Capitulo 10: La pasión de la traición

Comenzar desde el principio
                                    

¡Nevra, me estas haciendo daño! —le grite pero no contestaba—. ¿Estas sordo o que?

Yo... —gruño agitado—. Yo...

Sus ojos grises reflejaban llamas rojizas en su interior, y su rostro reflejo cómo perdía la cabeza. Cayo precipitadamente al suelo, apoyándose en una de sus rodillas con dificultad.

¡Nevra! —lo sujete para evitar que cayese más—. ¿Te encuentras bien?

Sí... vete. —susurró en unos gruñidos.

Lo ignore y puse mi mano sobre su frente, tomándole la temperatura y comencé a preocuparme.

¡Claro que no estas bien! Estás... ardiendo.

En un movimiento ágil me acorralo contra la pared, con su respiración chocando en mi cuello.

Encarcelaba mis muñecas con su mano derecha y con la restante mantenía mi boca cerrada. Intenté liberarme y chillar, pero no podía.

Unos segundos después, sentí un dolor creciente en el cuello. Noté liquido escurrir por el y derramarse por mis hombros, moteando el suelo de gotas de mi sangre.

No puede ser.

Los blancos dientes del vampiro estaban dentro de mi.

Me ha mordido.

Grite de dolor pero la mano de Nevra me lo impedía. Como acto reflejo le pegue una patada en el estomago, haciéndole caer de la fuerza al otro lado de la pared.

Corrí aterrada hacía la sala de Cristal, aterrorizada. Sentí bribar el suelo bajo mis zapatos, cuando Nevra se levanto y empezó a perseguirme.

¡NO! ¡NO TE ACERQUES! —jadee.

Vuelve aquí...

Su voz se había vuelto aún más grave.

Me apresó del antebrazo y me arrastró hacia su cuarto. Pero en ese instante oí una voz familiar que se acercaba hacía nosotros, probablemente por mis gritos.

Miiko apareció en el corredor junto a Jamón.

Este se abalanzo sobre Nevra, sujetándolo por los hombros inmovilizándolo completamente.
El no paraba de retorcerse como si se le hubiese metido el diablo dentro, intentando morderlo en varias ocasiones.

La mano de Miiko agarró la mía y me llevo fuera de allí.

¡Por el Óraculo! —jadeó—. ¿Que ha sido eso?

Negué con la cabeza varías veces. Ni yo misma sabía que acaba de pasar.

No lo se... Me choque con Nevra en el pasillo y en cuanto me di cuenta se había vuelto loco y se había abalanzado a mi cuello.

Su rostro expresó aún más angustia.

Esto no es nada bueno. Ha enloquecido la mitad del cuartel. Valkyon...

¿Qué?

Entonces que Nevra hubiese perdido la cabeza no era casualidad. Valkyon podría estar igual.

— ¿Donde está? —pregunte, angustiada—. ¡Necesito verlo!

Erika, no, espera. —intento detenerme—. No creo que...

Estúpida Faelienne [ELDARYA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora