Capítulo 58

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Volver a Londres fue más fácil de lo que pensé, no negaré que estaba nervioso, más cuando tuve que deshacerme de la ropa sucia, la pistola y el cuchillo en la bolsa, porque sin evidencia no hay asesinato, no importa que tengan el cuerpo, pero aun así me aseguré de hacer el trabajo de la policía más difícil, de igual modo, Bonie me dijo que se encargaría, y tengo que creer en su palabra.

Desde que estamos en Londres me siento más seguro, no hemos vuelto a saber de Fernández y sus hombres, estábamos teniendo un mes bastante tranquilo y despreocupado, y toda esa tranquilidad me aterraba. Nuestra llegada a Londres fue sorpréndete para Thomas y Jenna, aunque no le dijimos que estábamos en la ciudad hasta pasada la primera semana, Brenna y yo necesitábamos volver a la normalidad, aun así, Thomas nos haya alertado de Fernández, no queríamos preocuparlo con nuestros problemas.

A la semana de estar aquí recibimos una visita de Danielle y los chicos, quienes se enteraron que Brenna está embarazada, estaban emocionados al vernos juntos una vez más, Harry no tanto, aparentemente él también es team Nathan, al sol de hoy Harry seguía sorprendido de que Brenna y yo estemos esperando un bebé. Todos han cuestionado mi capacidad de ser un buen padre, todos me han preguntado algo parecido a: ¿si podrás cuidarlo con el pasado que tienes? Me molestaba que todos dudaran de mi siendo padre, es cierto que somos jóvenes, y que mi pasado, que se está volviendo mi presente, no me ayuda. Esos comentarios lo único que consiguen es hacer que me haga más preguntas cada día, que dude de mí mismo, pero Brenna siempre está ahí para hacerme recordar lo bueno qué hay en mí, para decirme lo buen padre que seré, aun así sea mentira o no.

Hoy tenía pensado ir a casa de papá, ver a mis hermanas y tener esa conversación que tanto necesitamos, no veo a mis hermanas desde el entierro de mamá, y a papá, bueno la última vez que lo vi fue mientras estuve en la cárcel. Brenna tenía planeado quedarse con Jenna y preguntarle ciertas cosas de embarazadas.

Debo admitir que estaba un poco nervioso de volver a verlos después de tanto tiempo, es la primera vez que me siento como una basura cuando se trata de mis hermanas, me siento culpable, ha sido difícil estar alejado de ellas después de lo que pasó con mamá y tengo miedo de cual sea la reacción de ellas al verme. Antes de llegar a casa de papá, pensé las cosas que les diría a mis hermanas, a mi padre, pero al momento de tocar el timbre todo lo que haya pensado decir se esfumó. Me encontraba parado en la puerta de la casa esperado a que alguien abriera la puerta, nervioso y con unas ganas increíbles de fumar un cigarrillo o algo mucho mejor para controlar estos nervios, marihuana.

«Joder, que se trata de tu familia tranquilízate» me digo a mí mismo.

Inmediatamente la puerta se abre mi corazón empieza a latir mucho más fuerte contra mi pecho. Tengo a Aliya frente a mí, luciendo bastante diferente a la última vez que la vi, está más alta, tiene el cabello más claro y más largo, la veo y me doy cuenta de lo mucho que se parece a mamá, es casi su copia y me pone sensible ver lo mucho que se parece a mamá.

—Zack —susurra con una expresión que no logro descifrar.

—¿Puedo darte un abrazo? —murmuro con la voz quebrada. Ella solo asiente y yo la abrazo fuerte por varios minutos, ella siempre ha sido la menos demostrativa cuando se trata de amor de hermanos, por lo que yo siempre la he fastidiando por eso.

—Te he extrañado mucho —admito en cuanto nos separamos y veo como ella se limpia las lágrimas de las mejillas.

—Y yo a ti, entra —dice sonriente. Entro a la casa y camino detrás de ella hasta la sala de estar. Esta es la tercera vez que vengo a la casa de mi padre y siempre está igual, con sus muebles marrones en forma de luna, lámparas colgantes y repisas demasiadas ordenadas para ser papá, cuadros y pequeñas esculturas costosas en las paredes blancas casi grises. Tan sofisticado como siempre.

Escape: Zack ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora