57.-Felices

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Samuel: Que eres increíble, que los problemas que puedo tener se desaparecen cuando apareces, con tu sonrisa encantadora que me hace que las adversidades queden en el pasado. Eres una maravillosa novia.-dijo haciendo una pausa y Andrea sonrió sujetando otra fresa.-Pero estoy seguro que serias mucho mejor como esposa.-exclamo y ella se quedo con la fresa a escasos centímetros de la boca, sintiendo que su corazón comenzaba a latir de una manera impresionante cuando vio que el sacaba una pequeña cajita de la bolsa del pantalón.

"Oh Dios, oh por Dios! ¿¡De verdad me lo pedirá?! Dios por favor no permitas que mi corazón se detenga justo ahora..."

Samuel: Andrea...¿Deseas casarte conmigo y hacerme el hombre más feliz del mundo?-pregunto al tiempo que abría la cajita y dejaba ver el anillo. El cual a Andrea le resulto fascinante, era la joya más brillante, y hermosa que había visto nunca.-¿Entonces?

Andrea: Si.-exclamo emocionada.-Si! Si ranchero si quiero ser tu esposa.-dijo sonriendo y se lanzo sus brazos para llenarle de besos la cara mientras Samuel comenzaba a reír. 

Samuel: Gracias, te prometo que no te arrepentirás.-dijo al tiempo que metía el anillo en su dedo y la abrazaba comenzándola a besar con intensidad.

Andrea: Yo se que no, jamás me podría arrepentir de convertirme en tu esposa, oh desde ahora amare intensamente venir de día de campo.-dijo y el se echo a reír y beso sus manos dedicándole una mirada penetrante.

Andrea estaba con el corazón latiéndole desenfrenadamente, y cuando él la beso sintió que se le iba la respiración en ese mismo instante, pero no pudo evitar retirarse, y no quería, solo se dedico a saborear el beso, sentir la plenitud que los labios de Samuel y sus fuertes brazos le regalaban, sintió su lengua cálida entrar a su boca comenzando a cautivarla, hasta que ella perdió la cordura y se echo a sus brazos exigiendo todo de él, mientras este la recostaba en el mantel que había, bajo ellos.  

Nunca se imagino que Andrea iba a reaccionar así, aunque a veces le hacia entender que quería dar el siguiente paso, también le decía que no se podían precipitar, pero el ya no quería estar separado más tiempo sin ella, quería tenerla cerca de él, quería que formaran una familia, aunque en eso si tenia que ser paciente ya que ella no quería hijos, primero se casarían y el se encargaría de hacerla feliz, después de eso ya habría tiempo para niños.



Latne estaba en los establos, revisando y anotando como se encontraba cada uno de los animales que Rosa le había dicho, eran los precisos, estaba muy feliz de poder trabajar ahí, y más estar cerca de Andrea, ya que para ella casi era una hermana, la hermana que nunca tuvo.

Abram: Que linda!-exclamo detrás de ella y esta volteo seria entornando una ceja.-¿Que linda mañana no te parece?-pregunto sonriendo mientras miraba el cielo.-Oh perdón, pensó que le decía a usted? Aunque...también es muy linda.

Latne: ¿Qué hace aquí?

Abram: Trabajo.-dijo mientras se acercaba a uno de los caballos.

Latne: ¿Así? Pues no parece. Ya, dígame a que vino.

Abram: Bueno, quería invitarte a cenar esta noche, ¿Es tuyo?-pregunto sujetando plato en donde había fruta y ella asintió.

Latne: Me lo trajo Rosa. En cuanto a su invitación...no me apetece salir con nadie.

Abram: Claro que si, es solo que te caigo mal, por eso me rechazas pero pronto me rogaras que te invite, ya veras.-dijo despreocupado y mordió un trozo de manzana.-Bueno si no quieres cenar, que te parece comer? O bien almorzar.

Latne: ¡Ya le dije que no! Y no me distraiga de mis obligaciones por favor!-dijo irritada y el suspiro defraudado.

Abram: ¿Porque eres así? No quieres acostarte conmigo, ni quieres mi compañía, ni que te invite a salir, así no vamos a llegar a ningún lado he.-dijo mientras comía.

Latne: Este no quiero llegar a ningún lado con usted, entiéndalo de una ves por todas, y deje de tutearme no sea irrespetuoso.

Abram: Hablarte de usted? Ni que fueras una señora de cincuenta años, te ves más joven que yo, imagínate, anda por lo menos piensa en la propuesta que te hice, mira tómalo como una oportunidad para disculparme por confundirte con una prostituta sexy ¿si?

Latne: Esta bien, si con eso me dejara en paz, le prometo que me lo pensare, ahora por favor retírese y deje de comerse mi desayuno!!-grito enojada quitándole el plato de comida haciendo que el sonriera de nuevo.

Abram: Esta bien, paso por ti a las ocho de la noche.-dijo y se acerco a darle un beso en la mejilla.

Latne: Pero yo no dije que...yo le dije que lo pensaría.

Abram: Se que aceptaras, adiós pequeña.-dijo y le acaricio la mejilla antes de comenzar a retirarse mientras ella lo miraba perpleja.

Latne: Es irritable, pero extrañamente empieza a gustarme, oh por todos los dioses estoy loca...eso si, ni creas que me llevaras a tu cama tan fácil-susurro mientras miraba como se iba...



Andrea: Te amo.-dijo al tiempo que pasaba una de sus manos por el pecho desnudo de Samuel, y este sonrió besando su frente.

Samuel: Yo también a ti, desde hace mucho, pero creo que solo lo comprobé cuando te bese, desde ese día no te he podido sacarte de mi mente. Confieso que hasta tuve sueños indebidos  contigo.-dijo y ella se echo a reír mientras la mano de Samuel recorría su espalda.

Andrea: Enserio? Y también. Tu eras el culpable de mis regaderazos de agua fría a las tres de la mañana.

Samuel: Es bueno saberlo.-dijo sonriendo y beso su frente.- ¿Desde que momento te diste cuenta que me querías?

Andrea: Hmmm bueno no se, cuando llegaste me pareciste muy atractivo, en una ocasión te lo dije ¿no?-pregunto y el asintió.-Me pareciste lindo, me gustaba la forma en la que me tratabas, bueno antes de que yo fuera mala contigo, y te hiciera la vida imposible, pero aun así nunca dejaste de gustarme, solo que no se en que momento me enamore, cuando me di cuenta cupido ya me tenia flechadisima por ti.

Samuel: Porque comenzaste a portarte de una manera diferente conmigo?-pregunto y sintió como ella se tenso.-Andrea dime la verdad. ¿Qué paso? Hice algo que te molestara? Te dijeron algo de mi? ¿Es porque comencé a llevarme con Nuria?

Andrea: No, mi papá...me escucho platicando con una de mis amigas que me gustabas, el se enojo mucho, tiene prejuicios de antes de que una niña rica no puede estar con un pobre, ya sabes, me regaño, y me exigió que te dejara en paz, yo no pretendía hacerle caso pero luego el agrego que si nos veía juntos te echaba, y no era justo que perdieras tu empleo por mi. 

Samuel: Por eso me decías que me alejara de ti, y que si me quería acercar fuera con buena ropa y oliendo a loción cara.-dijo serio frunció el ceño cuando la escucho reír.-¿Que te pasa?

Andrea: Perdón se que es una situación seria pero eso de oler a loción cara me pareció ridículo, además estoy desnuda y el airecito que entra por mi cuerpo me hace cosquillas.-dijo soltándose a reír con más ganas sin poder evitarlo.

Samuel: Estas loca.-dijo mirándola divertido y se acerco a ella capturando sus labios, haciendo que la risa de ella se ahogara entre ellos mientras se colocaba encima y ella lo abrazo poniendo sus piernas alrededor de sus caderas invitándolo a que la hiciera suya de nuevo...

INDIFERENTESTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon