Capítulo 19

153K 8.1K 386
                                    

Sus ojos verdes no dejan de inspeccionarme como si fuera un experimento, uno muy interesante y difícil de descifrar. Sus manos entrelazadas sobre la mesa me ponían nerviosa, y más aún cuando llevaba una de sus tatuadas manos a su cabello para desordenarlo.

— ¿Crees que se tarden mucho en traer el pedido? —pregunto mirando sobre mi hombro, hacia la cocina.

— ¿Cómo te sientes con todo esto? —ignora mi inútil intento de cortar con el incomodo silencio—. Los nervios en los ensayos, las ansias de que llegue el momento, ya sabes —explica ante mi mirada confusa.

— No esperaba menos, es un show importante, el revuelo y los nervios siempre están presente —sonrío abiertamente—. Siempre quise esto, aunque quería lograrlo con mi talento y no por mí...

— ¿Crees que te hubieran elegido si no hubieras tenido talento? —Interrumpe negando con la cabeza firme—. Tienes una preciosa voz y te mueves de maravilla en el escenario. Nunca dudes de ti, ten confianza en ti misma, eres capaz de todo si te lo propones —me guiña el ojo, le sonrío agradecida por sus palabras.

— Gracias ¿Y tú? —pregunto mientras miro deseosa cuando traen mi comida. No he comido desde el pequeño recreo que nos dieron con bocadillos de por medio, y eso fue a las diez de la mañana y ya es pasado el mediodía.

— ¿Yo qué? —cuestiona confundido.

— ¿Cómo te sientes con esto de desaparecer semanas sin siquiera dar una señal? —soy una mujer directa y pienso hacerlo a relucir ahora, necesito una respuesta, una válida.

— Sobre eso, yo... —está nervioso, no sabe qué decir y de seguro va a mentir. Es tan predecible.

— Sólo discúlpate y acabemos con esto —digo realmente decepcionada dando el primer bocado de mi comida.

— ¿Con qué? —pregunta casi aturdido ante mis interrupciones.

— Ésta es la parte en la que pides perdón y prometes no volver hacerlo pero no me cuentas los motivos ¿Y sabes qué? No te obligaré porque sé que me explicarás todo cuando estés listo —o eso quiero creer, agrego mentalmente. Además de que yo no soy la más indicada para exigir respuestas.

— ¿Así como tú me contarás lo tuyo? —pregunta cauteloso. De eso hablo.

—Todo a su tiempo —le guiño el ojo.

— Sólo no te tardes —me observa intensamente.

—Tu tampoco —lo observo sin indicios de querer apartar la vista.

De repente reacciona y baja la vista a su comida. Luego vuelve a mí y me ve divertido.

— ¿Cómo es que ese pequeño cuerpo tuyo pueda con toda esa comida? —pregunta divertido. Sonrío agradecida ante el cambio de tema.

— Métete en tus asuntos, Wells —respondo divertida, escuchando su estruendosa y ronca risa.

Mentiría si dijera que no extrañé su sonrisa, porque lo hice. Lo extrañé y eso no me gusta, no debería sentirme así. Lo conozco hace tal vez un mes y estoy consciente de qué el tiempo que llevo conociéndolo es solo una pobre escusa para evitar dejar a flote los sentimientos que tengo. Me obligaré a mi misma a no quererlo. No puedo darme el gusto de meterlo en mis problemas, se nota a distancia que él tiene los suyos.

—Yo sé que quizás te asustaste con todo eso que ocurrió aquella noche —fruncí el ceño confundida—. Los hombres que nos atacaron —aclara.

— No te preocupes, no te presiono. Además, no me debes explicaciones —respondo aparentando tranquilidad aún cuando sé que muero por saber todo.

Mi Dulce Destrucción |  Próximamente En Físico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora