21 · ¿vida perfecta?

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Dudé antes de asentir a la pregunta que me había hecho mi madre minutos antes de que mi mente me jugara las mayor de las pasadas, exponiendo una imagen que dudaba que llegara a suceder nunca. Mi profesora sonrió abiertamente, creyéndose nuestra gran mentira. Agaché la cabeza.

Odiaba mentir pero parecía que me había acostumbrado a hacerlo, incluso, estaba segura de que ya no se me notaba tanto como antes que lo hacía. Porque, por mucho que en mi mente sonara terriblemente bien la idea de tener la oportunidad de compartir un momento con mi madre como ese, no era real, nada de lo que estábamos diciendo era real.

—¿De verdad? —Preguntó mi profesora Kang Hyemin. Ambas asentimos como si estuviera premeditado—. ¡Eso es maravilloso! Se aprende muchísimo de esa manera. ¿Y qué suelen ver?

Se hizo un pequeño silencio entre nosotras. Mi madre esbozó una profunda mirada en mi dirección esperando a que salvara la situación con algo.

—M-mi madre —titubeé al no saber qué decir. Aclaré mi garganta—, mi madre es gran fan de las películas de romance y la verdad es que a mí también me gustan muchísimo, es lo que solemos ver —indiqué esbozando una forzada sonrisa que mi profesora no pareció notar.

Sonaba todo tan real que no parecía normal sentir ese vacío en el pecho al saber que era todo mentira, al saber que jamás tendría la oportunidad de disfrutar de algo como eso con mi madre.

—Es maravilloso saber que madre e hija comparten un hobbie tan bueno como son las películas —indicó el marido de mi profesora interviniendo después de un rato.

—Han creado un gran vínculo —agregó mi padre—, cuando paso mucho tiempo fuera por las guardias en el hospital es su manera de disfrutar el tiempo juntas sin mí, la típica tarde de chicas, ¿sabe? —Él asintió, de acuerdo. La profesora Kang sonrió.

—Ojalá tengamos pronto una hija y podamos compartir momentos tan increíbles —dijo soñadora. Ella era realmente joven así que, aún no había sido madre—. Y espero que me toque la lotería como a ustedes, Park Soojin es un gran regalo.

—Lo es... —agregó mi madre. Sentí un gran mareo ante la expresión de cariño que esbozó, atizando mi corazón, haciéndome creer de nuevo que todo era real.

—Estaremos por la zona por si sigue en pie lo que hemos hablado, señora Park —mi madre asintió, esbozando una gran sonrisa en su dirección—. Ya sabe señor Park, si quiere comentarme algo sobre su consulta privada estaré encantado de escucharle.

—¡Estaré dándole la tabarra después! —Bromeó, sacándole una sonrisa a los presentes. Yo me limité a esbozar una sonrisa forzada hasta que desaparecieron de allí, rumbo a la mesa repleta de comida y bebida.

Sentí un gran alivio al saber que no tendría que fingir por un segundo. Di una gran bocanada de aire antes de llevarme el vaso de cristal con agua a la boca, la tenía reseca y sentía unas náuseas inmensas que necesitaba calmar. Mi padre tosió antes de beber también de su copa de vino, mi madre se limitó a mantener la compostura y a sonreír a esas personas que se entrelazaban con su mirada.

Lo único que compartíamos entre los tres, era el inmenso silencio que siempre se instauraba entre nosotros. Era nuestro día a día. Horas y horas sin comunicarnos, metidos entre ese silencio incómodo que no hacía más que destrozarme y desear que todo fuera de otra manera. Aunque a veces lo prefería así, prefería el silencio antes de los gritos y las miradas de decepción.

—Aún queda la familia Choi —dijo mi madre, después de unos minutos de silencio—. Será la última.

Miré el reloj de mi muñeca y efectivamente, ya casi era la hora de finalización de la reunión, y eso era una gran noticia.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now