11 · el drama de Jimin

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—¡Chicos! —Exclamó llamando nuestra atención. En su rostro se dibujaba una gran sonrisa, acompañada por su mano que saludaba en nuestra dirección.

Mentiría si no decía que verla vestida en algo que no fuera el uniforme del colegio no le sentaba bien. Aquel atuendo creado por el club de costura para las personas encargadas en la obra, era realmente encantador y bastante llamativo, no dejando ninguna duda de que eran parte del staff de la obra. Portaba unos pantalones cortos negros bastante pegados a su cuerpo que no debajan ninguna imaginación respecto a sus curvas, en la parte de arriba vestía una camisa blanca con unos pequeños flecos que colgaban de las mangas y la parte del pecho, sobre ella, una chaqueta corta del mismo color que los pantalones, tipo cazadora y un adornado lazo atado a su cuello de color rosa. Le habían recogido el pelo en una especie de moño castaño enorme trenzado y la verdad es que, sin dudarlo, le sentaba increíble el pelo recogido.

—Oye, ¡qué guapa estás! —Dijimos Namjoon y yo, al unísono, soprendiéndonos ante esas palabras. Soojin no dudó en sonreír mostrando su preciosa y perfecta dentadura.

A veces tenía la teoría de que Namjoon y yo éramos almas gemelas o algo parecido porque, no era la primera vez que actuábamos como si lo hubiéramos predeterminado.

—Yo opino lo mismo, ¿eh? Pero vamos que hubiera dado todo el cague que lo dijéramos los tres a la vez —ella no dudó en reír ante las palabras de Yoongi, quien la miraba con mucho aprecio. Me encantaba eso de que mis amigos apreciaran a mi novia, aportaba tranquilidad y comodidad para ambas partes y, sobre todo, a mí.

—Gracias chicos, ustedes también están guapísimos, desde luego que a cualquiera le sienta bien quitarse el uniforme del colegio —aseguró sin dejar de sonreír.

—¿Qué quieres decir, que con el uniforme somos feos? —Preguntó Yoongi haciéndose el ofendido pero en el fondo solo bromeaba. Parecía que le encantaba ver a Soojin realmente confundida.

—No, jo, solo decía que así pueden mostrar su verdadera personalidad y eso les hace verse más, guapos, como más reales —se explicó haciendo un puchero en el proceso. No pude evitar rodear sus hombros con mis brazos atrayéndola hacia mí, ella rodeó mi cuerpo con los suyos.

No podía evitar ponerme ñoño cuando se ponía tan mona.

—Lo sé, solo bromeaba —aseguró, con intención de ir a revolverle el pelo pero, simplemente no lo hizo. El club de vestimenta nos mataría si destrozamos el peinado que seguramente les habría llevado horas—. Mejor no te toco el pelo.

—Si, no vaya a ser que te apunten en más listas de enemigos... —bromeé sonriendo con burla. Soojin no pudo evitar reír cuando esquivé el golpe que pretendía darme Yoongi.

—Serás... —comentó siguiéndome el juego, mostrando sus encías al sonreír. Namjoon negó con la cabeza divertido.

—Si en el fondo te da igual, uno más o uno menos —se encogió de hombros mi mejor amigo, casi recibiendo otro golpe por su parte. Soojin volvió a soltar otra carcajada, siempre lo hacía cuando ellos estaban a su alrededor.

Parecía que le hacían feliz mis amigos y eso, siempre, había sido buena señal.

Una cosa buena que siempre admiraría de Soojin, era su capacidad de no juzgar a nadie a primera vista. Es inevitable dejarse llevar por la primera impresión que muchas veces nos juega una mala pasada. En ocasiones, esa primera impresión nos hace pensar muchas cosas de la otra persona como; «seguramente es de una familia rica por la ropa de marca que lleva» «apuesto a que es una persona materialista, ese teléfono no se lo compraría cualquiera» «ugh, no tiene pinta que se cuide nada... mira ese color de pelo» «no sonríe ni por asomo, seguro que es súper antipático». Estamentos que realmente son una simple distorsión de la realidad puesto que, desconocemos totalmente la vida de la otra persona y, quizás, ese mismo día que la hemos conocido, no era uno de sus mejores.

HOPE ━ j. hoseokWhere stories live. Discover now