Escape: Zack ©

Capítulo 58

—¿Cómo estás? —pregunta Aliya sentándose a mi lado. Se perfectamente cuál es el sentido de su pregunta, ella sabe que estuve en la cárcel, pero no sabe por todo lo que tuve que pasar después de prisión y por lo que todavía estoy luchando en este momento.

—Estoy superando algunas cosas de las que no hablaré porque no son nada buenas, mejor cuéntame tú, ¿dónde están los demás?, ¿qué hay de Dakia y Sahira? —pregunto con entusiasmo dejare la mejor noticia para el final.

—Sahira ha crecido bastante, Dakia se mudó después de... la muerte de mamá, vive por aquí cerca, y papá, bueno él siempre está igual, ya sabes —dice—. Qué raro que no viniste con Brenna.

Su comentario me toma por sorpresa, no esperaba que ella la mencionara, me doy cuenta de que lo hizo con una segunda intención, quiere saber en que quedó nuestra relación así que le cuento que estuvimos separados por dos años, pero que nos volvimos a ver y estamos juntos otra vez. Luego de eso Aliya no la volvió a mencionar.

—¿Papá está? Tengo que darles una noticia —digo con una sonrisa de oreja a oreja para que sepa que es una buena notica.

—Está en el estudio—Casi inmediatamente ella dice eso camino hacia el despacho de mi padre. Cuando llego a la puerta tengo que tocar para poder entrar, sé que cuando papá está en su despacho bajo llave es porque está contado mucho dinero y no es bueno que mis hermanas sepan de dónde proviene ese dinero.

—Ali, salgo en un momento —responde papá del otro lado de la puerta. No respondo, solo espero a que el salga y no pasa un minuto para tenerle frente a mí, entro rápidamente a la habitación y el vuelve a cerrar con pestillo.

—Zack, ¿qué haces aquí? —Después de tanto tiempo sin verme esto es lo que me dice y luego me pregunta porque siempre estoy tan enojado con él. Dejo salir un soplido para poder responderle de buena manera.

—Vaya, sigo siendo tu hijo, ¿sabías? —digo en un tono neutro para que no vaya creer que estoy enojado, triste o lo que sea.

—No quise sonar de esa manera, perdón, la última vez que nos vimos estabas en la cárcel y prácticamente no querías ni verme a la cara —dice al mismo tiempo que se sienta detrás del escritorio y continúa en lo suyo, contar dinero.

—Si tengo vergüenza Isacar, no esperaba que me recibieras con los brazos abiertos, pero al menos esperaba que fingieras estar feliz de verme después de casi dos años sin saber de mi —le riño. No tengo planeado pelear con él, solo quiero aclarar el asunto de mi madre sin tener que llorar frente a él, en este momento estoy considerando decirle que será abuelo, pero no estoy del todo seguro.

—Zack, aunque no lo creas te amo, y no tengo que fingir felicidad cuando te veo, deja de pelear conmigo todo el tiempo, cuando tengas hijos entenderás que no es fácil ser padre y cumplir con todos los requerimientos de tus hijos —El deja de contar dinero y me pone atención. Habla con el semblante totalmente serio, por las ojeras debajo de sus ojos puedo deducir que no la está pasando precisamente bien y que seguramente tiene muchas cosas en las que pensar.

—Es difícil cuidar de dos adolescentes que perdieron a su madre, más aún cuando Fernández anda por ahí suelto y no sé qué demonios está planeando, ya no hay más l'ombra, solo soy un empresario exmafioso y padre de cuatro hijos difíciles —Tengo intención de decir algo, pero el sigue hablando. Me cuenta que a veces olvida que tiene que llevar a Sahira y a Aliya a la escuela, deja quemar la comida cuando Joshua no está para cocinar, y ni hablar de las peleas de mis hermanas por cosas estúpidas. Según papá Dakia lo ha ayudado bastante, pero no siempre está en casa.

—Que tu hayas ido a la cárcel me molesta, porque soy tu padre y yo soy quien debí estar detrás de las rejas, no tú, yo soy quien debe cuidarte, que me odies me hace sentir peor —Me dejo caer en la silla y no digo nada por un buen rato. Por un lado lo entiendo, no es fácil, mamá es quien se encargaba de la mayor parte de esas cosas, no puedo ser tan egoísta y pensar que solo a mí me ha afectado su muerte, ella ha dejado un enorme vacío en nosotros, no soy el único que se ha sentido perdido sin ella aquí.