Mi corazón dio un vuelco y no pude evitar emocionarme hasta el punto de sonreír ante aquel gesto. Sabía que no iba a poder recogerme al aeropuerto ese día por motivo de una reunión importante y había tenido el detalle de prepararme la cena.

Jo, estaba consiguiendo que la perdonara a pasos agigantados.

Tomé el plato y lo puse en una bandeja, junto a un vaso de agua y algo de postre, lo cierto es que tenía un hambre voraz. Subí las escaleras y cené acompañada de una de mis series favoritas —que había visto los capítulos cientos de veces—, poco tiempo después terminé debido a que la cena estaba buenísima. Y lo cierto es que desconocía completamente que mi madre cocinaba tan bien.

Dejé el plato sobre el escritorio y cogí mi teléfono móvil para acostarme en mi cama.

Hoseok 20:30.

Acabamos de llegar a casa y estamos bien.

Buenas noches pequeña♡

Yo. 21:30.

Yo ya estoy en la cama cenada (mi

madre me dejó la cena hecha :( )

Buenas noches, cielo♡

Sonreí emocionada dejando el móvil bajo la almohada y entonces me dispuse a observarla.

Lo hacía todas las noches antes de dormirme, cogía esa única ecografía que tenía de la existencia del bebé y la admiraba jurando que era real y que debía de empezar a aceptar la situación tal y como era, madurar para darle lo que se merecía. Y la observaba por horas, pensando en cuán grande sería en unas semanas, en si se parecería a mí o a Hoseok, en si tendría los ojos castaños o hoyuelos en sus mejillas...

No dejaba de imaginar.

No dejaba de imaginar que al final podría ser buena madre como dijo Jiwoo...

Y entonces pensé en la mía. Quizás siempre fue un desastre, de esos que te preguntas, ¿pero cómo pudo llegar a hacerle eso a su bebé? Sin embargo estaba cambiando, estaba acercándose a mí y curando sus errores... Y yo la estaba perdonando paso a paso porque, era mi madre y aunque quisiera odiarla, jamás podría hacerlo.

Así que pensé que quizás después de todo, los humanos se equivocan y pasara lo que pasase, mi bebé me perdonaría si las cosas no salían bien y yo me perdonaría, a mí y a Hoseok, por no haber evitado esta situación.

Entonces se me ocurrió una idea.

Me levanté de la cama, urgando después en una gaveta donde solía tener un montón de libretas hasta que hallé una que había comprado recientemente de unos dibujitos chorras que me habían gustado y que aún no había estrenado. Tomé asiento en la cama con las piernas cruzadas, con el estuche que llevaba a clase repleto de bolígrafos y lápices. Respiré hondo y sonreí.

Querida bebé.

Aún todo es muy nuevo para mí, solo tengo dieciséis (casi diecisiete añitos) y no puedo creerme que tú existas. Aún no sé cuál será nuestro destino y creía que podría llegar a odiarme y a tenerte algo de rabia por aparecer en un momento tan inexacto. Sin embargo, no dejo de mirar tu primera ecografía como si fueras mi última salvación. Creo que he empezado a quererte poco a poco y, a sentir, una calidez en mi corazón como si fueras correcta.

Quizás esto no es una buena idea, aún no sé qué debería de hacer para sacar todos los pensamientos que recorren en mi mente, así que me da que serán unos largos meses en los que te escribiré cuando más lo necesite.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now