Tuve un pequeño encuentro con los padres de Brenna, quienes tenían nuevas armas para el equipo, debo admitir que son bastantes buenas, pero el momento fue algo incómodo, y como era de esperar, claro que tuve que soportar mirada amenazadora por parte de Jonathan cuando Fernández no miraba, y casi me mete en un problema por no soportar mi presencia aquí.

—¿Hay algún problema entre ustedes?, porque no soporto la tensión aquí, si tienen algún problema, resuélvanlo, porque no quiero que eso afecte el negocio —dice Fernández de espaldas a nosotros mientras carga el arma automática que tiene en manos. Gira sobre sus talones y me apunta con ella, con sus labios apretados y su mirada fija en mí, baja la pistola, y sigue mirándome fijamente a los ojos.

—¿Acaso hay algo que debería saber? —me pregunta directamente a mí. A lo que yo niego con la cabeza en respuesta.

—Entonces, dejen de mirarse como si quisieran matarse, se pueden ir —dice haciendo ademanes con las manos. Salgo detrás de ellos y cuando estamos lejos de Fernández y de cualquiera que pueda escucharnos detengo el Paso de Jonathan al tirar de su camisa.

—Tiene que aprender de este negocio, si este tipo me mata a su hija también, superenlo, Brenna me ama y yo a ella, fin de la historia —señalo con los brazos abiertos y las cejas levantadas, el da un paso hacia a mí y me toma por la camiseta.

—Ella siquiera sabe lo qué haces, encontraré esa casa donde viven y la sacaré como sea de allí y la mantendré lejos de cualquier cosa que la ponga en peligro —En respuesta a su acto de valor, saco mi pistola y le apunto en el cuello sin apartar mi mirada de la suya.

—Claro que si sabe, y sigue conmigo, joder, debería pasar página, si ella quiere estar con un mafioso y darle un poco de adrenalina a su vida, pues adelante —Sé que ha sido un comentario algo indiferente y egoísta, pero están sacando lo peor de mí. Escondo mi pistola cuando él me deja ir y hago mi camino a fuera de allí.

Para cuando llego a casa, Brenna me esperaba para cenar, pude notar en su mirada que quiso preguntar cómo me fue, pero digamos que seguía con esa mirada de irritación, por un lado, me siento culpable de no decirle lo de sus padres, pero si su propia hermana no le ha contado es por alguna razón y no es asunto mío, eso ya es un tema de familia.

Cuando estoy lavando los platos, Brenna recibe una llamada de Jenna, pasa de estar totalmente tranquila a completamente desesperada, a pesar de que se va a otro lado a hablar con mi cuñada, puedo escuchar lo alterada que se ha puesto, está discutiendo, pero no es directamente con Jenna, trato de mirar desde mi lugar, pero Brenna no deja de pasearse de un lado a otro en la sala. El sonido de mi móvil interrumpe mi concentración, me seco las manos rápidamente y contesto la llamada de Thomas, ¿Qué demonios está pasando?

—Zack, no quería hacerlo, pero esa mujer es muy intimidante, joder —dice con la respiración agitada.

—¿De qué me hablas? —pregunto confundido, y me pregunto qué demonios habrán hecho los padres de Brenna para llegar hasta nosotros tan rápido, esperaba que lo hiciera, pero ha sido cuestión de horas y se trata de ellos.

—Ella me obligó a decir la dirección, debe estar llegando a tu casa, esconde el arma o cualquier cosa que te haga ver sospechoso —Me deja con la palabra en la boca al colgar, levanto la mirada y ahí está Brenna, recogiendo algunas cosas del piso y acomoda los cojines de los sofás y su ropa, yo no estoy vestido para recibir a quien sea que esté llegando a nuestra casa en este momento, pantalones de chándal negro y una simple camiseta no es buena pinta para recibir a alguien que evidentemente es importante para Brenna.

—Bonie viene y parece que no está muy contenta, dice que quiere conocerte —comenta Brenna cuando llega a mi lado. Termino de limpiar los trastes que dejé a medias y espero a que en cualquier momento la tal Bonie toque el timbre.

Escape: Zack ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora