30.-La mejor ducha

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Samuel: ¿Porque?-pregunto de pronto entrando al baño y ella se sobresalto.

Andrea: ¿Que haces?-pregunto mirándolo a los ojos cuando este entro y Samuel dibujo una ligera sonrisa.

Samuel: Invado su privacidad.-dijo divertido y le sujeto la cara con ambas manos para después besarla con pasión, rodeándola con sus brazos.

El agua caliente cayendo sobre su cuerpo, junto a las caricias que le daba Samuel en todo su cuerpo, dejaron a Andrea totalmente aturdida, no podía pensar, no podía hablar, ni siquiera tenia conciencia propia, solo respondía de forma espontánea a Samuel quien no dejaba libre su cuerpo, sus labios y sobre todo su lengua, quien era prisionera de la suya, moviéndola con sensualidad dentro de su boca, la besaba con fervor, con pasión, como si no quisiera nunca acabar ese beso, sus manos recorrían todo su cuerpo, acariciando sus muslos, brazos, cara, y le fue bajando los tirantes del sujetador mientras dejaba su boca y comenzaba a besar sus hombros, subiendo por su cuello, mientras Andrea echaba la cabeza hacia atrás dándole un mejor acceso.

Pero ella también quería sentirlo, también quería ponerlo de la misma manera en la que ella se encontraba, y comenzó a mover sus manos por todo el pecho de Samuel, pasando a sus fuertes brazos, comenzó a sentir un extraño calor entre las piernas mientras las manos de Samuel acariciaban su espalda y bajaban hasta su trasero de manera cálida y seductora, haciendo que a Andrea se le aflojaran las rodillas y se sujeto de sus hombros para no caer, ya sin sujetador Andrea gimió en el oído de Samuel cuando este se apodero de uno de sus senos, al tiempo que jugaba con el otro, y sintió como el deseo de Samuel creía más y más, cuando este la pego a su cuerpo tomándola de la cintura.

Samuel: Me vuelves loco Andrea.-susurro atrapando entre sus labios el otro seno y esta se arqueo jadeando aferrándose a sus hombros.

Andrea: Sigue..-dijo sin aliento, cuando Samuel bajo su mano hasta su intimidad apartando sus bragas y metiendo un dedo moviéndolo de forma lenta.

Ella estaba sorprendida, pero más era su excitación ante lo que Samuel le hacia, nunca antes la habían tocado de esa forma, nunca nadie más que ella había tocado esa parte tan intima de su cuerpo, pero las caricias que Samuel le estaba haciendo en ese momento evitaron que ella pudiera quejarse, quería ver que más pasaba, llegar hasta donde el momento les permitiera, sabia que Samuel nunca le haría daño, sabia que podía confiar en el, pero el miedo, y  el nerviosismo estaba presente, y Samuel se dio cuenta de ello, ella aun no estaba segura, no estaba convencida, y el no podía hacerla suya sin que Andrea estuviera realmente convencida.

Samuel: Me gustas Andrea, mucho, provocas en mi cosas que no había sentido nunca.-dijo siguiendo con sus caricias mientras ella tenia los ojos cerrados dejándose llevar.-Mírame.

Andrea: No...puedo.-susurro jadeando mientras sentía las oleadas de placer una tras otra...estaba tan cerca de llegar.

Samuel: Mírame por favor.-susurro y ella muy a su pesar abrió los ojos dedicándole una mirada tan intensa y llena de placer que lo hizo estremecer. En que el no pudiera estar con ella no significaba que no pudiera darle placer, y capturando sus labios comenzó a mover más rápido sus dedos dentro de ella. Hasta un punto en donde él grito de Andrea quedo atrapado entre sus labios y ella se abrazo a él con la respiración agitada, sintiendo que se quedaba sin fuerzas.

Andrea: Definitivamente esta es la mejor ducha que he tomado en mi vida.-susurro y escucho la risita de Samuel en su cuello.

Samuel: Tenemos que ir a tu casa, es tarde.-dijo pasando las manos por su cabello, al tiempo que la miraba con ternura.

Andrea: ¿Y si me quedo contigo esta noche?-pregunto sonriendo pero el negó, era demasiada sensación tenerla cerca.

Samuel: No se vería bien que te quedaras, y no quiero que tus padres piensen mal, además mañana nos veremos de nuevo, iré a buscarte temprano, y pasaremos el dia juntos.-dijo y la beso en la mejilla.

Andrea: Esta bien.-dijo y le dio un pequeño beso en los labios.

Ambos salieron para comenzar a vestirse, y cuando estaban listos Samuel ordeno preparar el auto, para ir a dejarla a la hacienda, pero lo cierto es que no se quería separar de ella, y después de lo que paso, no quería dejarla ir.

Samuel: Porque no, te quedas a cenar y después nos vamos? ¿Te parece?-pregunto tomándola de la cintura.

Andrea: Esta bien.-dijo sonriendo mientras colocaba sus manos alrededor de su cuello y se besaron de nuevo antes de que Rosa entrara avisando que ya estaba la cena.

Samuel: Pon otro plato en la mesa por favor, la señorita se quedara a cenar.-dijo y ella los miro seria.

Rosa: Como usted guste.-dijo y se retiro.

Andrea: ¿Es mi impresión o no le caigo bien a tu empleada? Desde que llegue me hizo mala cara.-dijo mirando como Rosa entraba a la cocina. 

Samuel: No, no creo, de por si es un poco malhumorada. No hay que tomarle mucha importancia, ven vamos a sentarnos.-dijo sujetando su mano y la llevo hasta el comedor.

Andrea: ¿Y siempre comes tu solito? Bueno lo digo por la mesa, esta súper grande.-dijo mientras se sentaban y este asintió sonriendo. 

Samuel: Bueno espero que a partir de ahora eso cambie.-dijo mirándola y ella sonrió.-Por lo menos tener un poco de compañía de ves en cuando.

Andrea: Seguro si, cada que me invites, o bueno, a menos que te refieras a otra persona.

Samuel: De echo...-dijo y ella alzo una ceja, lo que lo hizo reír.-No, solo me refería a ti. No quiero la compañía de nadie más que no seas tu.

Andrea: Uuuy que romántico te pusiste rancherito.-dijo haciendo como si no le importara, pero la verdad es que su corazón latía tan fuerte, que por un instante se asusto, pero estaba segura que era imposible que su corazón se le saliera del pecho, así que se tranquilizo.

Samuel: Te disgustan los hombres románticos?

Andrea: Digamos que...no estoy acostumbrada.

Samuel: Entiendo.-dijo al tiempo que Rosa llegaba con la cena.

Los dos comenzaron a comer en silenció y dedicándose una que otra mirada acompañada de una ligera sonrisa, el ambiente entre ellos era agradable pero Andrea se sentía incomoda, nunca se imagino que Samuel se pudiera portar así con ella, y menos decirle todas esas cosas que le había dicho. Cuando acabaron de cenar los dos salieron dirigiéndose al auto y poco después a la hacienda.

Andrea: Bueno, tengo que admitir que fue un lindo dia, me divertí mucho.-dijo de forma coqueta mientras el la abrazaba por la cintura.

Samuel: Yo se que si, ¿mañana vamos al lago?-pregunto y esta asintió.

Andrea: No vemos mañana.

Samuel: Si.-dijo apartando un mechón de cabello de su frente y se acerco a besarla de forma dulce y tierna...

###: Vaya, vaya.-dijo y ambos se separaron dirigiendo su mirada hacia aquella vos.-Hasta que por fin logras que Samuel se fije en ti...hermanita. 

INDIFERENTESWhere stories live. Discover now