Capítulo 29

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Zack

Brenna y Helen juntas no era una buena combinación, hasta ahora supe que Brenna es bastante directa cuando quiere, y Helen es bastante sarcástica a veces, ella no es de ocultar lo que siente, si quiere besarme me mirará los labios hasta que no soporte más y me bese, obviamente Brenna se dio cuenta de ello y no le gustó, no la culpo, Helen es muy atrevida, pero ella sabe que entre nosotros no hay nada y tampoco lo habrá, así que Brenna no tiene de que preocuparse.

No tenía pensando fumar marihuana en estas vacaciones, pero terminé comprándole a uno de mis viejos amigos, se supone que soy mi mejor versión cuando Brenna está cerca, estuve sustituyendo el Cannabis con la nicotina, para evitarme problemas con mamá y hasta con Brenna, pero me vi en un estado de insomnio, me moví y me moví en la cama junto a mi chica, realmente intenté dormir, pero empecé a sudar y a estar inquieto, no dejaba la marihuana en el bolsillo de mi pantalón.

No sabía que estaba tan desesperado hasta que prepare ese porro y sentí los efectos de la marihuana, todos dormían y estaba al aire libre, pensé, nadie se dará cuenta de esto, hasta que Brenna apareció a mi lado y joder, estaba demasiado relajado y satisfecho, intenté alejarla, ella no debería siquiera inhalar el humo de esta mierda, intentó más de una vez quitarme el porro, arrojó al lago el resto de cannabis, y no podía molestarme con ella, porque sencillamente estaba drogado. Me molesté cuando tuve conciencia clara, ella había arrojado al agua la marihuana que me costó casi mil euros, joder que el sour diésel no es barato, menos con la cantidad que he comprado, tiene un cítrico afrutado y efectos eufóricos, que son lo mejor, pero Brenna simplemente lo arrojó al agua.

Arruiné por completo estas vacaciones, cuando el efecto se me pasó, Brenna seguía con esa cara preocupación, en sus ojos había algo de decepción, y como no. Estaba avergonzado, no me atrevía a decir una sola palabra, ella tampoco, me observaba con ¿pena?, no sé por qué, si yo estaba bien, digo, no fumo marihuana a menudo, en realidad no me doy cuenta de ello, solo sé que me gusta. Esa noche no dormimos en la misma cama, seguro que el olor a orégano quemado me salía por los poros, la dejé en su habitación y me fui a la mía.

El resto de nuestras vacaciones fue un poco incómodo, el ambiente entre nosotros fue bastante callado, las chicas no se dieron cuenta de ello porque mamá nos mantuvo bastante ocupados con sus actividades, Brenna y yo no pasamos de un «Buen día, buenas noches, descansa, quieres de esto o de lo otro», no volvimos a dormir juntos o estar solos en una habitación, ella no iba a hacer preguntas y yo estaba preparándome mentalmente para hablar sobre ello sin tener que mencionar lo de Fernández.

Llego la hora de volver a casa, donde me esperaban muchos asuntos por resolver, asegurarme que papá haya mantenido a Jack con la boca cerrada, que Thomas no haya hecho alguna estupidez, todo lo que posiblemente Fernández tenía guardado para cuando llegara, encargarme de James, que estoy seguro volverá a aparecer. Esta vez quisiera quedarme en Bradford, resolver las cosas con Brenna, y tener sexo hasta perder el conocimiento. Nos vamos muy diferentes a cómo llegamos, no hay nada de música, ninguno de los dos habla, Brenna mantiene su mirada en su teléfono y yo en la carretera.

—No soporto un minuto más de tu silencio, estoy esperando que me regañes o algo —digo, Brenna no se molesta en levantar la mirada de su móvil, entonces noto que está leyendo un correo, debe estar recibiendo aceptaciones de las universidades, con lo inteligente que es, no lo dudaría.

—Oh, el niño decidió hablar, ya era hora —dice con ironía, apoyo mi codo de la puerta y empujo mi cabello hacia atrás.

—Has estado dos minutos en Bradford y ya hablas como ellos, ¿así de rápido te dejas influenciar? —Si ella quiere hablar en este tono, pues adelante, yo empecé con buen pie, ella es quién está modo de batalla y no la culpo.

Escape: Zack ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora