14.-Poniendo en cintura

3K 218 55
                                    

Samuel entro a la casa para ver directamente a Petra, tenia muchas ganas de ver a la mujer que más lo acompaño en los momentos que más lo necesitaba, después de hablar un poco de ella, y enterarse de lo que ocurrió con Andrea después de que el se fuera lo cual le causo mucha risa, se dirigio al despacho de Ignacio para platicar con el sobre lo que pretendía hacer.

Ignacio: ¿Entonces la casa puede tener por lo menos cinco habitaciones?-pregunto mientras veía los planos.

Samuel: Si, así lo dispuso su mujer, que tendría cinco habitaciones, también sugirió que en la parte de la sala y la cocina se pusiera una pequeña pista de baile. Justo frente a la ventana, entonces según mi apreciación podría quedar así.-dijo mostrándole como quedaría e Ignacio asintió.

Ignacio: Me gusta, me gusta mucho como se ve a pesar de las ideas locas que tiene mi esposa con respecto a ella, y cuando iniciarías?-pregunto mirándolo.

Samuel: Bueno, todo ya esta listo, así que cuando usted diga. Por mi no hay ningún problema.-dijo sonriendo mientras enrollaba los planos.

Ignacio: Me parece que esta próxima semana. Crees que podrías?-pregunto y Samuel asintió.-Bueno, confió en ti porque se lo que eres capaz, de verdad que cada dia te admiro más, eres un hombre que siempre ha salido adelante. Nunca me arrepentiré de haberte dado una oportunidad y hacerle caso a mi hija.

Samuel: Y yo nunca dejare de agradecerle esa oportunidad, tanto a usted como a su hija.

Ignacio: Te quedas a comer muchacho, puedes darte una vuelta por el rancho en lo que viene Andrea, te enseño que es lo nuevo que estamos haciendo y comemos todos juntos.

Samuel: Lo siento mucho don Ignacio pero quede de verme con un amigo.

Ignacio: Bueno, espero algún día quieras.

Samuel: Le prometo que mañana si me invita podre asistir.

Ignacio: Sabes que mi mujer quiere hacerle una fiesta de bienvenida a Andrea, aunque conociendo a esa pequeña seguro no va a querer por eso seria sorpresa, ¿crees que puedas asistir?-pregunto y Samuel sonrió.

Samuel: Por supuesto que si. Y dígame don Ignacio, la casa será para usted y su esposa? O piensan dejarla a una de sus hijas?

Ignacio: A Nuria, a Andrea queremos dejarle esta, ya que se construyó justo en su nacimiento. Representa mucho para Cayetana y para mi. Y aunque Andrea a veces nos haga pasar corajes, se lo merece.

Samuel: Si, es un poco...difícil lidiar con Andrea.-dijo sonriendo e Ignacio asintió.

Ignacio: En cambio Nuria es muy distinta, siempre acepta todo lo que nosotros le decimos y nos obedece sin ninguna oposición con ella todo es más fácil, sabes Samuel, yo creo que tu y Nuria harían muy bonita pareja y sin duda te estarías llevando una gran mujer, no es que Andrea no lo sea, pero tiene un carácter...-dijo y Samuel comenzó a reír.

Samuel: La verdad don Ignacio, no creo que Nuria sea mi tipo, y no me lo tome a mal pero si buscaría algún día a una mujer, no buscaría a una marioneta que hiciera todo lo que yo quiero, buscaría a una mujer que cuando no le guste algo, me lo haga saber y me pelee por ello.

Ignacio: Me esta diciendo que te gusta Andrea?-pregunto sonriendo.

Samuel: Le estoy diciendo que no me gustan las mujeres sumisas, ahora si me disculpa, me retiro, tengo cosas que hacer.

Ignacio: Por supuesto espero mañana vengas y aceptes mi invitación.-dijo y Samuel asintió sonriendo y salió de ahí.

Cayetana: Samuel, si encuentras a Andrea por ahí dile que me tiene muy preocupada por favor, y que regrese ahora mismo a la hacienda. Salio desde la mañana y ya es medio dia.-dijo y Samuel asintió.

Samuel: Yo le digo, permiso.-dijo y salió...


"Y ahora donde rayos estoy?" pensó mientras se detenía cerca de un puente, en donde pasaba un río que se veía tenia corriente fuerte, tenia las zapatillas en la mano y otra ves el sudor le escurría por la frente, mientras sentía como le caían algunas gotas de agua, y miro el cielo viendo como se nublaba.

Andrea: No puede ser! No puede ser, no puede ser!!.-grito aventando sus zapatillas al suelo mientras se sentaba.-No puedo creer lo que me pasa, ósea se me desconchinfla el auto viejo de mi padre, yo muy valiente que digo, pues no es nada, me voy caminando hasta la hacienda no esta lejos, apenas llevaba unos cuentos metros...y que pasa? Me pierdo! Me esta comenzando a picar todo el cuerpo, y para colmo haces que llueva? No puede ser mi mala suerte. Ósea solo falta que venga un perro y me orine.-dijo mientras pasaba un pequeño perrito quien la miro atento sentándose junto a ella.

Andrea: Ni se te ocurra bola de pelos, porque estoy tan enojada y hambrienta que soy capaz de hacer una fogatita y rostizarte vivo ok? Lo bueno es que con hambre todo sabe delicioso.-dijo y el perrito comenzó a retirarse.-Si, mejor huye perrito al cabo yo ni quería compañía.-grito irritada y puso una mano en la frente sintiendo como todo le daba vueltas.

"Sera mejor que siga caminando para ver si encuentro a alguien que me pueda ayudar" pensó comenzando a caminar, pero una vos detrás de ella hizo maldecir su suerte.

Samuel: Otra ves caminando señorita? Si busca bajar de peso, seguro lo consigue pronto con el sol y la caminata larga seguro pierde muchas calorías.-dijo riendo mientras bajaba del auto.

Andrea: Ya ves, una mujer siempre usa métodos raros para bajar de peso.-dijo y el asintió.

Samuel: Su madre la busca, esta preocupada así que suba y la llevo a la hacienda y esta ves espero un si por respuesta. Suba.-dijo abriendo la puerta.

Andrea: Lo lamento, así no bajare de peso ranchero.-dijo a pesar de su fuerte dolor de cabeza.

Samuel: Mire señorita he sido muy paciente con usted pero ya me canse de sus caprichitos y jueguitos de valiente, esta ves no tengo el tiempo de acompañarla a paso lento hasta la hacienda, pero tampoco puedo dejar que se vaya sola, así que entre ahora mismo.-le ordeno irritado y Andrea negó con la cabeza mientras sonreía.

Andrea: Adiós rancherito.-dijo y comenzó a caminar.

Samuel: Así, perfecto...-dijo y se dirigió a ella para levantarla y apoyarla sobre su hombro, el acto de Samuel fue tan rápido que Andrea no le dio tiempo de siquiera oponerse hasta que el comenzó a caminar con ella como si cargara un costal de papas.

Andrea: ¡Bájame, bájame Samuel!-grito inútilmente soltarse y se debatió con violencia nadie se había atrevido a cargarla así.

Samuel: No la voy a bajar, dije que nos vamos y nos vamos.-dijo sonriendo y haciendo más fuerte su agarre.-¡¡Ya, quieta!!

Andrea: Que me bajes animal!-dijo y lo pateo con toda la fuerza que tenia en el estomago, escuchando complacida como Samuel emitió u n gemido de dolor, pero su alegría acabo tan pronto la palma de Samuel se estrellara contra su trasero y Andrea jadeo de sorpresa. ¡Nadie se había atrevido nunca a golpearla ahí!.-Hiciste lo que sentí que hiciste con mis pompis!-grito histérica.

Samuel: Si!-grito y le propino otra cuando esta comenzó a golpearlo en la espalda.


Andrea: Auch! Esa me dolió!-grito.

Samuel: Y le dolerá más la otra que le daré si no se queda quieta!-grito enojado y ella dejo de moverse aceptando que la llevara de buena forma hasta el auto. Sentía las mejillas arder pero no sabia si era por la rabia que sentía en ese momento, o la vergüenza de sentir las manos de Samuel sobre ella, tal ves ambas...

Samuel: Ya hace tiempo que necesitaba unas buenas nalgadas señorita malcriada.-dijo bajándola en la puerta del auto.-Ahora entre al auto, o ¿quiere que también la obligue a meterse?

Andrea: Eres un bruto.-dijo enojada y sin más remedio se metió mientras el aguantaba la risa.

Samuel: Su cinturón.-dijo abrochándole el cinturón de seguridad mientras la veía a los ojos y se acerco hasta el oído de Andrea para inhalar su perfume, mientras esta contenía la respiración y cerraba sus ojos.-La seguridad es primero.-susurro y se despego de ella con una gran sonrisa, para después entrar al auto.-Ahora si vámonos.-dijo y comenzó a manejar...

INDIFERENTESWhere stories live. Discover now