1. To the moon, and back

Capítulo 171

Dulce, decidida, regresa al salón de ensayos, seguida muy de cerca por Anahí y Maite.

- Perdón por la huida, no volverá a pasar; se disculpa la pelirroja mientras regresa a su lugar.

- No te preocupes. ¿Les parece si intercambiamos los papeles? Ahora serán las chicas quienes los intentan reconquistar; los anima Verónica.

- «A mí no me ves la cara de tonta. Que comience el juego...»; piensa Dul mientras mira sonriente a Christopher.

- «¿Por qué dijiste eso? No la ves, es perfecta...»; se lamenta el joven sin apartar la mirada.

Mientras, en sus oídos resuenan las primeras melodías de esa canción tan especial para los dos: «Cómo poder recuperar tu amor, cómo sacar la tristeza de mi corazón. Mi mundo sólo gira por ti...»; le canta Dulce mientras tiernamente acaricia su cara, quedando a escasos centímetros de su boca. «Cómo sanar este profundo dolor, siento correr por mis venas, tu respiración. Estoy tan conectada a ti, que hasta en mis sueños te veo, sin ti yo me muero...»; sigue la pelirroja con su interpretación, ronroneándole como una gatita mientras acaricia la cara de Uckermann con su nariz, volviéndolo loco como sólo ella sabía. Sus artimañas hacen efecto, y Christopher ya la agarra por la cintura, acercando su cuerpo al suyo, pegando su frente a la de ella, sin apartar la mirada, quedando a milímetros de su boca. «Cómo sanar este profundo dolor, siento correr por mis venas, tu respiración. Estoy tan conectada a ti, que hasta en mis sueños te veo, sin ti yo me muero...»; le canta la muchacha, melosa, dejando caer sus brazos sobre su cuello, acercándose más, llegando a rozar sus labios, hasta que decide interrumpir su interpretación para enfrascarse en un tierno y largo beso que, una vez más, vuelve a descolocar a sus compañeros.

- Dul...; le sonríe Christopher cuando se separan.

- ¡Profes! Creo que ganamos el segundo round también. Ya lo he reconquistado; se burla Dulce, arrancando en un momento la sonrisa que iluminaba el rostro de Uckermann.

- Ya veo...; comenta Verónica.

A su lado, sus amigos los miran desconcertados, en silencio.

- Probablemente me esté metiendo donde no me llaman, y tampoco sé vuestra historia pero no me puedo callar. O son muy buenos actores, o eso no fue actuación; sentencia Adriana.