83.-Nacimiento.

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Andrea: También si son niñas podemos comprarle cosas para su cabello como diademas, pasadores, mariposas, sus vestiditos...aunque también si son niños podemos comprarles zapatitos deportivos, y camisetas...ay un balón de fut, aunque eso les enseñaras tu porque yo soy pésima.

Samuel: Bueno, si me parece, y podemos si quieres ir a la playa cuando ya estén un poco grandes así jugar tanto en el mar como en la arena.

Andrea: Aii sii!!-dijo y lo beso.-Pero pensé que no te gustaba la playa.

Samuel: Por ti haría lo que fuera.-dijo sonriendo y le paso otro plato, haciendo que ella frunciera el seño.  

Andrea: Bueno pues cuantos platos tenemos?! Ósea tenemos como unas dos horas lavando y secando platos.

Samuel: Que exagerada eres, si tampoco son muchos.-dijo sonriendo y le paso otro.

Andrea: ¿Qué no son muchos? Ósea ve la montaña de platos mi amor!

Samuel: Pero no son muchos mi amor, no inventes! Seran como quince nada más, o que se te hacen muchos?

Andrea: Claro que si se me hacen muchos para mi! Ya estoy cansada de secar platos. Me duelen los platos.-dijo enojada y él comenzó a reír.

Samuel: Cual cansada amor si toda la tarde después de avisarles a tus padres de la noticia te la pasaste durmiendo, he! Ven aquí.-dijo y la jalo para besarla.

Andrea: Bueno, estoy cansada psicológicamente o que ya te olvidaste de todo lo que ha pasado?

Samuel: Bueno te doy la razón, pero yo creo que todo lo que ha pasado no tiene nada que ver ni con lavar platos, ni atender la casa, lo que aquí ocurre es que eres medio flojita.-dijo abrazándola y ella comenzó a reír.

Andrea: Lo que pasa es que nunca había echo nada, y ahora tu me pones cursos intensivos de ama de casa, además estoy embarazada.-dijo y el comenzó a reír.-Y no te rías, tu y tus brillantes ideas de lavar platos a media noche, además porque no lo hacen las empleadas! Es su obligación para eso se les paga amor. Mi obligación es atenderte a ti y a nuestras bebes, y no creo que lavar platos les ayude de mucho.

Samuel: Esta bien, entonces cumple con tus obligaciones y vámonos ya al cuarto.-dijo besando su cuello.-Hace mucho que no hacemos el amor.

Andrea: Ay ranchero que mentiroso, solo ha pasado una semana.-dijo y coloco sus manos alrededor de su cuello.-Pero por mi no hay problema... 



Abram despertó al sentir los primeros rayos del sol sobre su cara, pestañeo varias veces para acostumbrarse a la luz y cuando volteo la cabeza hacia su derecha vio a Latne apoyada sobre el ventanal con la bata puesta y su cabello amarrado en una coleta, su expresión era seria, pero relajada y tenia un labial rosa bajito en los labios. Apenas la noche pasada le había dicho que quería esperar un poco más para ver lo de la adopción, aun tenia que estar bien antes de tomar una decisión apresurada y para él tampoco había problemas al esperar.

Abram: Buenos días.-susurro abrazándola por la cintura y ella sonrió.

Latne: Buenos días.-dijo y este comenzó a besar su cuello.

Abram: Eres tan hermosa cariño...me gusta el aspecto que tienes bajo la luz del sol. La primera ves que te vi estabas iluminada completamente por él, pero entonces no tenias mi bata puesta.

Con un suave tiron le deshizo el nudo de la bata y esta se abrió ligeramente, él la miro a los ojos unos segundos para después comenzar a pasar sus manos por la estrecha cintura de Latne, le acaricio el rostro como si estuviera echo de cristal y la beso muy dulcemente haciendo que ella soltara un suspiro.

INDIFERENTESWhere stories live. Discover now