga en peligro todo en lo que Bonie ha estado trabajando por años.

—¡No!, un desconocido acaba de entrar a mi casa, y se ha llevado el cuerpo de la mujer que yo he matado, se ha marchado y nos ha dejado con esta maldita desesperación, miedo ¡y todo lo que se te pueda ocurrir! —grita con lágrimas corriendo por sus mejillas, el corazón acelerado y el nudo en su garganta que no la deja casi respirar.

—Bien, si quieres arruinar la posibilidad de volver a ver nuestros hijos, adelante —masculla Zack señalando la puerta de la habitación en la que se encuentran.

—Claro como no fuiste tú que sufriste de dolor al dar a luz, no te importan tanto como a mí, ¡son mis hijos joder, yo los parí! —dice Brenna sin pensarlo. Se arrepiente de sus palabras al ver la expresión de Zack, sus palabras le afectaron y se notó en el rostro.

—Increíble, esto es increíble. No he sido el padre del año, pero te juro que me siento igual que tú al no poder hacer más que esto, y si tengo que morir por ellos lo haría sin pensarlo, que te quede claro —responde Zack casi en un susurro mientras hace ademán de salir de la habitación, Brenna abre la boca para retractarse sobre lo que dijo, pero en ese momento Zack levanta su mano para no tener que escuchar lo que ella quiere decir. Esas palabras le dolieron tanto como un disparo en carne y hueso.

Escape: Zack ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora