Escape: Zack ©

Capítulo 5

—¡Ja!, no dejaré que Brenna sea parte de tú jueguecito —ella me sujeta con más fuerza del brazo. Parece que se conocen muy bien. Zack medio sonríe y echa la cabeza a un lado.

—Ella y yo quedamos en algo, ¿o no Brenna? —pregunta mientras levanta una ceja. Puedo sustituirlo por Danielle para que me muestre la escuela como es debido, pero necesito preguntarle por qué hizo lo de antes.

—Sí, quedé con el antes de entrar a clases —intento ocultar los nervios y solo espero que haya funcionado; Danielle solo me mira con notable confusión.

—Bueno, escribe tu número —ella deja el teléfono en mis manos y yo registro mi número de móvil. Danielle no deja de mirar a Zack, ¿Qué pasará entre ellos?

—Danielle, no le haré nada, puedes soltarla —dice Zack entre risas. Ella me suelta y antes de que pueda irse le dejo saber que nos veremos después de clases.

—Parece que se conocen desde hace mucho —le digo cuando el empieza a caminar fuera de la cafetería.

—No tuvimos nada sentimental, si es lo que quieres saber —no digo nada sobre ello, para evitar una discusión con este chico. Tal y como dijo me mostró cada rincón de la escuela, aún me intimidaba un poco su presencia, pero después de que el haya hablado la mayor parte del recorrido, me sentía más cómoda.

La escuela no era tan grande como para perderme, Zack me mostró hasta el cuarto de conserje y me contó que han encontrado a chicos besándose y toqueteándose en ese pequeño cuarto.

—Creo que eso es todo —dice cuando llegamos dónde iniciamos. Solo asiento esperando que él se vaya y vuelva a dejarme sola. No he tenido el valor de preguntarle.

—Iré por algo de tomar, ¿vienes? —el me hace ademán con la cabeza para que lo siga al interior de la cafetería que está vacía, los demás están en el patio o en el salón de deportes.

—¿No tomarás nada? —pregunta después de pedir una botella de agua.

—Lo mismo.

El chico de antes nos pasa las dos botellas de agua y antes de que pueda poner mi dedo para que cargue mi botella de agua a mi cuenta ya Zack tiene su dedo allí, no necesito que el actúe como si fuéramos los amigos más cercanos y me compré cosas.

—¿Que te hizo Danielle?, ya no estás hablado tanto como sueles hacer —el debería saber porque mantengo distancia con él.

—Estas así porque casi te besé en los casilleros —dice antes de tomar un sorbo de su botella de agua. Me sorprende que haya sido así de directo respecto a ese tema.

—¿Por qué lo hiciste?

—No lo sé, solo lo hice y ya —Me están entrando unas ganas de golpearlo que él no se imagina.

—Debí imaginarlo —es lo único que digo.

—¿Qué?, ¿acaso querías que te besara? — no encuentro una buena repuesta para eso—. Puedo hacerlo si quieres.

Habla con desdén como si no realmente es algo completaste normal que a penas y nos conozcamos, y el ya quiera besarme como si no fuera algo íntimo.

—No, solo no lo vuelvas a hacer, tú no me conoces, ni yo a ti, es incómodo que intentes hacerlo —le hago saber y el se echa a reír.

—La gente se besa todo el tiempo, tú solo olvídalo y seguimos siendo amigos —el tono en que lo dice me deja claro que solo quiere fastidiarme.

—Adiós Zack —me levanto de mi lugar para volver a mi salón, el timbre está por sonar, así que me adelanto.

***

No volví a hablar con Zack el resto del día, y creo que fue lo mejor, él había intentado besarme y yo caí en su juego, seguro lo hace con todas, lo mejor es que me mantenga alejada, no quiero desenfocarme, tengo que sacar buenas calificaciones en el A levels para conseguir una beca en una buena universidad.

Después de clases quedé en irme con Danielle a casa, ella me había contado que vive cerca de mi calle, así que aquí estoy una vez más en la entrada de la escuela a la esperaba de mi amiga para poder irme, grandes grupos salían y Danielle nada de aparecer, solo espero que no me pase lo mismo que ayer.

Jenna y yo estuvimos enojadas por algunos minutos, nuestro enojo no dura tanto, además se notaba que estaba cansada, ella tiene que encargarse de todo en la casa, en especial de que no muramos de hambre, con 23 años está haciendo mucho por ambas, yo solo tengo 18 casi 19, y lo único que hago es estudiar y ayudarla con lo que puedo.

Ella es mi única hermana y me encanta que seamos unidas, lo mejor que han hecho mis padres es enviarme a vivir con ella, ellos saben que fue la mejor decisión, de todos modos, casi no lo veían siempre estaban en el exterior trabajando.

—¿Me estás esperando? —es imposible no reconocer esa voz y ese acento no Cocknay. Giro sobre mis talones y ahí esta Zack, definitivamente este chico aparece hasta en la sopa.

—No, espero a Danielle —en este momento solo quiero que mantenga su distancia, no pienso con claridad cuando lo tengo cerca, por más lindo y misterioso que sea, no quiero verlo más por el día de hoy.

—La última vez te tuve que llevar a casa —eso fue ayer, habla como si fue hace semanas. Como deseo que Danielle aparezca rápido.

—No quiero volver a subir a esa moto, no pasará otra vez —le aseguro con la mirada en el frente, él está a mi lado, más cerca de lo que me gustaría que esté.

—Vamos Brenna —Danielle finalmente aparece.

—Adiós Zack —camino rápido detrás de Danielle, tener a Zack tan cerca me pone muy nerviosa.

—¿No hay beso para mí? —no puedo creer que haya dicho eso, miro por encima de mis hombros y noto su sonrisa de burla.

—Confórmate con lo que hay Majid.

Dos pueden jugar a esto. Escucho su risa detrás de nosotras y luego el sonido de su moto, se ha ido. Esperaba que Danielle tomara el bus, pero al parecer tiene auto.

Me siento en el copiloto, Danielle no dice nada durante el corto trayecto hasta mi casa, ella se queda en mi casa por un rato, es muy divertida y se ha portado muy bien conmigo. Algo debe estar pasando por su cabeza que no ha dicho nada desde que salimos de la escuela.

Subimos a mi habitación para acomodarnos, ella se sienta en la orilla de la cama mientras dejo la chaqueta de la escuela en perchas.

—Explícame ya mismo que está pasando contigo y Zack — no esperaba que lo preguntara, yo solo la miro desde el otro lado de la habitación, sin saber que responder.