Entro al cuarto emocionada al ver a mi papá mejor, aún hace esfuerzo pequeños al respirar y reír pero está mejor. Admito que aunque vi a mi papá mejor, riendo, hablando animadamente con Stefan, siento que algo está ocurriendo.
— No entiendo que pudo haber salido mal, señorita Woods —dice el médico clínico de mi padre.
Observo a Stefan reír con papá desde afuera. Me giro y enfrento al doctor.
— Déjeme ver si entiendo, mi padre está perfectamente bien de salud.
— Lo estaba, señorita —me interrumpe el doctor.
— Lo estaba, de acuerdo —corrijo y él asiente—. Mi padre no es un hombre viejo decrépito con problemas de salud, al menos no muy frecuentes.
— Y menos de tal magnitud —asiento en acuerdo con el doctor—. Además, esto empezó hace un mes, cada día un poco peor —añade el hombre.
— Ya. ¿Puedo confiar en usted? — cuestiono seriamente.
— Si eso no me complica en ningún sentido, claro que si, señorita —asiente sonriéndome tiernamente. Le devuelvo la sonrisa, olvidé añadir que el médico clínico de mi padre es un viejo e intimo amigo de la familia, fue a la preparatoria con mi papá y lo trato como un tío.
— Creo que quien está detrás de todo esto es...
— ¡Chiquita, tu padre necesita un abrazo! —me interrumpe el grito de mi padre.
Éste hombre no se cansa de hacerme pasar vergüenza.
(...)
Dejo mi bolso y las llaves sobre la mesa de la entrada, mientras veo a Stefan terminar de armar el árbol de navidad, ya que anoche no pudimos hacerlo.
— Mira, mamá ya llegó. —le habla a Cameron.
— Hola chiquita —saluda mi papá con una sonrisa.
Cameron está a días de cumplir 10 meses y ya vemos su progreso gateando, aunque lo hace de una forma muy peculiar. No gatea con las rodillas, sino con el trasero. Es tan adorable de ver.
Mi hijo gatea a mí con guirnaldas colgando de su cuello. Sonrío y lo tomo en brazos para luego caminar hacía los otros dos hombres en la sala.
— Al fin he terminado —suspira Stefan, tirándose en el sillón, junto a mí.
Deja un beso en mi coronilla y otro en la mejilla de nuestro hijo, todo esto bajo la mirada triste de mi padre.
— No sé que he hecho mal con tu madre —susurra, mirando a la nada.
— Ella no te merece, papá. Eres la mejor persona que conozco y esa mujer no vale la pena —mi susurro apenas llega a oídos de mi padre.
Regala una media sonrisa y se levanta para luego desaparecer subiendo las escaleras. Stefan deja un beso y en mi cabello y me aprieta más a su cuerpo. Agacho mi cabeza, ocultando mis ojos nublados por las lágrimas y me sorprendo al sentir las manos de Cameron en mi rostro.
— No le gusta ver a mamá triste —Stefan acaricia los cachetes de Cam.
— Así como a mi no me gusta verlo triste a él —levanto mi rostro para verlo, cuando siento otro beso en mi frente.
— En lugar de ponerte triste, podrías pensar en alguna forma de ponerlo feliz.
— ¿Que podría hacerle feliz?
—Se te ocurrirá algo, eres muy lista, mi amor —da un toque a la punta de mi nariz y luego se levanta.
— ¿Tienes algo que hacer? —cuestiono mientras juego con las manos de Cameron.
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Mi Dulce Destrucción | Próximamente En Físico
RomancePróximamente en físico. COMPLETA PERO SIN CORRECCIÓN; pido disculpas por los errores e incongruencias. Instagram: @loslibrosdemica ______________________________________ Él, a primera vista es un demonio quien lucha por no dejar ver su ángel interi...