Llegó el momento de ir a al altar a esperar a Jenna, Thomas se encontraba muy ansioso y no dejaba de preguntarme si tenía el corbatín bien arreglado, me causaba risa su estado y luego pensé, dentro de poco estaré así o peor. Cuando Jenna caminaba por el altar, Thomas no encontraba la posición perfecta así que no dejaba de moverse, tuve que decirle disimuladamente que se estuviera quieto. Brenna llegó a mi lado y fue lindo ver como Jenna y Thomas se daban el sí.

En cuanto son declarados marido y mujer, todos salimos de la iglesia para ir a la ceremonia en el hotel Rosewood

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En cuanto son declarados marido y mujer, todos salimos de la iglesia para ir a la ceremonia en el hotel Rosewood. El lugar parecía sacado de un cuento de hadas, la entrada era propia de un castillo, con paredes y columnas al estilo romano y pinos en maceta. Era todo como el arte griego y lo moderno en un solo lugar.

La mesa en la que estábamos Brenna y yo la compartíamos con los chicos y sus parejas, sí que supieron cómo ordenar las mesas, porque no me sentiría cómodo compartiendo mesa con otras personas que no conociera. Luego de la cena y el baile de los recién casados, Brenna y yo felicitamos a la pareja. Justo ahora de los invitados, somos los primeros en bailar en la pista.

—Estamos practicando para nuestra boda —susurro y ella sonríe.

—Parece que mejoraste tus técnicas de baile —responde ella al mismo tiempo que la sujeto por la cintura y la acerco más a mí.

—¿Puedo confiar en que no me pisarás en nuestra boda? —pregunta con las cejas levantadas y una sonrisa en el rostro que me vuelve loco.

—Yo no me confiaría tanto, con suerte te irás con un yeso a casa —murmuro solo para nosotros, causando que ella se ría a carcajadas. Como me encanta verla así de contenta.

Cuando la música termina, dejo a Brenna en la mesa mientras voy por algo de beber para la dos, el whisky suena algo tentador, pero solo pido agua. Cuando estoy a punto de volver a la mesa, Bonie Patterson se interpone en mi camino, esperaba vela aquí, pero como no la vi en la iglesia pensé que no vendría, pero aquí está.

—Zack —dice en forma de saludo.

—Bonie —respondo. Espero a que ella me diga lo que sea que me tenga que decir.

—¿Cómo están las cosas?, ¿Fernández ha vuelto a atacar? —pregunta mientras mira a su alrededor, supongo que para asegurarse de que nadie esté escuchando.

—Solo he recibo unos mensajes raros, pero creo que no se trata de Fernández, te los enviaré cuando sea pertinente —le hago saber y ella sólo asiente.

—Me preocupa esa tranquilidad, pero bueno, sigue haciendo lo tuyo, que yo estoy trabajando en lo mío — dice ella mientras se sirve un vaso de whisky, que descarada.

—Tengo una pregunta que con seguridad no obtendré respuesta alguna, pero me arriesgaré, ¿de dónde usted conocía a mi madre? —le pregunto con el ceño fruncido, la última vez nos vimos ella mencionó que conocía a mi madre y eso me dejo muy pensativo, es decir, ¿cómo es eso posible?

Escape: Zack ©Where stories live. Discover now