27.-Competir

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Después de ir a dejar a Andrea a su casa, Samuel se fue a la hacienda, Andrea le había prometido que a partir de ahora trataría de hacer mejor las cosas, y se darían un trato mucho mejor, aunque no quedaron como nada en concreto, el suponía que eran casi amigos y aunque eso no lo hacia del todo feliz, sabia que por algo se empezaba, y que ya abría tiempo de llegar a ser algo más en la vida de Andrea.

Andrea por su parte cerro la puerta de su cuarto recargándose en ella y reviviendo cada momento que acababa de pasar con Samuel, desde lo que le dijo cuando llego por ella, hasta el momento en el que se despidió de ella con un dulce beso en la mejilla, aventó su bolso para algún lugar de la oscura habitación y se lanzo a la cama ahogando un gritito de felicidad entre las almohadas, sujetando una y abrazándola con fuerza, era la primera ves que se sentía plenamente feliz en mucho tiempo, es más no recordaba un momento en su vida en el que fuera plenamente feliz como lo era en aquel momento.

Ambos se fueron a tratar de dormir pero sus emociones eran tales que no podían cerrar sus ojos y entrar en un sueño profundo, lo único que querían era que amaneciera para poder verse. O por lo menos tratar de verse de alguna manera...

Andrea: No bueno, ósea apenas hace unos minutos que logro dormir y ya vas y me despiertas.-dijo levantándose cuando escucho que el gallo comenzaba a cantar, y miro su reloj viendo que eran las seis de la mañana.-Increíble, una hora más temprano que ayer!!

Trato de volver a dormirse tapándose con las cobijas pero los cantos no la dejaban, y eran tan fuertes que ella no tuvo otro remedio que levantarse mientras llenaba de maldiciones al animal, que cada minuto retomaba su labor.

Andrea: Si, si!! Quiquiriquí ya te escuche gallo tonto! Ya me desperté ahora deja de dar lata!-grito enojada mientras se ponía zapatos cómodos y bajaba al comedor en donde aun no había nadie, más que Petra quien estaba metida en la cocina preparando seguramente el desayuno.-Hola, hola!

Petra: Vaya mi niña, no pensé que cada ves madrugaras más.-dijo comenzando a reír.

Andrea: Si, pues todo se lo debemos a esa cosa con plumas que te juro que si sigue cantando así lo mato, así deje viudas a todas las gallinas de este rancho ok?-le advirtió seria pero Petra no hizo más que reírse.-Enserio, pero bueno...que haces? ¿Te ayudo?

Petra: Por favor, haber pásame el batidor.-dijo y Andrea miro entornando una ceja.-No tienes idea de cual es el batidor verdad?

Andrea: Obvio no, Petra sabes bien que solo entro a la cocina para comer.-dijo riendo y Petra fue por el enseñándoselo.

Petra: Este es el batidor.-dijo y Andrea comenzó a reír más fuerte asintiendo...

Samuel estaba en el estudio, acabando de revisar las cuentas de la hacienda y su funcionamiento, según lo que le platicaba el capataz, algunos animales necesitaban atención por lo que tenia que contratar a un veterinario para que estuviera al pendiente de los animales.

Se recargo en el sillón en donde estaba soltando un suspiro mientras se le venia a la mente la imagen de Andrea, y los deseos de aunque sea escuchar su vos, vio la hora que era diez de la mañana seguro ya estaba recién levantada, pero se detuvo cuando estuvo a punto de marcarle, aunque quería escucharla y saber de ella, también tenia miedo de que se hartara de su insistencia y que lo mandara al diablo, sabia lo difícil que era Andrea con ella nada estaba concreto y no quería arruinar lo poco que ya tenia asegurado.

Sin embargo cuando salió del despacho, el teléfono de la sala comenzó a sonar y se dirigió a él para ver de quien se trataba.

Samuel: ¿Bueno?-contesto mirando como Rosa le hacia señas para ver si desayunaba.

Andrea: Hola rancherito.-dijo y el sonrío al escucharla.

Samuel: Andrea, hola, como si me leyeras la mente, justo hace un momento iba a marcarte ¿Cómo estas?

Andrea: Desvelada en mi casa hay un nuevo integrante entre los animales que no me deja en paz y me despierta súper temprano, ya estoy harta de el y apenas lleva dos días. Aunque tus empleados no se quedan atrás eh, pero bueno de ellos es entendible, están trabajando.

Samuel: Que bueno que lo entienda, sabe que estoy por participar en la próxima feria de ganado que harán los hacendados mayoritarios? Escuche que ahí habrá una competencia de equitación ¿Va a participar?

Andrea: No, en Italia lo deje por completo, y no creo que este preparada para competir, además no soy muy buena.

Samuel: ¿Qué no lo es? Era magnifica señorita, además lo que bien se aprende nunca se olvida, ande, participe, aunque no gane eso le puede traer beneficios, mire porque no nos vemos ahorita aquí en mi hacienda, tengo un amigo que es muy bueno en eso, seguro el le da su punto de vista.

Andrea: Esta bien.-dijo sonriendo a través de la línea.-Arreglo unas cosas y voy para allá.

Samuel: La estaré esperando.-dijo y colgó, mientras se le formaba una amplia sonrisa.

Rosa: Entonces desayuna señor?

Samuel: No Rosa, pero va a venir alguien, la señorita de la otra ves, quiero que de inmediato la hagas pasar cuando llegue si? Y que me avises.-dijo y Rosa asintió.-También vendrá Abram a el también hazlo pasar.

Rosa: Muy bien señor, permiso.-dijo y se fue...

Ignacio: Hija podemos hablar?-pregunto entrando al cuarto de Andrea mientras ella se ponía las botas para montar.

Andrea: Dime.

Ignacio: ¿A donde vas vestida así? A caso montaras?-pregunto sonriendo y ella asintió.

Andrea: Algo así, Samuel me dijo que había una competencia de equitación en la próxima feria, y quiere que yo participe, no le dije que lo haría pero lo intentare, si me siento cómoda montando voy a participar, sabes que eso es mi vida.-dijo sonriendo e Ignacio asintió.

Ignacio: ¿Hija que hay entre tu y Samuel?-pregunto y Andrea lo miro seria.-No, pero no me mires así, si hubiera algo entre ustedes a mi me daría mucho gusto.

Andrea: Así? Pues eso no era lo que pensabas antes.

Ignacio: Bueno, eran otros tiempos, además Samuel no tenia nada, en cambio ahora que tiene el rancho que colinda con el de nosotros y si tu llegas a formalizar algo con él, imagínate lo que se podría conseguir uniendo a los dos ranchos y formarlos en uno solo.

Andrea: Haber entiendo que si yo estaría con Samuel eso te beneficiaria mucho, pero no papá, el día que yo este con Samuel, si es que llego a estarlo, no tendrá nada que ver en algo beneficioso para ti ok, será solo una relación entre el y yo sin intereses de por medio.

Ignacio: Andrea...

Andrea: ¡Andrea nada! Hace años me dijiste que si me volvía a acercar a él lo ibas a echar, te hice caso e hice que él ya no se me acercara para nada, pero ahora como dices es distinto, yo ya no soy una niña a la que puedes manejar a tu antojo, y en todo caso, si quieres ampliar tu fortuna dile a tu hija predilecta que se consiga a un multimillonario estoy segura que no tendría ningún problema, a mi déjame en paz. Con su permiso, padre.-dijo sonriendo y salió.

Pidió uno de los autos de la hacienda para poder llegar más rápido a la hacienda de Samuel, y condujo hasta el lugar, en donde se arreglo un poco el cabello antes de salir del auto y toco la puerta principal, viendo como una empleada salía.

Andrea: Buenas tardes, estoy buscando a...

Rosa: Se a quien busca, por aquí por favor.-dijo seria, y ella frunció el ceño siguiéndola, hasta que la llevo a la sala.-Permítame aquí, avisare al señor que ya ha llegado.

Samuel: No hace falta.-dijo entrando a la sala sonriendo y se acerco a besar la mejilla de Andrea.- Me alegra que ya estés aquí. Quieres ver alguno de los caballos, sirve escogemos uno en lo que llega Abram.

Andrea: Si, vamos, ¿Así se llama tu amigo?

Samuel: Si, así.-dijo sonriendo y ambos salieron de la casa...

INDIFERENTESWhere stories live. Discover now