Capítulo 60

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Las cosas definitivamente no se pusieron mejor.

Desde hace ya tres semanas que Stefan se comporta extraño, no aparece para dormir y si lo hace, es a altas horas de la madrugada. Sólo me dirige la mirada y palabra para tener a Cameron. Si salen ya no sé a dónde pero tengo una leve idea, ya que la ropa de Cameron vuelve con perfume de mujer, uno muy fuerte.

Siento como si me hubieran dado un golpe muy fuerte en mi pecho y ese dolor no se va. Sólo encuentro distracción en Cameron y aún así a las noches me desmorono. Sé que Stefan me escucha porque siempre lo hago cuando llega y se tropieza con las cosas que de seguro están en su frente. Sus peleas aumentaron, es eso o sus entrenamientos son más duros. Siempre aparece con el rostro magullado en golpes. Las cosas están feas y no sé cómo arreglarlo, no sé cómo mantener a mi familia reunida.

Observo a Cameron observar la nieve desde la ventana del salón, son las 6 am y mi bebé está despierto. Es como si supiera que las cosas no andan bien y está cuidando a su mamá. Pero sospecho que es por no tener es conejo de peluche que Stefan olvidó en una de sus tantas visitas a su amiga.

Un golpe fuerte en la entrada me hace volver a la realidad, Cameron también escuchó el estruendo de la puerta cerrarse porque se volvió curioso hacía el lugar de donde provino el ruido. Por el pasillo aparece Stefan, medio tambaleante, ojos entrecerrado y un fuerte olor a alcohol. El inocente de mi hijo sonríe ampliamente y estira sus brazos hacia él.

— No lo toques —digo entre dientes cuando veo que se aproxima hacia el bebé.

— ¿Disculpa? Tú no me dirás cuando puedo o no tocarlo, es mi hijo —dice con una voz rasposa y forzosa.

—Nadie ha dicho lo contrario pero no lo tocarás en ese estado —digo lo más tranquila que puedo llegar a estar.

Me pongo de pie en cuanto veo que no me hará caso y simplemente hará lo que él quiera. Estiro mis brazos para tomar a Cameron cuando Stefan lo tiene en brazos, pero una mancha roja en el cuello de su camisa blanca me desconcierta y hace que me tambalee hacia atrás ¿Qué hizo?

— ¿Estás bien? —cuestiona preocupado—. ¿Char? —pregunta ahora, confundido, me alejo de su toque como si fuera fuego.

Me giro y camino a paso rápido hacía la habitación, escuchando los llamados confundidos.

Tomo dos maletas, en una meto todas mis ropas, zapatos y me siento encima para poder cerrarla. En la otra meto toda la ropa de Cameron y sus accesorios. Lo más rápido posible, me pongo mis botas y salgo hacia el pasillo.

— Dame a Cameron y ve a bañarte —digo estirando los brazos pero sin verlo a la cara.

Siento ira y dolor. No puedo creer que hay traicionado a nuestra familia de esa forma.

— ¿Ocurre algo? —cuestiona confundido, entregándome al bebé. Niego y camino hacia la cocina.

Espero en la cocina hasta que escucho sus pesados pasos alejarse, vuelvo a la sala y respiro nuevamente cuando escucho el sonido de la bañera abierta. Dejo a Cameron en su alfombra y camino hacia la habitación, tomo las maletas y rápidamente salgo de la casa para dejarlas en el maletero de mi auto. Vuelvo, me abrigo, hago lo mismo con Cameron, lo tomo en brazos y camino hacia la entrada. Antes de salir dejo mis llaves con un llavero de mi inicial encima de la mesa de la entrada, como clara señal de que no voy a volver.

Pongo firmemente el seguro de la silla de Cameron, una almohada protectora alrededor de su cuello, activo la protección de los vidrios que consta en que automáticamente se suben vidrios reforzados sobre el vidrio que ya se encontraba como hago siempre por si un accidente ocurre, y luego entro en el lado del conductor y arranco.

Mi Dulce Destrucción |  Próximamente En Físico Where stories live. Discover now