—Lo siento —susurra casi entre dientes.

—No es nada, podemos volver a casa si quieres —murmuro y el niega aún sin levantar la cabeza.

—Estoy bien, solo necesito un momento —No digo nada. Me quedo a su lado en total silencio, y permanecemos así por varios minutos. Hasta que se levanta y volvemos al auto.

—He pensado en el bebé y los recuerdos de mi madre llegaron, ella estaría realmente feliz de saber que será abuela, cada día la extraño aún más y no deja de dolerme que ya no está —admite sin dejar ir la mirada de la calle. Lo miro con atención, y tomo su mano con la mía.

—Sé que es difícil, de tratar de tú madre, la amas, no sé cómo te sientes, pero siempre estaré a tu lado para apoyarte, y si quieres llorar, está bien, aquí tienes un hombro para hacerlo —respondo y seguido de eso deposito un rápido beso en su mejilla.

—Eres lo mejor que me pudo haber pasado —Es lo último que me dice y yo le sonrío de oreja a oreja. Llegamos a casa de Jenna y Thomas, no esperaba encontrarme con esta clase de desastre. Invitaciones en la mesa, flores de todo tipo por todos lados, paletas de colores, y un sin número de cosas más.

—Gracias a Dios que están aquí, Jenna se volvió loca —Thomas aparece de la nada frente a nosotros. Caminamos detrás de él y encontramos a Jenna con una paleta de colores en manos.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunto.

—Nos casamos en tres días, ¿lo olvidan? —pregunta al momento que se mueve a otro lado de la sala.

—¡Tres días! —chillo sin poder creer lo que acabo de escuchar. Jenna cree que mencionó algo sobre una boda, sí sé que ellos tenían planes de casarse, pero no sabía que sería tan pronto.

—Te lo dije, pero estabas muy ocupada leyendo cartas del idiota de Zack —dice mi hermana. Escucho la risa de Zack detrás de mí y no sé qué responder a eso. Tenía tantas cosas en mi cabeza, que no escuché la fecha de la boda de mi hermana, pero aún estoy a tiempo de ser parte de esto.

—Zack, deja a las mujeres en esto, tu ven conmigo —No me da tiempo a despedirme de mi chico, Thomas se lo lleva casi a rastras fuera de la casa.

—¿Con que empezamos? —cuestiono cuando no sé por dónde iniciar, tiene demasiadas cosas aquí. Según Jenna ha contratado una organizadora de bodas, pero ella es quien debe elegir los colores, las flores, la bebida que se servirá en la ceremonia y todas esas cosas.

—Flores y manteles —señala Jenna la mesa del comedor que está llena de todo tipo de flores y telas de colores. Terminamos eligiendo tulipanes blancas y rosadas, manteles blancos con bordados plateados, de paso decidimos que el ramo de flores sería en domo y el botonier gardenia en combinación con el ramo de Jenna.

—Ya tengo todo reservado, solo tengo que elegir que bebida servir —dice con un papel en manos—Vodka, Whisky, Ginebra, Champagne —explica ella.

—Champán no queremos que se emborrachen —digo medio en broma y ella asiente con media sonrisa, ahí es cuando me doy cuenta de que algo le sucede, ella se reiría de eso.

—Y whisky, sé que a Zack le encanta —Cierra el papel que tenía en manos y toma su libreta.

—Zack no puede beber alcohol, esta sobrio desde hace mucho, ¿no sabes que es adicto a estas cosas? —pregunto y ella chasquea.

—Lo olvidé, de todas formas, se queda el whisky —susurra. Esta muy rara, ¿será por el embarazo?, ¿o está así por la boda?

—Entretenimiento listo, cortejo, padrino y madrina, listo —La observo cotejar casi en susurros y me atrevo preguntar:

Escape: Zack ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora