Capítulo 62

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Narrador omnisciente

Mark cambió el filtro por el otro modificado y regreso a la consola, Víctor levantó la palanca provocando el sonido de la máquina encenderse al igual que las aguas moverse. Mark soltó una risa feliz pues podría darse una buena ducha como antes lo hacía, mientras tanto en la casa de paredes café crema con ventanas grandes y elegantes Andy trataba de terminar con el polvo del ático.

Billie estaba organizando todo en cajas, eran libros, fotografías de la antigua familia que habitó esta casa, ropa, herramientas y objetos viejos. Pero Andy logró abrir una pequeña caja de metal descubriendo una llave, la guardo en su bolsillo y dejó la caja encima de otra caja más grande de cartón y regreso a buscar en ese baúl grande lleno de cosas extrañas.

Billie suspiró, aún faltaban muchas cosas pero la paciencia de Andy era admirable. Billie quito el objeto extraño que tenía en sus manos y se sentó en su regazo-¿y si tomamos un descanso?-le pregunta.

Andy sonrió rodeando su cintura con sus brazos-¿descanso? ¿Acaso ya te cansaste?-le pregunta, Billie sonrió de una forma traviesa.

-Estoy algo agobiado de ver tantas cosas juntas-Billie susurra acariciando sus mejillas-tal vez podamos bajar a comer algo o no se-ella dice recargando su mejilla contra el hombro de Andy.

Andy asintió levantándose.

Ella bajo las escaleras con cuidado, y luego lo hizo Andy dejando el ático abierto con las cajas por el pasillo. En lugar de ir a la cocina la doctora la guió al sótano pues había encontrado la llave de la puerta extraña del sótano, Billie abrazo la espalda de Andy mientras Evans abría la puerta.

-¿Qué hacemos aquí?-le pregunta Billie.

-Cuando entramos aquí por primera vez encontré esta puerta y estaba cerrada-murmura Andy girando la manija y dándole un leve empujón abriendo la puerta provocando un leve chillido. Andy levantó la linterna y la encendió viendo un cristal que divide una habitación blanca, hay un monitor, sofás y una silla frente al tablero.

Billie metió su mano para presionar el interruptor iluminando mejor la sala-¿es una celda?-le pregunta.

-Una sala de interrogación, una celda...puede ser mil cosas Billie-susurró Andy entrando-¿quieres regresar al ático o...?-le pregunta.

-Esto es mejor que limpiar el ático-susurra Billie tomando la mano de Andy para arrastrarla dentro de la sala.

Andy agradecía a ver arreglado la luz en la calle pues podían al menos tener los servicios básicos, se sentó frente a la computadora y la encendió. Le pedía una contraseña-¿cuál podría ser?-susurro cruzando sus brazos.

Billie se sentó sobre las piernas de Andy y tecleo algo, unos segundos después la imagen cambió al escritorio de la computadora-¿acaso eres una genio?-le pregunta Andy dándole un beso en la mejilla, Billie sonrió acurrucándose en el espacio del cuello y hombro de la doctora.

Andy le recordó sus momentos en la base al estar frente a una computadora pero esta vez tenía a una hermosa mujer dándole caricias en su hombro, intentó dejar de pensar en eso y se concentró en buscar algo en la computadora pero cuando presiono al video Billie vio la pantalla curiosa pues era una pequeña niña sentada en la cama de la habitación detrás del cristal.

-¿Cómo te sientes Mandy?-una voz masculina se escuchó como si estuviera hablando por un micrófono.

-Me siento bien-la niña respondió.

-¿Puedes tomar esa soda?-le pregunta-es de fresa, tu favorita-volvió hablar. La niña se levantó algo indecisa y tomó la lata, la olió antes de darle un pequeño trago-¿sabe bien?-le pregunta.

-Sabe muy bien-la niña dijo antes de darle otro trago.

En un par de segundos la lata cayó al suelo al igual que la niña, el líquido rojo de la lata se escurrió por el piso blanco y luego se levantó la pequeña niña infectada, Billie escondió su rostro en el cuello de Andy mientras apretaba su cuerpo con los brazos.

Andy suspiró quitando en video y bajando el volumen, ella vio los videos mientras Billie solo abrazaba a Andy pues siempre a sido sensible a esas imágenes. Eran solo videos de niñas o niños bebiendo latas de "refresco" o jugos y en segundos caían infectados, Andy se sintió culpable pues básicamente ella hacía lo mismo pero con adultos, su regla era "nunca niños".

Abrió un documento donde explicaba que el cuerpo humano era el mejor para procesar virus, ademas de tener la capacidad de adaptarse en diferentes situaciones, él creía que así encontraría la cura a todo esto.

-¿Quien demonios hacia eso?-Billie pregunto enojada.

-Amor, todos buscábamos un antídoto-Andy susurro apretándola más contra su cuerpo-incluso yo lo hice-dice mordiendo ligeramente sus labios. Billie se alejó para ver el rostro de Evans-no lo digas, no quiero escuchar decirlo de tus labios-dice pues aún tenía ese problema con su ética humana, las muertes de esos hombres y mujeres la seguirían a todos lados sin importar cuantas vidas haya salvado.

-Andy, tu te arrepientes de hacerlo ¿no es así?-Billie levantó el rostro de la doctora-ademas, conseguiste la cura-le da una cálida sonrisa.

-¿Por qué eres tan buena conmigo?-le pregunta la doctora.

-Porque eres Andy Evans, mi novia...el amor de mi vida...la madre de mi bebé-Billie empezó a dejar besos por su rostro hasta que terminó besándola junto con sus piernas a los lados de Andy.

Andy acarició la espalda baja de Billie metiendo sus manos por debajo de la playera rosa que llevaba, le encantaban muchas cosas de su Billie, aún no entendía cómo fue que alguien la pudo tratar mal. Además también le gustaban los labios de Billie, eran suaves y dulces nunca antes había probado unos así.

-Quiero hacer algo pero no me gusta este lugar, ¿podemos ir a nuestra habitación?-Billie le pidió alejándose del intenso beso, observo los labios de la mujer sobre ella hinchados y rojos.

Demonios, si le pediría matar a todo el mundo lo haría, haría cualquier cosa por esta mujer...por su mujer. La besó una vez más antes de levantarse y cargarla hasta llegar a la sala pero recordó a donde quería ir y subió por las escaleras. La dejo con cuidado sobre la cama, Andy se acomodo entre sus piernas antes de volver a besarla y sus manos subir un poco la playera de Billie.

Ya lo habían hecho anoche, pero por alguna razón las dos necesitaban más era como si no fuera suficiente hacerlo una vez. Billie gimió cuando sintió los dedos de Andy acariciar su entrada aunque Andy no dejó en paz sus labios pues volvió a besarlos mordiéndolos y chupándolos ahogando sus gemidos.

Solo se escuchan las respiraciones agitadas de las dos, aunque Billie no solo estaba distraída con su placer también pensaba en la culpa de Andy, sabía lo importante que era para su pareja y que tenía que arreglarlo.

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