Capítulo 15

147K 8.2K 527
                                    

Charlotte Woods

— ¡Espero verte está noche en la fiesta, hija! —exclama tan falsa como es su estúpido cabello rubio.

Salgo de la habitación mareada, tan mareada como de costumbre. Tomo mi teléfono y veo borroso el nombre de mi hermano pero aún así presiono para llamar.

¿Hola?

Alek ésta vez es fuerte —digo entre suspiros

— ¿Princesita, qué ocurre? escucho una voz que no es de mi hermano.

¿Stef? Ven a buscarme, por favor —digo dificultosamente.

¿Dónde estás? —pregunta preocupado.

En casa de mis padres —comento entre jadeos y suspiros.

Voy en camino —y cuelga.

Guardo mi teléfono y como puedo, voy bajando las escaleras. Por suerte papá no está en casa para ver ésta deplorable imagen de su hija. Camino tambaleándome hacia la puerta, con miedo de que alguien me vea.

— Camina bien, hija mía —suelta una carcajada.

Me apresuro a abrir la puerta y cuando pongo un pie sobre los escalones, una moto se detiene en frente. Stefan corre hacia mí y me dejo caer en sus brazos.

— ¿Charlotte? Por Dios, dime algo —murmura preocupado.

— ¡Oh querido! Llévala al hospital, apresúrate —dice mi madre en la puerta. Veo a Stefan fruncir el ceño y apretarme más a su cuerpo. Desconfía y que bien que lo hace.

— Llévame al departamento de Alek —digo a duras penas.

— Cariño ¿cómo te sientes? —finge mi madre. Volteo mi cabeza y rápidamente entiendo por su mirada que quiere saber los síntomas.

— Dolor de cabeza, mareo constante, sequedad en la garganta, comienzo de fiebre y dificultad para respirar —digo a duras penas.

Stefan me observa confundido para luego tomarme en brazos y acomodarme junto a él en su moto.

— Sácame de aquí, Stef —digo entre dientes.

Un beso en mi frente es lo último que siento antes de cerrar mis ojos.

(...)

— ¡Quiero una explicación! —es lo primero que oigo al abrir mis ojos. Mi cabeza duele como un infierno.

— ¡No puedo dártelas yo! –es la voz de mi hermano.

Me incorporo pesadamente, trato de ajustar mi vista y me incorporo para caminar lentamente hacia la puerta, camino sosteniéndome de las paredes.

— Charlotte —unos brazos me toman estilo nupcial para luego dejarme en el sillón pero aún junto a él; Stefan.

— Char ¿te sientes mejor? — pregunta preocupado mi hermano. Asiento y logro sonreír.

— ¿Qué es lo que está ocurriendo, Charlotte? ¿Qué fue lo que pasó? —pregunta acongojado, Stefan.

— Yo... —giro a ver a mi hermano en busca de un consejo silencioso y éste se encoje de hombros dejándome decidir sola—. No puedo decírtelo.

Stefan me deja cuidadosamente en el sillón y se incorpora rápidamente—. ¿Por qué no?

—Porque no puedo —susurro sin abandonar sus ojos, sé que se está conteniendo a no gritar.

— ¡¿Es que acaso...?! —me incorporo dificultosamente y tomo su rostro entre mis manos para evitar que siga gritando.

— No quiero meterte a ti, en esto —susurro mirando sus ojos.

Mi Dulce Destrucción |  Próximamente En Físico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora