Capítulo 2

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Camila's POV

*Flashback*

Era un día horrible en el instituto. Acababa de reprobar el examen de francés para el que tanto estudié, me sentía frustrada. Traía mis zapatos converse blancos completamente grises, había caído una tormenta por la mañana y el auto de papá no encendía, por lo cual tuve que venir caminando. No vivo muy lejos del instituto, pero considerando la tormenta eléctrica que estaba cayendo no quería ir ni a la esquina a pie, mi cabello también estaba mojado aún.

Hoy en la cafetería servían mi postre favorito, cheescake de fresa. De solo imaginarlo se me hacía agua la boca. Aún habían unas 10 personas delante mío y estaba desespeada, tenía mucha hambre. Dinah y Ally estaban detrás mío.

– Ay, por qué tienen que haber tantas personas delante mío. Odio esperar. – dijo Dinah con frustración.

– Relájate DJ, la paciencia es la mayor de las virtudes. – expresó Ally con sabiduría.

– No me vengas ahora con tus sermones de madre Ally. La situación es crítica, tengo a Chewbacca en mi panza. – dijo trágicamente.

– Pues dile que se calme, igualmente hay comida para todos.

– Jóvenes, lamento informarles que se acabó el cheescake. Pero tenemos guiso de espinacas. – gritó la señora de la cafetería. Escuché como todo el mundo abucheaba.

Esto no podría ser peor. Ahora mi día estaba completo.

Seguí esperando en la fila hasta que por fin fue mi turno, la mujer sirvió la comida en la bandeja y me la dio, le regalé una sonrisa amable y seguí caminando con mucho cuidado, era muy buena para caerme, literalmente vivía en el piso. Justo cuando iba llegando a una mesa que vi vacía sentí como me tropecé y caí torpemente, y mi comida salió volando impactando directamente en la cara de una chica que se encontraba sentada en la mesa del frente. Dije que mi día no podía ser peor?
Pude escuchar las voces de las personas a mi alrededor, unos reían y otros se preocupaban por mí. Cuando miré hacía el frente había una mano extendida hacia mí, rápidamente la sujeté y esta ejerció fuerza hacia arriba para levantarme. Cuando por fin levanté mi cara me topé con Lauren face to face. Quería que la tierra se me tragara y me escupiera en su cama, digo, en Japón.

– Lauren, cómo te atreves a si quiera mirar a esa estúpida cuando fue ella quien tiró su comida en mi cara? – escuché a una chica levantar el tono de voz, de tal manera que todos a su alrededor se quedaron mirando la escena. Junto a ella había una chica morena de cabello oscuro. Me llamó la atención la camiseta de Beyoncé que estaba usando. Le quedaba muy... bien.

– Keana, por favor, fue solo un accidente, no lo hizo intencional. Además ella cayó al suelo y pudo lastimarse, tú no. – dijo la ojiverde con las manos en la cintura.

– Estás ignorando el hecho de que tengo puré en toda la cara? – dijo la chica con un tono de fastidio y se levantó mirándome fijamente.

– Lo siento mucho Keana, lo que Lauren dice es cierto, nunca tuve la intención de ensuciarte. Lamento el inconveniente. – dije en un tono de arrepentimiento. Me sentía avergonzada.

– Cómo sabes si quiera mi nombre, niña? No te he dado ninguna confianza, y menos después de arruinar mi maquillaje y mi ropa.

– Ugh. Ya deja el alboroto Keana, es solo puré. – exclamó aquella morena poniéndose de pie y blanqueando los ojos. – tus dramas para después, solo ve a limpiarte. Problema resuelto.

– Tendrá que limpiarme ella con la lengua Mani.

– Cariño, sal de aquí. – ahora se refería a mí. Miré a la morena y asentí disculpándome nuevamente, y regalándole una sonrisa y un gracias a Lauren.

*fin del flashback*

No podía ser ella, es decir, a muchas personas les encanta Beyoncé, es un ícono de la música. Y de hecho si, tenía buenos gustos.

La verdad solo me importaba que fuese una buena compañera, solo eso, que no me generase problemas. Igual no podía pedir mucho, aquí nunca se sabe.

Cepillé mis dientes y volví a la habitación, estaba lista para dormir cuando... no puede ser. Dejé mi teléfono en el baño.

Salí corriendo a toda prisa, sin importarme que tan tarde era o quienes estaban por los corredores. Giré a la izquierda y llegué al final del pasillo dispuesta a abrir la puerta pero alguien del otro lado lo hizo primero. Casi se me cae la cara de la vergüenza. Era Austin.

– Ehm... hola Camila, te ayudo en algo? – dijo en un tono confundido. Al instante que lo veo salir levanto la cabeza para ver la señalización junto a el marco de la puerta. Mierda, había confundido los baños, agradecer a Dios que Austin abrió primero sino no sé que tan avergonzada estaría en este momento, seguro mucho más de como me siento ahora.

– Disculpa Austin, tuve una pequeña confusión. Gracias y buenas noches. – tan pronto terminé de hablar caminé de vuelta rápidamente, yendo justo hacía la derecha. Me había equivocado al girar, ahora estaba dudando si tenía dislexia o algún tipo de esto. Encontré la puerta y giré la manecilla, dirigiéndome enseguida a los lavamanos y examinando con mis ojos el lugar en busca de mi teléfono.

– Camila Cabello? – logré escuchar a mis espaldas. Levanté la cabeza y al mirar por el espejó me espanté. Lauren Jauregui estaba detrás mío, sentía mis piernas temblar y mi cabeza dad vueltas, temía desfallecer en cualquier momento.

Me giré instantáneamente para estar de frente y detallarla de más cerca. Fue en un lapso de segundos en el que logré detallar toda su cara y perfectamente era ella. Era ella y estaba con sus ojos hermosos mirándome. Noté que había durado mucho tiempo en contestar y Lauren tenía una cara de intriga.

– Jauregui, hola, que coincidencia encontrarnos en un baño. – dije nerviosa. Noté su cara cambiar a una de confusión y me di cuenta de lo que dije. – digo, no es muy común encontrarse en el baño con su... – pensé en decir crush de toda la vida pero quise cambiarlo a algo más relajado. – compañera de primaria del instituto. Y menos aquí en la universidad. – terminé de hablar.

Lauren permaneció mirándome de una manera difícil de explicar.

– Estudias aquí, Cabello? – preguntó con curiosidad, pregunta la cual me pareció estúpida.

– Así es. Primer año, y tú?

– No. – dijo con simpleza. Abrí los ojos de golpe y enseguida le iba a preguntar entonces qué hacía aquí, pero se adelantó.

– Ya sé que vas a preguntar, y sencillamente estoy ayudando a una amiga con su tarea. Ya sabes, pero me dieron ganas de utilizar el baño y aquí estoy.

Claro que lo sabía, y no era precisamente alguna de sus amigas sino uno de sus ligues. Suspiré con calma recordando que jamás me querría de esa forma.

– Ah pues eso está excelente, me alegra que ayudes a tu amiga. – dije y escuché como la puerta se abría y entraba el conserje.

– Señoritas, disculpen pero es muy tarde para usar las duchas. De ahora hasta las 5 a.m. solo queda abierto el espacio de los retretes. – terminó de hablar el hombre y salió.

– En fin Camila, fue un placer encontrarte. Me alegra mucho verte. Cuídate y estaremos en contacto. – esbozó una sonrisa al terminar la oración la cual imité.

– Si claro, yo también me alegro mucho de verte. Buenas noches.

– Buenas noches. – contestó y sin más se fue.

Solté un suspiro profundo y senté cabeza de lo que acababa de pasar. Después de todo la universidad no sería tan aburrida como creí.

Cuando encontré mi teléfono y agradecí profundamente a Dios me dirigí a mi habitación. Al entrar me percaté de que mi roomie no estaba, que raro, eran casi las 11 pm y las clases empezaban a las 8 am. No le presté más atención y caí rendida en un sueño profundo.

Covergirl | CamrenWhere stories live. Discover now