Escape: Zack ©

Capítulo 70- Final.

Zack

Sentir que vas a morir no es una sensación que quisiera volver a experimentar nunca en mi vida, el susto fue más grande de lo que Brenna y yo pudimos soportar, no quería morir, nadie quiere a pesar de que es la naturaleza humana, supongo que no le tememos a la muerte en sí, tenemos miedo de ser olvidados y no saber qué hay realmente después de la muerte.

Para mi suerte esa noche no morí, solo tuve una taquicardia a causa de la enfermedad pulmonar y pues haber fumado marihuana desde temprana edad y sin control alguno, fue otra causa. Después de ese pequeño accidente, me di cuenta que en realidad me perjudicaba mucho más de lo que mi yo adicto pensaba, no morí esa noche, pero sabía que si no llegaba un pulmón para mí, pronto iba a serlo, así que intenté lo más que pude prepararme para el momento. No hizo falta, tuve un trasplante de pulmón y después de eso, vi la vida desde otro punto de vista.

Tuve una operación exitosa, con seis meses de recuperación y siendo examinado constantemente por todo un año, ese año presentaba el mayor riesgo de muerte si mi cuerpo rechazaba el pulmón que no era mío. Se supone que cuatro años después de la operación, era muy posible que tuviera cáncer o problemas del corazón, pero todo transcurrió bien, con los inmunodepresores mi cuerpo no rechazó el pulmón, todo lo contrario, mi calidad de vida mejoró bastante, no me atrevería a fumar nunca más, no pondrían en riesgo mi vida, era un hombre nuevo que amaba la vida sin adicciones, plenamente feliz y en paz.

Tenía a Brenna y a mis hijos conmigo, y cada día agradecía de poder verlos felices. Hoy Brooke cumple 12 años, estoy tan feliz de verla crecer tan rápido cada vez se parece más a su madre, aunque sólo en el físico, porque no voy a negar que tiene mi mismo comportamiento y a veces hasta las expresiones. Zayed seguía siendo el más tímido y tranquilo, a veces demasiado reservado para mi gusto, él y Brooke están en una edad en la que pelean más de la cuenta, él es muy protector con su hermana y Brooke le gusta ser demasiado liberal, no le agrada que la controlen, ella siempre ha sido la que manda, lo cual causa conflicto entre ambos, mientras que a Brenna y a mí nos da dolores de cabeza.

Brenna ha estado organizando este cumpleaños desde hace tiempo, es más o menos una excusa para reunir a la familia en un solo lugar, para eso me ha pedido que usáramos el jet para que todos vinieran a Los Ángeles, sin excusas, y aquí estamos, con una enorme fiesta hawaiana montada en el patio de nuestra casa. Con todos nuestros amigos, que se convirtieron en familia; fue una sorpresa para mis hijos volver a verlos después de solo videollamadas que no duraban tanto. Jenna y Thomas terminaron teniendo tres hijos, esperábamos que tuvieran algunos cinco como mínimo, esos dos aman a sus hijos cuando no tienen que desvelarse o sufrir dolores de parto, claro. Cada uno tenía su familia nuclear formada y me alegraba poder verlo, sigo impresionado de que ellos sigan en mi vida después de toda la mierda que he hecho. Justo ahora tengo 13 sobrinos, ninguno de mis amigos ha perdido el tiempo al tener hijos.

Me encuentro en el interior de la casa, buscando la carne que se va a asar, mientras que el resto está afuera, jugando con los niños y bailando las canciones que el tío y padre Lawson está poniendo. Siento los brazos de Brenna abrazarme por la espalda, sonrío al sentir un beso en mi espalda.

—No me digas que Brooke ya se metió en problemas —susurro. Por lo general ella siempre me chantajea con besos y caricias para que me ocupe de las ocurrencias de nuestra hija.

—No, tu padre te necesita en la parrilla —responde. Levanto mi brazo derecho y giro sobre los talones para tenerla frente a mí y rodearla con mis brazos.

—Iba para allá, pero ahora me estás distrayendo con esa miradita, ¿acaso quieres que te coja aquí? —murmuro rozado nuestros labios.

—¿Qué significa coger? —La voz de una niña llama nuestra atención logrando que nos apartáramos casi inmediatamente. Es la hija más pequeña de las dos niñas de Nathan.