Capítulo 30

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No podía dejar de mover mi pierna derecha, estaba más asustado por Brenna que por mí mismo, he llegado aquí y todo ha sido fuera de lo normal, Fernández nunca manda a sus gorilas porteros a quitarme el arma, eso es señal de que me espera nada bueno. El me mira desde su escritorio, tiene el semblante totalmente serio, una mano acariciando su barbilla, se estira hacia adelante apoyando ambas manos en el escritorio.

—Estás aquí para recordar algunas cositas —dice con la mirada en sus manos entrelazadas, me dejo caer hacia atrás y estiro los pies hacia adelante, tratando de parecer que estoy relajado y para nada nervioso. Espero que el continúe hablando, solo quiero que termine rápido.

—¿Cuál es nuestro código? —pregunta levantando la mirada, miro como juega con sus anillos y respondo la pregunta.

—Chantaje, tráfico, que todo nos haga ganar dinero y que nada se interponga en nuestro trabajo —respondo sin dejar de mirarlo a los ojos, vengo diciendo esto desde los quince, para ese entonces no sabía que era algo importante, es uno de los principales códigos, ese que tanto me ha hecho repetir.

—Exacto, somos una ramificación de una de la organización mafiosa italiana más poderosa, la gran Cosa Nostra —Él apoya los codos sobre la mesa y mantiene su mirada fría en mí. Si fuera otro estuviera temblando bajo esa mirada tan frívola y calculadora, pero sé cómo manejarlo, es la primera vez que el me convoca a esta clase de reunión, pero he visto cómo funciona.

—¿A qué quiere llegar con esto? —Lo desafío con la mirada, que sepa que no le temo, pero mantengo en el marco del respeto, eso es lo primordial en este trabajo, siempre ha sido el respeto lo que me ha mantenido fuera de peligro en muchas ocasiones.

—La traición se paga con muerte en vida o te hacemos dormir para siempre, es otro de nuestro código Zack —Acaba de ignorar mi pregunta, se ha enterado de algo, ahora si me estoy empezando a asustar, no puedo dejar de pensar en Brenna. Asiento a lo que dice esperando acabar con esto lo más pronto posible. He sabido mantener la boca cerrada, todo lo que he visto y escuchado lo he mantenido en mi mente, puede que mis amigos sepan que hago, pero el único que sabe para quién exactamente, son mis padres y Thomas. Es la regla que más he mantenido.

—Solo para recordar, no somos como los demás, no somos como la Cosa Nostra, tenemos nuestras propias reglas, así que nada de mujeres fuera la mafia... —Fernández hace ademán con los dedos para que yo continúe con la oración, trago saliva y digo:

—O corremos el riesgo de ser entregados y traicionados —digo tratando de mantener la cordura y no perder la cabeza, tengo que pensar como el para saber qué es lo próximo que hará. Estoy casi seguro que se ha enterado de lo de Brenna, entonces pienso en cómo él pudo haberse enterado, pudo haber sido Thomas, él estaba enojado por lo de papá, pudo haberle dicho a Fernández para destruirme, pero entonces pienso que él no pudo haber hecho eso, es casi como mi hermano, de todos modos, me aseguraré de que él no haya dicho nada.

Por otro lado, me llega a la cabeza la chica esa, Emma, ella ha aparecido en varias ocasiones de manera misteriosa, la próxima vez que la vea actuaré con precaución, incluso puede que los vigilantes de Fernández me hayan visto y yo no a ellos, a pesar de que siempre que estoy con Brenna estoy atento a esas cosas, no me descuido tan fácilmente.

—Y solo puede haber formalizaciones si... —No se detendrá hasta que crea que lo tengo claro, me está presionando, advirtiéndome de que haga las cosas bajo el código, o la próxima vez que me llame será para matarme, en realidad él no es de dar ultimátum, pero sabe que no encontrará a alguien como yo tan rápido, no tengo un puesto tan importante aquí, soy un simple soldado y el único con el que no tiene un capo diciéndole que hacer, recibo órdenes directas del jefe  y no es porque mi padre sea subjefe, porque si fuera así fuera mucho más que solo el mejor de los soldados.

Escape: Zack ©Where stories live. Discover now