Capítulo 81

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Abro mis ojos y trato de ajustarlos a la luz del sol que entra por el enorme ventanal del cuarto. Estiro mi cuerpo y tanteo a mi lado, frunzo el ceño confundida al no encontrar a nadie, ni siquiera a Cam. Me incorporo y tallo mis ojos.

— Mamá —la pequeña cabeza de Cam se asoma por la puerta.

— Ven nene —golpeo suavemente la cama y corre revoleando su cabellera castaña.

Sube su pierna y se impulsa con sus brazos hasta poder subir con la otra pierna. Termina panza abajo y rueda para terminar mirando al techo. Suspira cansado y se levanta para gatear y abrazarme por el cuello. Río por la vista de su arduo trabajo.

— ¡Hoy es el cumpleaños de papá! —chilla emocionado.

Frunzo el ceño, confundida. Es imposible, recordaría esa fecha. Tomo mi teléfono y aparece el recordatorio de la agenda. Traidora, marqué el aviso un mes antes.

— Nene, creo que es mejor que no se lo digas a papá ¿sí? —pongo mi dedo índice en mis labios y susurro un shh.

Cameron suelta una risita y asiente. Salta de la cama para bajarse pero cae de cabeza.

— ¡Cameron! —chillo asustada y salgo rápidamente de la cama.

Veo al castaño reír y salir corriendo de la habitación. Niego con la cabeza, suspiro cansada e imito su acción. Bajo las escaleras y camino hasta la sala, me encuentro a Stefan al costado de la ventana con su teléfono.

Hace un par de días tuvimos que viajar por una importante cena del hospital que fue ayer, Stefan y Cameron me acompañaron como era ya costumbre y aun estamos en el departamento

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Hace un par de días tuvimos que viajar por una importante cena del hospital que fue ayer, Stefan y Cameron me acompañaron como era ya costumbre y aun estamos en el departamento. Ocurría lo mismo cuando Stefan tenía peleas importantes. Así es, Stefan decidió seguir con el boxeo de la mano de Dave, su entrenador de toda la vida.

Han pasado ya tres años de la muerte de mi padre y nuestro bebé, hoy parece que las cosas no podrían ir mejor.

Cameron es un niño realmente torpe en cuanto a movimientos pero inteligente en cuanto a lo intelectual, nada le pasa por alto a ese niño. Él de la mano de su primo, Theo, son ambos los terremotos de la casa. Las noticias de que Leah y Alek están esperando otro bebé, inundó los corazones de los pequeños. Tanto fue la emoción que Cameron no deja de pedir una hermana, nada de presión igual ya que quiere una niña.

— Hola amor ¿qué haces? —lo abrazo de la espalda. Su mano toma mi brazo y me estira hasta estar en su frente. Siento a Bestia tocar mis piernas, en busca de un saludo. Pero se va cuando escucha la risa de Cameron.

— Buen día, bonita —besa mi frente. Apoyo mi cabeza en su pecho desnudo y cierro los ojos al sentir el latido de su corazón—. ¿Algún plan para hoy?

— Debo ir a firmar el contrato, vestiré a Cam e iré con él, mientras tú entrenas —miento y dejo un beso en su pecho, luego camino a la puerta del departamento, que acababa de sonar.

Mi Dulce Destrucción |  Próximamente En Físico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora