Capítulo 45

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Stefan's POV

— No sé cómo puedes amar a alguien como yo —susurra separándose de mí.

Frunzo el ceño confundido, tomo su muñeca para voltearla pero se suelta.

— ¿De qué hablas? —cuestiono confuso.

— ¡Hablo de que estoy jodida, tú estás jodido! ¿Tienes una idea de cómo será cuando colisionemos ambos? —exclama histérica.

— Ni siquiera te escucharé, Charlotte. No tiene sentido lo que dices —murmuro pasando por su lado, negando con la cabeza divertido.

— ¿Que no tiene sentido dices? —exclama, siguiéndome.

Tratando de no soltar una carcajada, camino rápido hacia la cocina pero antes de que pueda siquiera elegir lo que tomar, ella se pone en mi frente.

— ¡Tiene mucho sentido y estoy segura de que eso ocurrirá!

Frunzo el ceño y la ignoro, girando para volver a la habitación.

— ¡No me ignores, Stefan! —grita a mis espaldas.

Conteniendo una palabrota, aprieto fuerte mis puños y volteo a enfrentarla. De verdad se pone gritona cuando quiere.

— ¡Jamás colisionaremos! —devuelvo el grito, sobresaltándola. Pero rápidamente se recupera.

— Tú no lo sabes. Stefan, estamos jodidos. Algún día nos destruiremos mutuamente, te lo he dicho y lo sostengo —susurra con la voz ronca de gritar.

Tomo su rostro con ambas manos y acaricio sus mejillas con veneración.

Toda ella es digna de venerar, de admirar y amar. Su sonrisa, su ceño fruncido, sus labios, su cabello negro azabache, sus delicadas y bellas curvas, toda ella es perfecta.

— No vamos a destruirnos, debes confiar en mí —susurro, apoyando mi frente contra la suya.

— No confío en todo lo que nos rodea, Stefan. —suspira —. Siento que esta hermosa burbuja que hemos creado, reventará y sin poder evitarlo, sufriremos.

— No sufrirás, haré lo que sea para que no sufras, sufriré por ti si es necesario pero no te rindas. No lo hagas, porque yo no lo haré. Y si te rindes, pelearé por ambos y nos sacaré adelante pero no me dejes —suplico

Siento su cuerpo afianzarse y dejar de lado la tensión. Sus manos acarician mis brazos para luego entrelazar nuestras manos.

— Estaré para ti en todo momento, no te dejaré sola y...

— El mundo que nos rodea es peligroso, Stefan —me interrumpe.

Sus manos suben a mi nuca hasta mi cabello y lo desordena, acariciando.

— Te protegeré —digo, comenzando a desesperarme.

Sus ojos decían que un inevitable adiós llegaba, su mirada capturaba cada rincón de mí, memorizándolo. Quiero mantenerla conmigo, la quiero conmigo.

— No tengo miedo por mi —susurra sin quitar su ojos de los míos.

— ¿Qué? —susurro confundido.

— Algún día tendré que enfrentarme a mi madre. Sé que ese día será un infierno para mí, el tener que dejarte ir dolerá —susurra, dejando caer una lágrima traicionera.

— Pues no me dejes ir —mis manos ahora, sujetan su rostro firmemente. 

Comienzo a entrar en pánico, no quiero dejarla ir, no quiero que me deje ir.

Mi Dulce Destrucción |  Próximamente En Físico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora