Capítulo 8

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Zack

Estaba loco por besar a esta chica desde que la tuve tan cerca aquella vez en los casilleros, no quería admitirlo, pero sí que quería besarla, hace mucho que quería, pero primero tenía que estar seguro que ella no estaba con alguien más, no me gustaría arruinar una relación, es lo que me hicieron y no le deseo eso a nadie.

Así que hice mis investigaciones, y Brenna está muy disponible para yo besarla todo lo que quiera, he estado ocupado los últimos días, y casi no he visto o hablado con ella, por eso no lo había intentado antes, la escuela era el único lugar que coincidimos.

Sus labios son tan suaves como imaginé que serían, sé que no es lugar para hacerlo, pero no es como si alguien estuviera pendiente de nosotros, no lo pensé antes de hacerlo y no me arrepiento para nada, yo esas cosas no las pienso, si quiero besarla lo haré, a la nadie más le tiene importar.

Ella no se aleja de mí, estábamos muy cerca, tanto que podía sentir su respiración en mi rostro, ella aún tiene sus manos alrededor de mi cuello y de alguna manera eso me gusta, que no me suelte me deja dicho que estaría dispuesta a repetirlo.

—Vaya —Es lo único que logro decir.

—Lo siento —murmura al mismo tiempo que aparta su rostro y se levanta de mi regazo para luego sentarse en el otro sillón delante de mí.

—¿De qué te disculpas?, a mí me ha gustado, ¿a ti no? —cuestiono mientras me siento a su lado, lo siguiente que hago me sorprende incluso a mí, acaricio su mejilla con mis dedos y aparto el cabello de su rostro.

—No debió pasar, seguro es lo que único que querías desde que llegué aquí y no dudo que quieres mucho más que solo un beso, lo haces con todas ¿cierto? —quito mi mano de su mejilla tan rápido como un pestañeo. Me muevo un poco para mantener distancia entre nosotros.

La chica tímida está desapareciendo, la Brenna que vi el primer día no es esta, ella no me lo diría sin avergonzarse, pero Brenna cuándo no es tímida, es muy directa y tiene un carácter que me encanta, no llevo mucho tiempo tratando con ella, a pesar de que no hablemos tanto la he estado observando bastante.  

—Es obvio que ya te han hablado de mi —le digo al mismo tiempo que enciendo un cigarrillo. El caso es que solo estoy con chicas cuando estoy estresado o solo quiero tener sexo y ya, nada fuera de lo normal.

—Todos saben que no eres de una sola chica —pongo los ojos en blanco y doy una fumada. Ha dado justo en el blanco, perdí cualquier oportunidad que hubiera podido tener con ella.

A pesar de que no es el tipo de chica con la que estaría solo por una noche, de alguna manera ella es diferente al resto, aunque tiene buen cuerpo, no me atrevería a dañarla, soy consciente de que no soy solo el chico problemático de la escuela, que se acuesta con diferentes chicas, cómo la mayoría de chicos, hay cosas peores detrás de esa fachada.

De todos modos, decidí arreglarlo y cambiar esa imagen que ella tiene de mí, aunque Brenna no lo sepa me importa que ella tenga una buena percepción de mí, aunque sea peor de la que ella tiene.

—Te han llenado la cabeza de estupideces —dejo salir el humo de la boca; tengo que relajarme sino le gritaré y no quiero hacerlo. Si fuera otra chica ya no estuviera aquí, la hubiera mandado a la mierda, pero ella me cae bien. Brenna simplemente no dice nada, solo se queda mirándome con el ceño levemente fruncido. 

—¿Cómo sabes que lo que sea que te hayan dicho es cierto?, solo lo hago para distraerme —me llevo el cigarrillo a la boca y ella observa con algo de disgusto, creo que no le gustan los chicos que fuman, lastima.

Escape: Zack ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora