Capitulo 19: Te estoy vigilando

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𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪 𝓔𝓻𝓲𝓴𝓪 

Poco a poco mis sentidos empezaron a volver a la normalidad. Mi respiración se normalizó al sentir que me despertada. Solté un quejido de dolor, me dolía la cabeza y mis mejillas ardían como el infierno.

Oí una voz familiar que me llamaba por mi nombre.

¿Val...? susurre mientras llevaba mis manos a su rostro difuminado, tocándolo incrédula—. ¿Val, eres tú?

Sí... soy yo. sonrió, cogiendo una de mis manos y depositando un suave beso en la palma de ella—. Al fin has despertado, dormilona.

Te he echado tanto de menos... balbucee mientras las lagrimas me subían y mi garganta se cerraba—. No sabes cuanto.

Alargue los brazos con dificultad alrededor de su cuello, fundiéndonos en un abrazo, a la par que nuestros labios.

Nos besamos efusivamente, con un amor y un deseo que combinaban a la perfección. Agarró firmemente la curvatura de mi espalda, atrayéndome aun más a él.

No nos separaba ni un milímetro de aire, haciéndome calentar con su contacto. Tras minutos sofocantes, apartamos nuestras bocas para apoyarnos ambos en nuestras frentes.

He pasado mucho miedo. —murmuró mientras apoyaba su cara en mi hombro—. Pensaba que te morías, tu cuerpo no daba a penas señales de vida, Eweleïn te había dado un par de días para examinarte.

Trague saliva. Quería decirle que ese cuerpo sin vida nunca había sido yo, que había estado en esa maldita cueva con ese monstruo.

Quería decirle que Leiftan era un traidor, que Ashkore me llevaba sometiendo a el durante todo este tiempo.

Pero no lo hice. No podía.

Olvídalo. —le acaricie el cabello con dulzura, colocándole un mechón detrás de su oreja—. Ahora estoy bien, no le des más vueltas al asunto.

Mi hombro en el cual estaba apoyado, empezó a entumecerse. Sentí como sus lagrimas bajaban por mi antebrazo.

No puedo parar de pensarlo, Erika. sollozo—. Tu cuerpo frío entre las rocas, tu sangre esparcida por todos sitios...

Mis pupilas se contrajeron.

Miré de reojo mis brazos, los cuales estaban envueltos en vendas, con glóbulos de sangre entre la tela. Leiftan me había herido a propósito para que no sospechasen nada.

Sentí el miedo de Valkyon, apretando los dientes con rabia.

Deja de pensarlo. Estoy viva. —susurre mientras le arropaba en mi pecho—. Fue mi culpa. Debí de haber sido más rápida para esquivar esas rocas, fui torpe.

Levemente levanto la cabeza, con las mejillas entumecidas. Soltó un sonoro suspiro cargado de angustia, a lo que respondí propiciando un pequeño beso en su nariz, este sonrió levemente y coloco de nuevo su frente contra la mía.

Debo de informar que estás despierta y llevarte a Leïn. Agárrate bien.

Asentí y deje que me cargase.

Del transcurso de mi cuarto hacia la enfermería, no paro de gastarme bromas y me hacerle reír, destensando el ambiente.

Al abrir la puerta de la enfermería, Ewelein la cual estaba colocando un par de algodones, se giro precipitadamente.

Estúpida Faelienne [ELDARYA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora