Capítulo 2

205 20 0
                                    

Ella se sentó frente a mi, estoy segura que escucho todo lo que dije y por eso esta tan curiosa con sus ojos azules sobre mi. El contenedor está vacío igual que la botella de jugo, su rostro está algo sucio y su cabello agarrado en esa coleta con algunos cabellos rebeldes la hacen ver aún más atractiva.

-¿No duermes?-me pregunta.

-No duermo desde...no, no duermo-digo-¿tú duermes?-le pregunto.

-Dormí después de tu confesión-dice cruzando sus brazos.

-¿Quiero saber si estás sola o hay más gente contigo?-le pregunto, ella me vio más seria-solo quiero ayudar-murmuro.

-Estoy sola-responde de una forma fría.

Asentí varias veces quitándome la bata.

-Me tengo que ir, le prometí a un padre que vería a su hijo-le digo levantándome, ella se levantó acercándose al cristal.

-¿Harás pruebas conmigo?-me pregunta.

-No-respondo viéndola unos segundos.

Salí del consultorio cerrando con llave, cuando estaba caminando por las calles de la pequeña ciudadela que construyó los militares vi a Mark, Jack y otros soldados subir armas y demás cosas a las camionetas. Seguí mi camino hasta llegar al edificio del señor Smith, toque varias veces la puerta antes de que me abriera su esposa.

Tomo mi brazo y me hizo entrar.

Me guío por el departamento hasta la habitación del niño, él está dentro de las sábanas-hola Carlos-le digo dejando mis cosas en una mesa que está por ahí.

El solo levantó su mano en un saludo.

-¿Quieres jugar conmigo mañana en la consola?-le pregunto poniendo mis guantes y otras cosas antes de acercarme a él.

Carlos sonrió.

-Está muy débil, no puede ni hablar-su madre dice apoyada en el marco de la puerta.

-Ya sabes niño mimado, abre la boca-le digo sacando un baja lenguas. Carlos abrió su pequeña boca lo más grande que pudo, lo que me permitió poner la pequeña tablilla de madera en su boca para revisar su garganta.

. . .

Narrador omnisciente

El hombre de cabello negro abrió la última puerta que le faltaba por registrar, entro al baño pero no había nada más que suciedad.

-¡Nada!-escucho el radio.

El presiono el botón algo triste-nada-dijo sin ánimos.

-Nos vemos afuera-otra vez esa voz ordenó.

Él salió viendo al grupo de hombres con metralletas ya arriba en la camioneta, solo está el pelirrojo fuera de esta.

-Debemos buscar en las calles cercas a-el le dijo pero lo interrumpió.

-No puedo arriesgarlos Tommy, mañana volveremos a buscar-el pelirrojo le dijo abriendo una puerta de la camioneta.

-Es tu hermana, Finneas-el dice.

-Lo se pero también ellos tienen familia-Finneas murmura.

World BlurryWhere stories live. Discover now