Hice lo que mi cuerpo me pedía y lo que Bryan insistió tanto, reposar, pero parece que el destino estaba conspirando en mi contra, apenas pasan dos horas desde que salí de la casa de Brenna y ya Jenna me estaba enviando mensajes y llamando. Le había enviado a un escolta para que las vigilara y las mantuviera a salvo de la loca de Emma, no quería contestar, pero me vi obligado a hacerlo. Jenna estaba bastante preocupada y alarmada, primero porque vio que James había pasado por su casa y luego Emma observando del otro lado de la calle sin nada de disimulo, lo que hice fue contactar al guardaespaldas y decirle que tranquilice a Jenna y se deshaga de esos dos que le están haciendo la vida imposible a esas chicas y a mí; lo único que hice fue decirle a Jenna que le pateara el trasero a Emma, para que sepa que ellas no le tienen miedo, no fue una buena sugerencia, pero ya estaba dada y yo iba a dormir hasta el otro día, si es que lograba levantarme.

El transcurso de la semana fue mejorando un poco, le di esa cena que le prometí a los padres de Brenna, no fue nada formal, una simple cena en casa de Jenna, actúe lo más normal que pude y trate de mentir lo menos posible, así evitar incomodidad entre ellos o meter la pata con Brenna presente. Me atrevo a decir que les encanté, dije lo que ellos querían escuchar, y salí de allí victorioso.

Inicie la semana con mal pie, pero el resto de los días fueron maravillosos, Brenna se quedó en mi casa en dos ocasiones, sin el consentimiento de Jenna, se escapó conmigo a casa durante tres días, y obviamente sucedió otro encuentro sexual que ya estábamos necesitando, se volvió algo adictivo, tocar su suave piel y sentir el calor que emanaban nuestros cuerpos en cada movimiento, los sonidos de placer que salían de nuestros labios, cómo de rápido nos acostumbramos a ser uno solo y a disfrutar de cada momento en el que nuestros cuerpos respondían de una manera sutil y placentera. Fue mucho mejor que la primera vez juntos, de eso no hay duda, yo conozco sus puntos débiles, lo que a ella le gusta y viceversa, Brenna sabía cómo enloquecerme en cuestión de segundos.

Para mi suerte en esos encuentros lujuriosos, pude decir que me corté mientras cocinaba, la herida no lucía como un roce de bala, y para evitar los dolores en el acto, mis aliados eran los analgésicos. Aunque al otro día el dolor era insoportable, valía la pena.

Llegó el fin de semana en un abrir y cerrar de ojos, mis amigos recordaron mi existencia, Thomas por fin volvió a salir de casa, Harry y los demás estaban algo ocupados con la pasantía al igual que Brenna y yo, pero aun así invadieron mi casa, con cajas de pizza, dulces, alcohol y películas malas, no había marihuana porque hay tres niños buenos que ni siquiera fuman cigarrillo. Danielle se encargó de hacer que Brenna me olvidara por un día completo, y por el bien de mi chica, prefiero que esté con ella que sola en casa y en peligro de que James le haga algo.

El sábado por la noche, no tenía nada especial que hacer, y no pretendía quedarme en casa viendo unas horribles películas de comedia sin gracia, así que inmediatamente mis amigos se fueron, fui a casa de Jenna con Thomas pisándome los talones, donde nos recibió Logan, el novio de mi cuñada, desilusionando por completo a Thomas.

—No puede ser que te guste ella de verdad —susurro cuando el chico nos invita a pasar y desaparece de nuestra vista.

—Yo no soy el único que necesita algo bueno en su vida Zack, no basta con prostitutas —susurra a mi lado mientras nos sentamos en los sillones de espaldas a las escaleras y de frente a la puerta principal. Le pido que se calle cuando escucho los pasos de alguien detrás de nosotros.

—Logan, espera —escucho la voz de Jenna, luego la veo casi correr detrás de su novio, que está dispuesto a salir de la casa sin hacerle caso a Jenna. Me parece que hay problemas en el paraíso, y que Thomas se aprovechará de ello.

—¡Brenna, Zack está aquí! —chilla ella desde la puerta, y desaparece de nuestro campo de visión.

—Solo imagínalo, tendríamos unos hijos hermosos, con sus ojos azules, y mi radiante cabello —alardea con una sonrisa.

Escape: Zack ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora