54.-Llegada y confusión

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El beso en el que estaban cada ves fue haciéndose más intenso, mientras ella no dejaba de tocarlo pasando sus manos por su pecho, brazos, cuello y jugueteando con su cabello, el la tenia sujeta de la cadera.

Se separo de ella y pronto se fue sacando la camisa que ya estaba abierta, aventándola por algún lugar de la habitación, para después llevar una mano hasta el botón de su pantalón, desabrochándolo y se lo quito junto con sus bóxer,  mientras ella hacia lo mismo con sus bragas y sujetador, ambos se miraban con picardía, con deseo incontrolable, y se acercaron a besarse con intensidad mientras el la recostaba de nuevo en la cama.

Le sonrió al acomodarse entre sus muslos y ella le respondió con una misma sonrisa, bajó una mano hasta su intimidad, acariciándola y ella contuvo el aliento sintiendo como su cuerpo comenzaba a arder, metió un dedo, después dos y probo con un tercero mientras atormentaba sus senos con los labios beso sus senos, hasta que la hizo tener un orgasmo enloquecedor haciendo que ella se arqueara para él enterrando sus uñas en sus hombros. 

Andrea apenas se estaba recuperando de ese segador orgasmo cuando el comenzó a entrar en ella, quitándole el aliento de nuevo, deslizándose por su intimidad en un lento pero profundo movimiento, y jadeo cuando el se introdujo todo en ella, sin poder aguantar más comenzó a menear las caderas, y Samuel gimió saliendo y entrado con más intensidad y rapidez. El no pudo evitar empujar con todas sus fuerzas para deleitarse con la humedad que lo envolvía. Andrea gimió cuando este salió y grito satisfecha cuando entro de nuevo, cada ves más rápido, más intenso, más salvaje, hasta que se percato del estremecimiento del cuerpo de Andrea apretando su erección como si no quisiera que se fuese de ahí nunca una y otra ves...hasta que el se vacío en ella derrumbándose contra su cuerpo...

Samuel: Buenos días.-susurro acariciándole la mejilla con ternura y esta abrió los ojos sonriendo cuando sintió el brazo de Samuel acorralándola.

Andrea: Buenos días, ¿Tu sabes lo que mi padre te hará si se entera que estas aquí?

Samuel: Correré el riesgo.-dijo y se acerco a besarla.-Hoy voy a pasar todo el dia contigo, claro después de hablar con Nuria.

Andrea: Sabes, ayer después de hacer el amor, lo pensé mejor y...-dijo pero los labios de Samuel evitaron que siguiera hablando.

Samuel: No, tenemos que arreglar esto. Y bueno, si no quieres presenciarlo esta bien, pero aun así yo hablare con ella.-susurro y Andrea sonrió.

Andrea: Me amas. ¿A que si?

Samuel: Si me traes loquito. Yo jamás me hubiera metido al cuarto de una mujer como un delincuente pero nada me importo más que arreglar las cosas contigo.

Andrea: Me gusto que lo hayas echo. Te viste muy sexy entrando por la ventana. Cuando nos casemos hay que vivir en una casa que no tenga puertas.-dijo y él comenzó a reír.

Samuel: Me alegra que me contemples para futuro.-dijo acariciando su brazo.-Pero no creo que sea lo más conveniente, ya que nuestros hijos no podrán entrar por una ventana.-afirmo y a ella le cambio la cara. 

Andrea: Yo creo que los hijos pueden venir después, por lo menos los primeros cinco años de casados.-dijo y el la miro sorprendido.-Ranchero, este no me veo cambiando pañales, dándoles de comer, ayudándolos a realizar tareas, cambiándolos, o curándolos cuando se raspen una pierna, o se saquen un ojo, quedarme en vela cuando no puedan dormir, mostrándome tierna y cariñosa cuando estén tristes. Ser mamá es no tener vida.  

Samuel: Ser padre es lo más maravilloso que hay.-dijo con ternura.-Además no solo tu te encargaras de ellos, yo también seré el padre y te ayudare con todo con lo que no puedas. Yo siempre he soñado con tener hijos y darles todo ese amor que a mi siempre me falto, ya que mi mamá se fue cuando yo era muy chico. 

INDIFERENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora